jueves, 7 de enero de 2016

OCCIDENTE ESTÁ COLABORANDO EN EL AVANCE DE LOS MUSULMANES CONTRA LOS CRISTIANOS


Así es como cede occidente ante el Islam.

A estas alturas de la situación muchos lectores se preguntarán como es que los yihadistas musulmanes está creciendo tan rápido en el mundo musulmán y en occidente y son capaces de tantos hechos violentos sin que las fuerzas de seguridad occidentales y de los supuestos estados musulmanes moderados los detengan.

La respuesta hay que buscarla en el ‘colchón’ de protección que el discurso políticamente correcto ha tejido alrededor del Islam, que impide identificar adecuadamente a los agresores. Occidente se niega a decir que son musulmanes sino simples criminales, y por tanto no pueden ir directamente a buscarlos entre las comunidades musulmanas, que es donde se camuflan.

Este mecanismo perverso está dejando desprotegido no sólo a occidente, sino preferentemente al cristianismo, que es su gran objetivo.

Y es más, esta política es funcional para el laicismo occidental, tal como se ve en Francia, porque legitima coartar más las expresiones cristianas.

LA NARRATIVA DE QUE EL ISLAM ES UNA RELIGIÓN DE PAZ, Y LOS EXTREMISTAS SON UNA PEQUEÑA MINORÍA

ISIL, Boko Haram, Talibanes, al-Qaeda, al-Nusra, al-Shabbab, Hezbollah, Hamas, terroristas suicidas, lobos solitarios, decapitación de niños, esclavitud sexual, conversiones forzadas, ataques a niños en edad escolar, cientos de miles de cristianos que huyen de sus hogares, turbas antisemitas en Europa.

¿Esto lo hace una pequeña minoría?

Si todas estas minorías “pequeñas” y lobos solitarios unieran sus fuerzas, sobrepasarían fácilmente la mayoría de los ejércitos de la OTAN.

Por otra parte, aquellos que participan activamente en el terror parecen tener considerable apoyo de su gente. Por ejemplo, una encuesta a ciudadanos franceses, antes del último ataque en París en Bataclan, pero después del ataque a Charlie Hebdo, reveló que uno de cada seis tenía una opinión positiva del ISIL.

Teniendo en cuenta que la población musulmana de Francia es de aproximadamente 11 por ciento, y suponiendo que el grueso de la simpatía del 16 por ciento eran musulmanes, eso significaría que la mayoría de los musulmanes franceses simpatizaban con ISIL.

Mientras tanto, una encuesta a jóvenes turcos en Holanda encontró que el 80 por ciento de ellos no ven nada malo en la jihad contra los infieles.

Haron Monis, el autodenominado jeque que tomó diecisiete personas como rehenes en un café de Sydney, que supuestamente era un lobo solitario, sin embargo tuvo 14.000 “me gusta” en su página de Facebook.

Un problema con aferrarse a estas narrativas es que muchos de aquellos que repiten las narraciones lo hacen como pretexto. Como el psiquiatra Theodore Dalrymple dijo:

Cuando las personas se ven obligadas a permanecer en silencio cuando se les dice las mentiras más obvias, o aún peor cuando se ven obligadas a repetir las mismas, pierden todo su sentido de la probidad. Dar el visto bueno a las mentiras obvias es cooperar con el mal, y de alguna manera convertirse en el mal uno mismo.

Los que logran a pesar de todo retener su probidad u honradez, perderán el respeto de los que se mantienen firmes diciendo las mentiras, quizás por propia conveniencia personal.

Recientemente, después que los talibanes en Pakistán asesinaron a 135 niños en edad escolar, funcionarios de la OTAN emitieron una declaración condenando el ataque y afirmando que el mismo mostraba una “falta de respeto a la fe islámica” ¿Es esto así o es justamente lo contrario?

En primer lugar, la palabra “talibán” significa “estudiante”. El grupo se formó originalmente con estudiantes de madrazas, personas que estudian el Corán y supuestamente saben algo sobre el Islam.

