No obstante no es fácil discernir si se trata de un fenómeno
psicosomático o de origen divino.
QUE SON LOS ESTIGMAS
En el cristianismo, los estigmas hacen
referencia a “marcas” físicas – o a veces invisibles – que aparecen en los
cuerpos de algunos cristianos, para representar las heridas que Jesucristo
recibió en la crucifixión.
Algunos que han desarrollado los estigmas han
reportado dolor, mientras que otros no lo tienen, aunque éstos son los menos.
Las marcas pueden ser visibles o invisibles. Pero
lo más común en los casos notificados es el sufrimiento de las cinco “Santas Llagas”; es decir, una
herida en cada muñeca o la mano, una herida en cada pie, y una herida en el
lado del torso análoga a donde fue traspasado Cristo con una lanza.
Otros signos de estigmas incluyen sangrado en la frente, de forma análoga a la
corona de espinas de Cristo, y sudar sangre, análogo a la agonía de Cristo en
el Huerto de Getsemaní.
LO HABITUAL EN LOS
ESTIGMATIZADOS
A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido
algunas almas que han recibido estigmas “ocultos” o invisibles.
Y se han producido
numerosos estigmatizados que inicialmente recibieron los estigmas de forma
visible, pero en su humildad pidieron a
Dios que llegaran a ser invisibles (ocultos), y en general Dios lo ha
concedido.
La mayoría de los estigmatizados no
tienen estigmas permanentes; en la mayoría los estigmas aparecen normalmente el
jueves por la noche, y desaparecen el viernes por la tarde, sólo para
reaparecer de nuevo el próximo jueves siguiente, aunque algunos, como San Padre
Pío, por ejemplo, tuvieron estigmas de forma permanente.
De hecho, hay muchos casos que los estigmas aparecen solamente en semana santa, y en la
mayoría recrudecen en esa semana.
Los estigmas invisibles (u ocultos) pueden ser tan
dolorosos, o incluso más dolorosos que los estigmas visibles.
De hecho, la hemorragia física de los estigmas a menudo
parece disminuir el dolor, por lo que para los estigmatizados más
visibles, el tiempo antes de que las heridas se abran por completo (los jueves)
es más doloroso, y luego, una vez que las heridas están abiertas y la sangre
comienza a fluir, el dolor a menudo disminuye un poco.
LAS POSIBLES FUENTES NO
DIVINAS DE LOS ESTIGMAS
La discusión sobre el origen de los estigmas es
fuerte, y la investigación de casos ha mostrado que pueden venir de Dios, ser de origen diabólico o tener un origen auto
infligido ya sea conscientemente como inconsciente a consecuencia de procesos
neuróticos.
En algunos casos ha
habido fraudes como sucedió con Magdalena de la Cruz, la famosa
estigmatizada española del siglo XVI cuya auto-mortificación y espectaculares
heridas frecuentes la convirtieron en favorita de la corte, pero que finalmente
confesó haberse infligido sus propias heridas.
Del mismo modo, Johann Jetzer, quien afirmó haber experimentado no sólo fenómenos
de visiones religiosas, confesó en 1507 que sus estigmas eran falsos y cuatro
frailes de su monasterio fueron quemados en la hoguera, aunque el propio Jetzer
escapó de la muerte después de que su madre lo sacó de contrabando vestido con
ropa de mujer para salir de su celda.
También evaluando
los casos de origen no divino, los estigmas pueden ser atribuibles a causas
psicosomáticas, al poder de la sugestión.
Como los que adquieren los estigmas
suelen ser personas de profunda religiosidad, sus profundos estados de éxtasis
podrían generar una autosugestión capaz de somatizar su experiencia psíquica.
Las causas de esta sugestión pueden ir desde el deseo ferviente
y auténtico de padecer con Cristo para la redención de los pecadores, pasando
por la intención de transformarse en signo visible del mensaje de redención que
Cristo trajo al mundo, hasta simplemente el celo de promover la figura de
Jesucristo y su pasión.
También pueden estar los casos
demoníacos. Aunque su poder es limitado, satanás puede hacer milagros para
engañar. Juan 8:44 dice que Satanás es un mentiroso y el padre de la
mentira. Satanás puede aparecer como un ángel de luz (2 Corintios 11:14). Él
hace esto para llevar a la gente lejos de Dios.
