EL PAPA NO PUEDE SER
HEREJE (III PARTE)
Ahora bien, si aplicáramos las
prerrogativas papales sólo a los Papas virtuosos, entonces entraríamos en una
contradicción lógica. Me explico, ya dediqué otro post el camino ordinario por
el que se conserva el Depósito de la Fe en la Iglesia, desde las instancias más
pequeñas a las más altas: párroco, obispo, congregaciones romanas, Sumo
Pontífice. Obvio otras estructuras sinodales por simplificar. Si el Papa es la
salvaguarda última del Depósito de la Fe en la estructura eclesial, no podemos
decir: en el caso de que el Papa no sea virtuoso (o prudente o lo que cualquier
otra cosa) entonces no constituye esa salvaguarda última.
Eso es una contradicción, porque
no puede ser que él constituya sobre la tierra el criterio último de verdad
cuando los obispos se dividan, pero que eso quede supeditado al criterio mío
que le juzga si es portador o no de esa prerrogativa. Claramente, eso es una
contradicción. Ya que el Vicario de Cristo juzgaría sobre las cuestiones, pero
cualquiera juzgaría si se somete a él o no. El mismo Papa que juzga quedaría
sometido a juicio. Desde un punto de vista meramente lógico entraríamos en un
círculo vicioso.
Así que, al menos, debemos movernos en el terreno de los mínimos.
Sabiendo que la estructura lógica de la Iglesia ha sido magistralmente ideada
por la Trinidad. El Santo Padre no puede proclamar como verdad el error a toda
la Iglesia. No lo ha hecho, no lo va a hacer y no lo puede hacer. Aquí se
aplica a los cristianos zarandeados por tantos blogs, otro tópico muy
británico: Keep calm and carry on.
EL PAPA NO PUEDE SER
HEREJE (IV PARTE)
He estado fuera un día entero en
una preciosa casa al lado de unos bosques de robles. Gracias a Dios que me ha
concedido pasar un día en un lugar tan bello y con dos matrimonios (y cuatro
perros) tan agradables. Sea dicho de paso, había lobos en esos bosques. Los
oímos bien cerca atacar a una presa. Todo el día ha estado lloviendo y la
máxima de la temperatura creo que era de siete grados. Las laderas del valle en
el que estábamos aparecían nevadas antes de alcanzar sus cimas pétreas
desnudas. Pero el frío es menos frío cuando se ha nacido en Huesca.
Al llegar a mi casa, he leído
parte de los comentarios que habéis hecho a mis últimos posts. Muchos me han
parecido verdaderamente brillantes. Un comentarista anónimo había escrito lo
siguiente, aunque lo he cambiado un poco en su redacción:
El Señor hizo una promesa: las
puertas del Hades no prevalecerán contra nuestra Iglesia. No es que se diga que
el Papa tiene la razón cuando no tiene razón. Sino que el Señor no permitirá
que el Papa se equivoque.
Un magnífico comentario a la
altura del post. Hay otra comentarista que conozco, pero que desea el
anonimato, que ha señalado algo sumamente inteligente, también he hecho unos
cambios en la redacción: El Papa porta una corona de diamantes. No importa que
el Papa se consuma bajo el peso de gravísimos pecados deliberadamente
cometidos, su corona de diamantes permanecería intacta. Aun el Santo Padre
carece de poder para destruir esa corona. La fuerza del Espíritu Santo es superior.
Otro comentarista ha escrito algo
que en su brevedad resulta contundente, la respuesta sencilla y breve a toda
esta cuestión: Prima sedes a nemine iudicatur.
Ése es el canon 1404 del Código
de Derecho Canónico: La primera sede no es juzgada
por nadie. Frente a estos
argumentos sólidos caen por su propio peso comentarios vacuos de otros
comentaristas, como los que dicen que uno puede deja de ser Papa si dice algo
contra la fe. Es decir, tengo que obedecer al Papa, pero yo decido si él sigue
siendo Papa. Por favor, un poco de seriedad.
Con todo respeto hacia los
comentaristas agresivos que están gestando odio contra el Vicario de Cristo,
con respeto pero respondiéndoles con firmeza: por la teología (la teología
hecha con serenidad en tiempos de Juan Pablo II) tengo muy claro cuándo se
puede equivocar un Papa y cuándo no puede ser una fuente de error. Tengo muy
claro cuando el ser humano que es un Papa puede meter la pata, y cuando no. Y
entre estas dos posibilidades, cierto es que hay muchos matices, cierto que hay
muchos campos intermedios, un área que parece estar justo en mitad de la
declaración ex cathedra y de la opinión personal. Un área que está justo
en medio entre el magisterio ordinario papal y la ocurrencia personal. Cuando
el Papa Benedicto escribió su libro sobre Jesucristo siendo Papa, dejó claro
que no era magisterio papal.
Ahora bien, sin entrar en una
casuística interminable (en la que no hallarán la paz aquellos que no buscan la
paz), quede claro que todo lo que ha dicho el actual Papa, el único y legítimo
Papa Francisco, se puede leer de un modo ortodoxo.
Yo tengo muy claro que le diría
al capitán de un barco al comunicarme el rumbo del timonel. Pero también tengo
claro lo que le diría a la marinería. Y entre ambas cosas no hay contradicción,
ni falsedad por mi parte, ni idolatría hacia el capitán. Dios está queriendo
decir algo a los teólogos a través del Papa Francisco.
Mi mensaje a todos los católicos es keep calm
and carry on.
P. FORTEA
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