sábado, 16 de enero de 2016

LAS DIFERENCIAS ENTRE CATÓLICOS Y PROTESTANTES PARA HACER EXORCISMOS



La Iglesia Católica ha desarrollado a través de los siglos un detallado manual para el manejo de los exorcismos (Ritual de Exorcismos que puede bajarse acá) que tiene una parte sólo para ser manejada por exorcistas y otra por no exorcistas, que pueden ser sacerdotes o laicos.

La diferencia entre los católicos u los protestantes es que el catolicismo se basa en el principio de especialización, que es lo que le permite ir más a fondo de la mera liberación de opresión.

El padre Amorth exorcista de Roma dice: El poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez. Es un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización. Sin embargo, en este caso, se trata de plegarias de liberación, y no se deben llamar exorcismos. Sólo al sacerdote autorizado, además de al obispo exorcizante, corresponde el nombre de exorcista”. Habla un Exorcista, Planeta + Testimonio, pag. 43-44.

La liberación es una oración para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de exorcismo. Nadie debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia.

LA FALTA DE EXORCISTAS

 

En todos los países hay falta de exorcistas.

Thomas Paprocki obispo de Springfield, la capital del estado de Illinois, por ejemplo,

indicó en declaraciones que recoge Catholic News Services, que sólo un pequeño número de sacerdotes de EEUU “tienen la formación y los conocimientos suficientes para realizar un exorcismo”.

Por tanto, estos sacerdotes se han visto a menudo abrumados con solicitudes de realizar exorcismos en diferentes partes del país.

El obispo Paprocki indicó que en EEUU hay “cinco o seis exorcistas” y en su opinión, es deseable que cada diócesis tenga su propia persona capaz de llevar a cabo el rito.

Y esto a pesar que “no todo el mundo que piensa que necesita un exorcismo realmente lo necesita. Se usa sólo en aquellos casos en los que el demonio está envuelto extraordinariamente de muchas formas y posee a la persona; esto raro, es extraordinario, como es también raro y extraordinario el uso del exorcismo. Pero tenemos que estar preparados”.

También en España, la gran demanda que está recibiendo la archidiócesis de Madrid de otras diócesis que no tienen exorcistas, solicitando ayuda para liberarse de posesiones demoníacas o influencias maléficas (amarres, magia negra de brujas y quiromantes, mal de ojo, echadores de cartas y esoterismos varios, incluido el reiki), ha llevado al ex Arzobispo, cardenal Rouco Varela a nombrar ocho exorcistas, uno por vicaría, para atender la enorme avalancha de peticiones, y los pusoen un periodo de formación acelerado.

Los nuevos exorcistas en formación cuentan con un equipo de psiquiatras que ayudarán, en algunos casos, a discernir si la persona en cuestión sufre alguna alteración psiquiátrica y se descarta la influencia maléfica.

Los exorcistas necesitan especializarse. Están obligados a conocer el mundo de las drogas y las sectas, y los recursos disponibles para ayudar a las personas implicadas en estas problemáticas, muy ligadas a lo satánico.

Y en México, en Querétaro, se inauguró la primera capilla construida y consagrada para la realización de exorcismos el 6 de febrero de 2011, lo que habla de una necesidad.

Pero no sólo en Querétaro abundan los las consultas por exorcismos. Datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) revelan que en el país se realizan hasta cinco consultas de este tipo al día, y para evaluarlas hay que estar especializado y tener una estructura.

En el Distrito Federal se registran por lo menos 80 solicitudes al mes de personas que padecen algún tipo de malestar causado sobre todo por inmiscuirse en la brujería, “terreno del maligno”, afirmó el padre Pedro Mendoza, coordinador general de exorcistas de la arquidiócesis de México.

 

LOS CATÓLICOS Y LOS EVANGÉLICOS LOS TRATAN DISTINTO

 

Sin embargo esto que la Iglesia Católica hace no es bien visto por los evangélicos, que lo consideran superfluo.

La diferencia central entre como tratan el exorcismo los católicos y los evangélicos reside en que en los católicos existe un ritual de exorcismo que puede ser realizado sólo por un sacerdote autorizado, mientras que los evangélicos piensan que solamente la fe, que es la que salva, puede tanto prevenir la infestación como provocar la huida de los demonios cuando alguien está poseído.