Cuando Moisés y Aarón se enfrentaron al Faraón,
realizaron una señal milagrosa para confirmar su mensaje de Dios (Éxodo 7:
8-10). Pero los magos de Egipto fueron capaces de llevar a cabo el mismo
milagro “por sus artes secretas” (versículo 11). El milagro de Dios se
demostró que era mayor (versículo 12), pero el hecho es que los magos fueron
capaces de realizar un milagro satánico en la corte del rey.
Durante la tribulación, el Anticristo “utilizará
todo tipo de demostraciones de poder a través de signos y prodigios” (2
Tesalonicenses 2: 9). Jesús advirtió que los últimos tiempos se caracterizan
por la traición de falsos profetas que “harán grandes señales y prodigios,
para engañar” (Mateo 24:24).
La existencia de milagros demoníacos es una razón
por la que debemos probar todos los espíritus: “Queridos amigos, no creáis a
todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos
falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4: 1).
Aunque no hay mucha
literatura sobre los estigmas satánicos, estos parecen existir.
LA VISIÓN CRISTIANA: UNIÓN CON
LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO
La interpretación
cristiana es que los estigmas son las heridas de Jesús infligidas por Dios
sobre el cuerpo del alma víctima.
En realidad se
debería decir católica, porque este es un fenómeno prácticamente inexistente en
las otras denominaciones cristianas.
Para los estigmatizados, las llagas de Cristo en
sus cuerpos son una gracia inmerecida; por tanto si es una gracia entonces es
Dios quien la concede. Los estigmatizados en general no piden estas
experiencias místicas, pero hay casos que si lo han hecho.
Con los estigmas
Dios expresa su beneplácito por la santidad de vida y la aceptación de la Cruz
asumida de manera espiritual.
Así el estigmatizado recibe la misión de
ser profeta y un signo para recordar a los hombres que Cristo nos ha redimido,
ofreciendo los propios sufrimientos por la salvación de las almas.
Por lo tanto el objetivo principal de los estigmas
es que el alma víctima sufra en unión con Jesús por la conversión de los
pecadores, es decir, para la redención de la humanidad.
Los que llevan los
estigmas son entonces “corredentores” con Cristo, ya que, con sus capacidades humanas limitadas, participan con sus
sufrimientos y de una manera especial participan en Su Redención.
O sea que las almas víctimas hacen reparación por
sus pecados y hacen penitencia por todos aquellos que no lo hacen.
Y a través de sus sufrimientos en unión con Jesús
llevan las almas a Dios, mediante la obtención de las gracias para que ciertas
almas se vuelvan a Dios.
Ellos participan y viven la Pasión de Jesús en su
cuerpo y alma, por la conversión de los pecadores.
14 CRITERIOS DE AUTENCIDAD DE
LOS ESTIGMAS
La Iglesia hace una
investigación exhaustiva, cuando se solicita, para justificar la autenticidad
de los estigmas, que podemos sintetizar en 14 elementos.
1. Que los estigmas estén localizados en los lugares de las cinco llagas
de Cristo.
2. Los estigmas aparecen todos al mismo tiempo.
3. Los estigmas parecen espontáneamente mientras la persona ora
extasiada.
4. No se pueden explicar por causas naturales.
5. No degeneran en necrosis.
6. No emiten mal olor, al contrario se habla de olor a flores.
7. Carecen de supuración o de infecciones.
8. Sangran diaria y profusamente.
9. Se mantienen inalterados a pesar de los tratamientos. Es decir, no
sufren procesos de descomposición.
10. Provocan una importante modificación de los tejidos.
11. Ausencia de una perfecta e instantánea cicatrización.
12. Están acompañados de fuertes dolores tanto físicos como morales, así
como de la participación en los sufrimientos de Cristo.
13. Se dan en personas que practican las virtudes cristianas
heroicamente, que tienen particularmente gran amor, humildad y amor a la cruz.
14. Producen frutos abundantes que se pueden medir en:
– Acatamiento a todas las indicaciones de la Iglesia.
– Solidez espiritual expresada en humildad, obediencia y oración.
– Caridad concreta a través de obras.
