"Un día, al atardecer, dijo
Jesús a sus discípulos: Vamos a la otra orilla."
En el evangelio de hoy Jesús pide a sus
discípulos ir a la otra orilla. En el camino se desata la tormenta y están a
punto de zozobrar; pero Jesús, que dormía en la barca, se levanta y calma las
aguas, provocando la admiración de sus discípulos.
Hoy, Jesús también nos pide a nosotros,
que vayamos a la otra orilla. Nos pide que salgamos de nuestras comodidades,
que vayamos a las periferias. El hecho de dejar nuestros lugares comunes,
nuestras comodidades, nuestra rutina, producirá tempestades, dificultades,
peligros. Jesús nos dice que debemos tener la seguridad de que Él está con
nosotros, de que Él puede calmar esas tempestades. Nos ocurre que, la mayoría
de las veces, lo creemos dormido. Somos hombres de poca Fe. Por eso es tan
importante que nuestro apostolado, nuestra actividad, no deje de lado la
oración. Si somos capaces de meditar cada día, lo sentiremos siempre presente a
nuestro lado, viviremos siempre en su presencia.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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