Por lo tanto los evangélicos consideran superfluo, burocrático y factor de dominación la existencia de un ritual que pueda ser usado sólo por algunos, porque cualquiera puede hacerlo.

Por su parte la Conferencia de Obispos de EE.UU. dice:

Aunque el criterio para hacer un exorcismo está cimentado en el ministerio de Jesucristo (cfr. Mc 1, 34. 39; Lc 4, 35; Mt 17,18), no existe un fundamento bíblico para el rito formal del exorcismo, aparte del uso de las citas o fragmentos de los salmos y del Evangelio, que fueron incluidos en el rito de exorcismo a medida que fue evolucionando”.

“Lo que sí queda claro, sin embargo, es que el Señor Jesús involucró a los discípulos en su misión y al ser enviados continuaron la obra de exorcizar que comenzó Jesús. (cfr. Mt 10, 8; Mc 3, 14-15; 6,13; 16,17; Lc 9,1; 10,17). No fue algo que ellos hicieron en su propio nombre, sino en nombre de Aquel que les había conferido tal poder. Así es que el ministerio del exorcismo continúa en la vida de la Iglesia como parte del cuidado pastoral de las almas”.

Y también dice que:

“Los exorcismos están divididos en dos clases (o formas). Las formas sencillas o menores de exorcismo se encuentras en dos lugares: primeramente para aquellos que se preparan para el Bautismo, el Rito de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) y el Rito del Bautismo de Niños ambos contienen exorcismos; segundamente, el apéndice del Rito de Exorcismo incluye una serie de oraciones que pueden ser usadas por los fieles”.

Esto implica que dentro del manual de exorcismos que maneja la Iglesia católica hay instrucciones concretas para que los propios fieles hagan liberaciones, cosa que no tienen organizado los protestantes y evangélicos.

 

INTERPRETACIÓN DE LA ACCIÓN DE LOS DEMONIOS SEGÚN LA BIBLIA, POR UN PASTOR EVANGÉLICO

 

El pastor Timoteo Figueirido dice que el diablo y los demonios actúan en el mundo y pueden llegar a poseer a una persona, de acuerdo a lo que se cuenta en la Biblia.

Los demonios – “se llaman espíritus inmundos o impuros” – son “seres de naturaleza espiritual e invisibles”, también conocidos como “ángeles caídos” puesto que siguieron a satanás en su rebelión contra Dios, su creador. “Son de carácter inmortal, son poderosos, superiores al poder de un ser humano, y tienen personalidad”, dice el pastor Figueirido.

La obra de los demonios en las personas no es una explicación temporal que la Biblia de a las enfermedades que, por el desarrollo de la medicina y la ciencia, no se pudieran explicar en la época de los relatos evangélicos. Entiende Figueirido que esto:

es “difícil de aceptar para una persona que no crea en Dios, en el mundo espiritual, que siempre dirá que cualquier manifestación es una enfermedad”.

Desde la medicina se apunta que muchos de los casos de posesión se pueden explicar como un trastorno de identidad, disociativa o epilepsia. Sin embargo:

“los pasajes bíblicos hacen distinción entre enfermedad y posesión. No se mezcla. En Mateo dice que Jesús curaba a endemoniados, epilépticos y paralíticos, haciendo una distinción clara”.

Pero entonces, ¿cómo identificar una posesión de una enfermedad?

“Lo que es distintivo – dice Figueirido – es la respuesta ante la mención de Cristo. Podemos saber que es un problema espiritual cuando reaccionan violentamente ante este mensaje. Además una persona poseída no responderá a los tratamientos que le estén dando los médicos”.

DIFERENCIA CON LOS EXORCISMOS CATÓLICOS

 

La Iglesia Católica ha popularizado la idea de que el exorcismo sólo puede ser realizado por una persona específicamente preparada para ello a través de ciertos rituales.

Sin embargo, el pastor evangélico dice que la forma de enfrentar los demonios en la Biblia es bastante más sencilla y directa.

