VATICANO, 24 Nov. 16 / 07:32 am (ACI).- Con motivo del encuentro
organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias bajo el tema “Narcóticos: problemas y soluciones de esta plaga
mundial”, el Papa Francisco condenó con fuerza las drogas y enumeró algunas
de sus principales problemáticas.
“La droga es una herida en nuestra sociedad, que
atrapa a muchas personas en sus redes. Ellas son víctimas que han perdido su
libertad a cambio de esta esclavitud, de una dependencia que podríamos llamar ‘química’”, explicó al comienzo de su discurso.
Francisco considera que se trata de “una
‘nueva forma de esclavitud’, como otras muchas que flagelan al hombre de hoy y
a la sociedad en general”.
Explicó que son muchas las causas que pueden llevar a esta dependencia,
y entre ellas se encuentra “la ausencia de familia, la presión
social, la propaganda de los traficantes, el deseo de vivir nuevas
experiencias, etc.”.
“Cada persona dependiente trae consigo una historia
personal distinta, que debe ser escuchada, comprendida, amada y, en cuanto
posible, sanada y purificada. No podemos caer en la injusticia de clasificarlos
como si fueran objetos o trastos rotos, sino que cada persona debe ser valorada
y apreciada en su dignidad para poder ser sanada. Siguen teniendo, y más que
nunca, una dignidad en cuanto personas e hijos de Dios”.
El Santo Padre cree que “no es de extrañar
que haya tanta gente que caiga en la dependencia de la droga, pues la
mundanidad nos ofrece un amplio abanico de posibilidades para alcanzar una
felicidad efímera, que al final se convierte en veneno, que corroe, corrompe y
mata”.
“El deseo inicial de huida, buscando una felicidad
momentánea, se transforma en la devastación de la persona en su integridad,
repercutiendo en todas las capas sociales”.
Por otro lado, el Obispo de Roma habló de algunas posibles soluciones
para acabar con esta lacra, entre las que se encuentran “identificar el modo de controlar los circuitos de corrupción y las
formas de blanqueo de dinero”.
Para ello, “no queda otro camino que el de
remontar la cadena que va desde el comercio de drogas en pequeña escala hasta
las formas más sofisticadas de lavado, que anidan en el capital financiero y en
los bancos que se dedican al blanqueo del dinero sucio”, sugirió.
En el camino de la prevención es muy importante “la
formación humana integral” porque “da a las
personas la posibilidad de tener instrumentos de discernimiento, con los cuales
puedan desechar las diferentes ofertas y ayudar a otros”.
Francisco pidió también trabajar en la “rehabilitación
de sus víctimas en la sociedad, para devolverles la alegría y para que recobren
la dignidad que un día perdieron”.
Por Álvaro de Juana
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