En segundo lugar, grupos como los talibanes, al-Qaeda y los demás se formaron precisamente porque sentían que el Islam no estaba recibiendo suficiente respeto.

“Falta de respeto a la fe islámica”, “esto no tiene nada que ver con el Islam”, “[las decapitaciones o el crimen que sea] no representa ninguna fe, y menos aún la del Islam”

Son tantas las comprobaciones contrarias que después de un tiempo de defender la narrativa políticamente correcta, muchos comienzan a tener sus dudas en sus adentros, aunque la mayoría se mantendrá firme porque no quiere conflictos.

Es posible que comiencen a pensar. “[insertar aquí la última atrocidad cometida por los jihadistas] probablemente tiene algo que ver con el Islam”.

La cuestión es más compleja que decir simplemente esto es debido a la lógica del Islam o nada de esta violencia es debido a la doctrina del Islam. Es más matizado, pero la realidad implica que la propia doctrina religiosa-política del Islam por lo menos acepta y practica la violencia contra los infieles. Ver aquí las diferencias con el cristianismo.

LA DIFICULTAD PARA CONTRARRESTAR EL TERRORISMO ISLÁMICO EN OCCIDENTE

Más allá de sus efectos a nivel de cada persona, hay una consecuencia más peligrosa, que es respecto a nuestra seguridad en occidente.

La policía, los militares, los servicios de inteligencia, los medios de comunicación, los académicos, los gobiernos están entre dos fuegos.

Por un lado no pueden cerrar los ojos a la realidad de la radicalización islámica y su génesis de violencia, y por otro lado tienen mucha presión para ejercitar el discurso políticamente correcto para no “herir” a los musulmanes.

Si la narrativa políticamente correcta dice que la violencia no tiene nada que ver con el Islam, entonces van a buscar sus causas en otro lugar: en la pobreza, los agravios históricos, la falta de educación, la enfermedad mental, cualquier cosa excepto en los dictados religiosos.

Y mientras tanto, en ausencia de cualquier análisis preciso, el Islam militante continuará creciendo.

La respuesta confusa de Occidente a los acontecimientos en el mundo musulmán tiene sus raíces en una narración igualmente confusa. La preservación de la ficción de que el Islam es una religión de paz ha hecho posible que la cepa violenta del Islam se convierta en casi la tendencia dominante.

Del mismo modo, las políticas de inmigración ingenuas de Europa, que se basan en la fantasía multicultural, parecen dirigidas a garantizar que los problemas de Siria e Irak serán pronto los problemas de varios países europeos.

OTRA NARRATIVA FALSA PARA ESCONDER LA ESTRATEGIA DE LOS MUSULMANES RADICALES

Los medios de comunicación occidentales permiten al terrorismo islámico camuflarse mediante juegos semánticos y omisiones convenientes.

Retratan la violencia como un producto de los agravios históricos, “la islamofobia”, una locura individual, la pobreza, la ignorancia, el imperialismo de occidente contra las regiones del Islam.
La estrategia que recientemente salió a la luz consiste en destacar que los ataques terroristas islámicos se dirigen a otros musulmanes.

La lógica aquí es clara: ¿Cómo pueden estos grupos ser islámicos si atacan y matan a otros musulmanes?

Cualquiera que sea su motivación, seguramente no son del Islam, porque los que están siendo asesinados son los mismos musulmanes. Esto sugiere que los propios terroristas no pueden ser verdaderos musulmanes porque los musulmanes tienen generalmente prohibido por el Islam matar a otros musulmanes (aunque existen salvedades).

Sin embargo, y a pesar que los terroristas matan a otros musulmanes que consideran apóstatas, se plantea una pregunta: ¿por qué ataques similares, cuando se dirigen a los no musulmanes – especialmente a los cristianos – rara vez o nunca obtienen la misma cobertura de los medios?