Los apóstoles y Jesús sacaban los demonios con unas palabras. No hay un ritual. Con una orden la persona queda liberada. Los apóstoles hicieron lo mismo, y lo hacían en el nombre de Jesús. No hay un enfrentamiento, ni discusión, ni reprensión, ni insultar a los espíritus” apunta Figueirido intentando romper con toda la imaginería creada alrededor del exorcismo.

Pero este pastor evangélico va más allá, explicando que:

en realidad, “la palabra ‘exorcismo’ sólo aparece en Hechos 19:13 y se refiere a personas que no eran cristianas que practicaban un exorcismo ambulante”.

Se trata por tanto de un concepto heredado de otras tradiciones culturales o religiosas que no tienen lugar en la Biblia.

En caso de que un cristiano enfrente la circunstancia de estar ante una persona poseída por un demonio no necesita, por tanto, tener un cargo específico, ni siquiera una preparación.

“Se nos llama a que, como discípulos, podamos ejercer ese poder de echar demonios en el nombre de Jesús, porque no somos nosotros quienes tenemos poderes, es el Espíritu de Dios. El siervo de Dios actúa en el nombre de Jesús para expulsarlo”.

El único requisito que presenta la Biblia es tener fe.

“Jesús recriminó a sus discípulos en un momento que no fueron capaces de sacar un demonio porque no tuvieron fe. Se requiere fe para que uno pueda expulsar a un demonio de otra persona”, afirma Timoteo Figueirido.

 

LA MEJOR PROTECCIÓN NO ES EL RITUAL DE EXORCISMO SINO LA FE, DICEN

 

José de Segovia, teólogo protestante y periodista, es el escritor de‘Ocultismo: parapsicología o fraude’. Este autor explica que:

“lo único que hace el exorcista (católico) son rituales con crucifijos, estampas, agua bendita, velas, conjuraciones y rosarios… Nada de esto tiene poder contra el diablo, según la Escritura. Jesucristo y los apóstoles se enfrentan con demonios, pero no recurren a ninguna fórmula para dominarlos”.

El teólogo explica que la doctrina bíblica enseña que Cristo“ha vencido” a satanás y a los demonios, por lo que un creyente “no puede ser poseído”.

Por lo que:

cuando somos salvos por la obra de Cristo, somos librados de la potestad de las tinieblas (Colosenses 1:13-14). Somos atacados por el diablo, pero tenemos seguridad en Cristo (Romanos 8:37). El maligno no puede tocar a un hijo de Dios (1 Juan 5:18), porque no puede deshacer su obra. El Señor nos protege con su fidelidad (2 Tesalonicenses 3:3)”.

En esto coincide también Figueirido, que agrega que la mejor protección que podemos tener ante el diablo es:

“como dice Santiago 4:7 someternos a Dios, resistir al diablo, y este huirá. Teniendo firmeza en Cristo, los demonios huyen. Tener a Cristo – concluye – en la vida es lo principal para protegerse”.

Aunque hay poder en satanás y en los demonios, la Biblia afirma que el poder de Cristo es mucho mayor. Por ello afirma José de Segovia que quien quiera “ser libre” de toda amenaza espiritual debe: confíar en la obra de Jesucristo, que da la victoria frente al mal. Ya que ‘despojando a los principados y las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz’ (Colosenses 2:15). ¡No tengan miedo!, pero no por la fuerza de un ritual, sino por la obra de Cristo Jesús, que ha vencido en la cruz”.

A todo esto uno se tendría que preguntar si los clientes de este Señor, o sea los protestantes y evangélicos, tienen una fe tan profunda como para que el demonio no los posea, obsesione, veje; y seguramente la respuesta es NO, sobre todo en este momento de apostasía, por lo que uno llega a la conclusión que lo suyo es pura teoría.

 

LA POSICIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA

 

La iglesia católica distingue tres áreas que deben estar muy bien definidas para evitar confusiones: Exorcismo Mayor o Solemne, Exorcismo Menor u Oración de Liberación, y Oraciones para pedir la salud de los enfermos.

El Exorcismo Mayor o Solemne se realiza para liberar de alguna posesión diabólica, que efectivamente se dan, pero muy rara vez. Para ello se utiliza el “Ritual de Exorcismos” y quien lo realiza debe apegarse a las normas en cuanto al uso de ornamentos, signos sagrados y oraciones, entre las que destacan las imperativas, en las que se ordena a Satanás que, en nombre de Jesucristo, salga y deje en libertad a la persona poseída.