– Fidelidad doctrinal.
– Sufrimientos morales soportados con
paciencia.
SAN PABLO PODRÍA HABER SIDO EL
PRIMER ESTIGMATIZADO
Hay fundadas sospechas de que San Pablo pudiera
haber sido el primer estigmatizado.
Mientras que San
Francisco de Asís se cree que fue el primer santo en haber recibido los
estigmas (el 14 de septiembre de 224), hay algunos estudiosos de las Escrituras
que creen que el mismo San Pablo pudo haber sido el primero que los ha
soportado.
El mismo Pablo dice
en Gálatas 6:17: “De
ahora en adelante nadie me cause problemas, porque yo llevo en mi cuerpo las
marcas del Señor Jesús”.
Y además en los Hechos de los Apóstoles leemos:
“Dios obraba prodigios
extraordinarios por las manos de Pablo, hasta tal punto que imponían a los
enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y mejoraban. También salían de
ellos los espíritus malos” (Hechos 19:11-12)
Se sugiere que
estos pañuelos estaban empapados de sangre de las heridas de los estigmas de
Pablo. Como la mayoría de los católicos
saben, muchos en la iglesia siguen esta práctica hoy en día con la veneración
de las reliquias de los santos.
El Apóstol San Pablo también dice en su carta a los
Colosenses
“Ahora me alegro
cuando tengo que sufrir por ustedes, pues así completo en mi carne lo que falta
a los sufrimientos de Cristo para bien de su cuerpo, que es la Iglesia” (Colosenses 1,24).
LOS ESTIGMAS DE
SAN FRANCISCO DE ASÍS
San Francisco (1181-1226) fue el primer caso mencionado con
estigmas de la historia. Dos años antes de su muerte, San Francisco estaba
rezando durante un ayuno de 40 días cuando vio una visión de un ángel en una
cruz, que le dio las cinco llagas de Cristo.
Antes de recibir las marcas, San Francisco se dice
que había orado por tal signo.
“En aquella hora que precede a la
salida del sol, de rodillas delante de su habitación, Francisco oraba, su
rostro se volvió hacia el este y le dijo ‘Señor, te pido dos gracias antes de
morir: experimentar en mí mismo en toda posible plenitud los dolores de Tu
Pasión cruel, y sentir por Ti el mismo amor que te hizo sacrificarte por
nosotros'”
Nadie vio al ángel, pero varias personas vieron aparecer
las heridas.
“Sin embargo, como
los estigmas nunca desaparecieron, varias personas fueron capaces de verlos.
Entre ellos estaban el hermano León, a quien Francisco tomó como su enfermero y
que lavaba regularmente la herida que exudaba en su costado. El hermano Rufino
y varios otros dieron su juramento de ellas, y todos los presentes en la muerte
del Santo o que fueron capaces de venerarlo en su ataúd, especialmente el
hermano Jacob y sus hijos, y la hermana Clara y sus hijas. Además, el Papa
Alejandro IV oyó un sermón de San Buenaventura, que afirmó que mientras
Francisco todavía estaba vivo había visto las marcas milagrosas con sus propios
ojos”.
LOS ESTIGMAS DE PADRE PÍO DE
PIETRELCINA
San Pío de Pietrelcina (1887-1968), o “Padre Pío”,
cuenta como recibió los estigmas en forma de heridas físicas inexplicables. En
1911, Pío escribió una carta a su consejero espiritual y dijo:
“Anoche sucedió algo que no puedo explicar ni
entender. En el medio de las palmas de mis manos apareció una marca roja,
aproximadamente del tamaño de un centavo, acompañada de dolor agudo en el medio.
El dolor era más pronunciado en el medio de la mano izquierda, tanto es así que
todavía puedo sentirlo. También bajo mis pies puedo sentir algo de dolor
Los estigmas, que se decía olían a flores y perfumes, fueron
atendidos por médicos,
incluyendo el médico personal del Papa Benedicto XV. Las heridas
nunca fueron infectadas, carecían de la acumulación de líquido en los tejidos
circundantes, y las radiografías tomadas en 1954, no mostraron anormalidades
físicas en la estructura ósea de Pío.
Fuentes:
Publicado por Unción Católica y Profética
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