No vamos a mencionar en este artículo la cantidad de ataques de terroristas musulmanes a cristianos porque se perdería el hilo, pero son comunes en el mundo musulmán y debemos preguntarnos:

¿Cuántos occidentales han escuchado sobre estos ataques? No muchos, porque no tuvieron destaque en la prensa occidental.

La razón es evidente, la presentación de informes de musulmanes matando musulmanes no contradice el relato de los principales medios de comunicación, sino que refuerza la narrativa de los políticos occidentales que habitualmente los caracterizan como meros “criminales”.

Es así como ya dijimos, la Fuerza de Asistencia de la OTAN en Afganistán emitió una declaración condenando el atentado de Peshawar, y agregó:

“Las acciones de barbarie de los talibanes ilustran su falta de valor para la vida humana y la falta de respeto a la fe islámica. Estos ataques sólo demuestran su deseo egoísta por el poder y la voluntad de asesinar para alcanzar sus objetivos egoístas”.

Por otro lado, es más difícil para los medios disimular los motivos de los musulmanes que atacan intencionalmente y matan a “los otros”, minorías “infieles” simplemente indefensas.

Cuando suceden casos de cuatro niños decapitados por negarse a renunciar a Cristo o como la mayor masacre de cristianos en Siria, éstos rara vez obtienen gran cobertura de los medios del sistema, porque pondría en duda la narrativa principal, e indicaría que la violencia islámica es un producto del odio islámico para los no musulmanes y para los supuestos infieles de su propia religión.

¿CUÁL FUE LA REACCIÓN DE LOS LAICISTAS FRANCESES ANTE EL ATAQUE EN PARÍS DEL 13 DE NOVIEMBRE?

Las autoridades francesas se han concentrado en decir que no hay relación entre el Islam y los dramáticos acontecimientos en Le Batclán.

Los asesinos – según la narrativa laicista – de ninguna manera son representativos de la religión que invocan y Alá no estarían de acuerdo. El Islam es una religión de “tolerancia” y “amor”.

Del mismo modo los miembros gubernamentales evitan siquiera mencionar al Islam cuando se habla de los ataques; por ejemplo el Presidente Hollande habla del ataque de Daesh (otro nombre por el que se conoce al Estado Islámico) para no mencionar al Islam.

Pero la situación es aún más esquizofrenica. Mientras se pide “Fraternidad”, especialmente con la población inmigrante musulmana de Francia, los poderes fácticos también insisten en que el “secularismo” – laicidad – es la única respuesta posible a los ataques.

De modo que si la ausencia de la religión, en la plaza pública al menos, es la única esperanza hoy de Francia, eso significa admitir indirectamente que la guerra que libran los yihadistas es de carácter religioso: una “guerra santa”.

Sin embargo no consideran que si el Islam, y los musulmanes radicales seguidores del Corán han ganado terreno, no es principalmente debido a problemas sociales y la pobreza en los suburbios, como las autoridades sostienen: es debido al enorme vacío dejado por el abandono constante del cristianismo y del respeto por la vida y los valores tradicionales.

Los asesinos en el moderno distrito 11 de París y Le Bataclan eran en su mayoría educados en escuelas francesas o belgas del Estado, donde el secularismo es obligatorio, aun cuando las comunidades musulmanas son lo suficientemente fuertes como para obtener privilegios de facto en el número de escuelas, como las comidas halal en los comedores escolares y la respuesta flexible a ausentismo durante los días festivos islámicos.

Con el nuevo ataque, la respuesta principal del gobierno francés es más de lo mismo: más “secularismo”, como dijo el primer ministro Valls insistentemente: más “valores Republicanos”.

“Sabemos que la batalla para enfrentar las rupturas en nuestra sociedad y este ascenso radical, pasa por defender nuestros valores y el secularismo, viene a través de las escuelas y a través de la cultura”.

Esto significa poner a todas las religiones en el mismo plano y la laicidad por encima de ellas, como un requisito para los franceses para poder vivir uno junto al otro en paz, lo que ha sido durante mucho tiempo una característica principal del sistema de educación pública, gratuita.