El Exorcismo Mayor o Solemne no puede realizarlo más que el obispo o un sacerdote, delegado por él, y sólo se puede practicar hasta después de un concienzudo discernimiento, sirviéndose, incluso, de un asesoramiento médico y psiquiátrico que permita tener la certeza de que realmente se trata de una posesión diabólica y no de una histeria, trauma o enfermedad mental.

El Exorcismo Menor se realiza para liberar de opresiones u obsesiones, maleficios o influencia diabólicas de personas o cosas. Se le llama también “Oración de Liberación” y consiste en oraciones de súplica o de intercesión en las que se pide que, por la sangre preciosa de Cristo, los méritos de la Virgen María o de los santos, sea liberada una persona, casa o cosa, previa renuncia a Satanás y de prácticas esotéricas, de adivinación etc.

Comúnmente se practica para liberar a aquellas personas que creen ser víctimas de la mala suerte, de algún maleficio, que sufren alguna influencia demoníaca o están poseídas de algún espíritu maligno. También se realiza cuando alguna persona escucha ruidos en su casa, se mueven las cosas, se prenden o apagan las luces, el radio, sienten miedo, angustia, depresión o sufren enfermedades incurables a causa de hechizos o brujería.

Aquí es necesario aclarar que todos estos signos y otros semejantes -tanto en personas como en cosas- nos hablan de una influencia o infestación demoníaca provocada por un desconocimiento y debilidad o falta de fe y confianza en Dios, habiendo en cambio una credulidad e, incluso, prácticas –de las mismas personas o como herencia de sus ancestros- en esoterismo, ocultismo, magia, brujería espiritismo, adivinaciones, consultas a la guija, los horóscopos, lecturas de carta, café, etc.

El Exorcismo Menor u Oración de Liberación lo puede hacer cualquier sacerdote sin necesidad de ser nombrado exorcista y puede usar las oraciones que para ello sugiere el “Ritual de Exorcismos”, o aquellas que sean de su preferencia o, incluso, de su cosecha personal; no obstante, debe tener cuidado de no confundir una verdadera influencia o infestación demoníaca, de aquellos que son más bien problemas psicológicos o enfermedades físicas que provocan una histeria o hipocondriasis, como una manera de atraer la atención y llenar la falta de afecto.

Las oraciones para pedir la salud de los enfermos, se les llama también, de manera impropia, “Oraciones de liberación”, pero más adecuadamente se les llama oraciones de sanación o de problemas emocionales o psíquicos, de recuerdos, resentimientos, rencores, perdón, reconciliación”, etc.

Estas son oraciones para pedir a Dios por aquellas enfermedades de orden natural, aunque ciertamente, como consecuencia del pecado, son provocadas por Satanás a través de la tentación con la que hace caer al hombre.

La distinción de estas tres áreas está sustentada en la Instrucción sobre las oraciones para obtener de Dios la curación emitida el 14 de septiembre de 2000 por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger.

 

ES NECESARIO LA ESPECIALIZACIÓN PORQUE HAY NUEVAS MODALIDADES DEL MAL

 

El portavoz oficial de la Asociación Internacional de Exorcistas, el psiquiatra, Valter Cascioli entrevistado por Radio Vaticano ha alertado sobre las consecuencias del ocultismo, satanismo y el esoterismo dijo,

“Estas prácticas abren el camino a la actividad demoniaca. El número de las personas que han hecho estas prácticas sufren graves daños sociales, psicológicos, espirituales y morales”.

Pero lo más interesante es que el profesional admite que la Asociación de Exorcistas ha constatado un aumento preocupante de la actividad del demonio, llamada “extraordinaria”que se manifiesta en obsesiones, vejaciones y posesiones demoniacas”.

Los riesgos de la actividad del demonio, según Cascioli aumentan debido al momento histórico.

“El individualismo, la superficialidad, la secularización, parecen dominar nuestra sociedad”. Es en estos síntomas, el experto, considera que se encierra una lucha entre el bien el mal. “La lucha contra el maligno que se está convirtiendo en una emergencia”.

