SANTIAGO, 13 Nov. 16 / 04:14 pm (ACI).- El vicedecano de la Facultad
de Teología de la Universidad San Dámaso en España, P. Juan José Pérez-Soba,
explicó que la plenitud del ser humano no está solo en el hombre o solo en la
mujer, sino en la unión de ambos.
El P. Pérez-Soba conversó con ACI Prensa durante su visita a la
Pontificia Universidad Católica de Chile para participar del VII Congreso de la
Familia y el ciclo de
charlas Ágora UC
con la conferencia “La lógica del amor: unidad en
la diferencia”.
En el diálogo, el sacerdote destacó que en el amor que el hombre está
llamado a vivir resalta “la diferencia” entre
ambos como uno de sus rasgos fundamentales, lo que “significa
que el amor nos hace salir de nosotros mismos porque no nos bastamos a nosotros
para construir una vida
plena”.
“Eso está revelado en las diferencia sexuales, es
decir, la plenitud del ser humano no es el hombre o la mujer sola sino la unión
de ambos”, agregó.
“No es bueno que el hombre esté solo, por
consiguiente, ser acompañados en este proceso creo que es ahora el gran desafío
pastoral que la Iglesia
tiene que afrontar”, subrayó el P. Pérez-Soba.
El experto exhortó también a “ayudar a las
personas a que no sólo vivan de las leyes” y que busquen “dar lugar a una libertad más profunda”, en medio
de un contexto ideologizado como el actual.
Como Iglesia, precisa el sacerdote, se debe “ayudar
a las personas a realmente construir sociedad, a ser realmente libres en la
construcción de la sociedad, para que los derechos no sean exclusivamente
puestos por un motivo ideológico sino por lo que realmente afecta a las
personas”.
El teólogo recordó el testimonio de “los
primeros cristianos, que en el Imperio Romano donde habían leyes inicuas,
mostraron un modo de vida trascendente a ellas”, y afirmó que “las personas que viven el cristianismo siempre han sido
minoría, pero una minoría creativa, que muestra una manera de vivir atractiva y
que cuestiona a las personas”.
Dentro de los principales desafíos de los cristianos hoy el sacerdote
enfatizó la misión de “generar vida y ayudar a que
esa vida que todos deseamos se respete y sea reconocida en los más débiles,
como son los no nacidos”.
Esto “forma parte del mensaje que nos dio
Jesucristo de ser luz en el mundo”, sostuvo el P. Pérez-Soba.
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