Con la llegada de François Hollande y su gobierno socialista, las cosas se hicieron – si es posible – incluso peores.

El ex ministro de Educación, Vincent Peillon, para quien “el laicismo es una religión”, dijo en 2012:

“El objetivo de la moral secular es permitir a cada alumno emanciparse a sí mismo, porque el punto de inicio de la laicidad está en el respeto absoluto de la libertad de conciencia. Con el fin de dar libertad de elección, uno tiene que ser capaz de separar a los alumnos de toda restricción determinista, perteneciente a la familia o al origen étnico, social e intelectual, a fin de tomar decisiones después de eso”.

Y ya varios medios de comunicación franceses han trazado paralelos entre los locos de Alá y los tradicionalistas católicos o sólo cristianos – aquellos que participaron en la “Manifestación” en contra de matrimonios del mismo sexo.

Un psiquiatra infantil popular, Aldo Nouri, dijo a los padres de familia que hablen con sus hijos acerca de los ataques, y expliquen que el radicalismo y el extremismo se puede encontrar en cualquier lugar.

Díganles que muchas religiones han matado en nombre de su fe; también los católicos e incluso los ateos, en Rusia”.

Él no evocó al “terror” en Francia, a través del cual la Revolución en 1790, mató a miles de católicos, sacerdotes, religiosos y laicos.

UNA SIMULACIÓN QUE LLEVA AL DESASTRE

Actuar en contra de los musulmanes, mientras se simula que no, promoviendo al laicismo como una solución, ha desarmado a Francia y está abriendo el camino a la persecución contra los fieles de su religión histórica, el catolicismo.

Esto ya sucede en la medida en que activistas pro-vida y pro-matrimonio son hechos aun lado, como fundamentalistas retrógrados que tratan de imponer sus puntos de vista religiosos en la “república secular.”

Debido a que los musulmanes rezan en una serie de calles en París y en otras partes, como una demostración comunitaria la fuerza, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen – cuya estrella está en ascenso – ha dicho que también se opone a las oraciones públicas de católicos pro-vida en las calles.

Francia no está eligiendo precisamente el camino que le permita oponerse al terrorismo a través de sus verdaderos valores.

El principal ataque terrorista del 13 de noviembre ocurrió en un concierto de rock cuando el grupo estadounidense Eagles of Death Metal, que había atraído a 1500 espectadores en Le Bataclan; estaban empezando a cantar su éxito, “Besa al Diablo”. La letra podría haber sido escrita como una broma, pero las palabras son claras:

“¿Quién va a amar al diablo? ¿Quién va a cantar su canción? … Yo amaré al diablo y su canción“.

Un sacerdote diocesano, el P. Hervé Benoît, comentó en el sitio de noticias Respuesta Católica:

“¡Mira las fotos de los espectadores, momentos antes de la tragedia! … Son muertos vivientes. Sus asesinos, los ‘zombies haschishin’, son sus hermanos siameses. ¿Cómo no ver esto? ¡Es tan obvio!

El mismo desarraigo, la misma amnesia, el mismo infantilismo, la misma falta de cultura…

Un drama del humanismo ateo, que adora al diablo, la muerte, la violencia, y lo dice.

El signo de la muerte y el caos no sólo se ciernen sobre París en un viernes por la noche maldita. 130 muertes son horribles. ¿Pero qué pasa con 600 muertes? Esa es la cantidad de abortos que ocurrieron en Francia en ese mismo día”.

Para completar el panorama, en una reunión de la Asociación de Alcaldes de Francia días después de los terribles acontecimientos en París, se discutió una idea: vamos a prohibir los Pesebres (belenes) en todos los lugares públicos.

Tener una ley adecuada para asegurarse que ningún ayuntamiento pueda tener un “pesebre” en Navidad fue una de las principales propuestas formuladas en un informe que la Asociación había estado trabajando en la estela del ataque a Charlie Hebdo también.

Así es como el secularismo cede ante el Islam.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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