La fuerza del mal, la oposición al bien de Dios, aumenta debido a

“la debilidad de la fe, a la falta de normas, a la falta de valores, y al relativismo cultural” señaló.

Esta cultura del mal se difunde a través de

“libros, programas de televisión, películas” que esconden mensajes ‘sensacionalistas’ pensado para llegar a las nuevas generaciones para llevarlos a la“práctica del ocultismo, el satanismo, y muchas veces a practicarlo” directamente.

Por último, el portavoz de la Asociación Internacional de Exorcistas anota que

el diablo – no sólo nos separa de Dios- sino que también separa las personas, las familias; separa además de la realidad porque, lamentablemente, a veces existen situaciones de alienación mental, que siguen a las actividades secundarias del demonio” llamadas extraordinarias.

Este cambio se suma a otro registrado por un exorcista estadounidense, el padre Vincente Lampert, que dice que está viendo un tipo nuevo de casos.

 

ALGO NUEVO ESTÁ VIENDO

 

El sacerdote católico Vincent Lampert, compartiendo sus experiencias sobre exorcismos y los enfrentamientos con la realidad del mal en el campus de la Universidad de Illinois, dijo que ha experimentado un comportamiento inusual en los últimos años.

Las cosas que suceden en los exorcismos en que él ha participado no son como los de las películas dice, pero últimamente se está encontrando con fenómenos más extraños.

El exorcista del Vaticano dijo que ha experimentado un comportamiento inusual en los últimos años.

Él describió la realización del rito en una mujer con una voz profunda que dijo estar poseída por el demonio Leviatán, quien exhibió un comportamiento animal, incluyendo aullidos y gruñidos.

“Ella se abalanzó sobre mí como un perro salvaje”, dijo.

Cuando Lampert completó el exorcismo, la voz de la mujer cambió de grave a aguda mientras recitaba las palabras: “Dios te salve María, llena eres de gracia”.

“La mujer cambiaba frente a mí más rápido de lo que podía chasquear los dedos, dijo.

Dijo que una vez vio a una mujer poseída sacudirse violentamente antes de que comenzara a levitar unos 4 o 5 centímetros por encima de una silla durante un exorcismo.

“El diablo, el padre de todas las mentiras, utiliza el ilusionismo o el engaño”, dijo.

Lampert dijo que también ha visto a la gente hablar y comprender idiomas que no habían conocido anteriormente.

Una persona poseída, le arrancó la estola que el sacerdote llevaba en su cuello y la pisoteó, presentando lo que Lampert describió como “una fuerza sobrehumana”.

Y otra persona experimentó lo que Lampert llama percepción elevada: conocer información no conocida previamente.

 

SIN ESPECIALIZACIÓN NO HAY DISCERNIMIENTO DE LA POSESIÓN

 

Aunque algunas personas creen que los exorcismos son reliquias de la época medieval. Lampert dijo que la Iglesia Católica sigue creyendo que el mal existe. El Rito de exorcismo revisado de la iglesia entró en vigor, dijo, en 1999, en sustitución de un texto que había estado en uso desde 1614.

“El tema principal del Nuevo Testamento es el choque entre el reino de Dios y el reino del mal”, dijo.

Lampert añadió que la mayoría de las personas que experimentan una crisis espiritual no están siendo poseídas por un demonio.

Dijo que muchas de las condiciones físicas o mentales, como la epilepsia, el síndrome de Tourette y la esquizofrenia, pueden imitar los síntomas de posesiones demoníacas.

Y él siempre exige que la víctima tenga una evaluación con un profesional de salud mental, y luego se reúne con el profesional acerca de si en él o en ella hay una causa médica o si pasa algo que no se puede explicar, antes de proceder. Dijo que el objetivo general es dar a la persona la ayuda que él o ella realmente necesita.

“La psicología y la religión no deben estar en contradicción entre sí debido a que el objetivo general es proporcionar ayuda a la persona”, dijo.

Como hemos dicho desde el principio, sólo la fe no basta para eliminar dar la batalla a los demonios, se necesita especializarse, conocer experiencias de otros, estudiar sectas, ocultismo, satanismo, etc., y tener experiencia de haberse enfrentado a casos.

 

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