miércoles, 14 de enero de 2015

¿LOS ESTIGMAS SON DE ORIGEN DIVINO, DEMONÍACO O NEURÓTICO?



No obstante no es fácil discernir si se trata de un fenómeno psicosomático o de origen divino.

QUE SON LOS ESTIGMAS

En el cristianismo, los estigmas hacen referencia a “marcas” físicas – o a veces invisibles – que aparecen en los cuerpos de algunos cristianos, para representar las heridas que Jesucristo recibió en la crucifixión.

Algunos que han desarrollado los estigmas han reportado dolor, mientras que otros no lo tienen, aunque éstos son los menos.

Las marcas pueden ser visibles o invisibles. Pero lo más común en los casos notificados es el sufrimiento de las cinco “Santas Llagas”; es decir, una herida en cada muñeca o la mano, una herida en cada pie, y una herida en el lado del torso análoga a donde fue traspasado Cristo con una lanza.

Otros signos de estigmas incluyen sangrado en la frente, de forma análoga a la corona de espinas de Cristo, y sudar sangre, análogo a la agonía de Cristo en el Huerto de Getsemaní.

LO HABITUAL EN LOS ESTIGMATIZADOS

A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido algunas almas que han recibido estigmas “ocultos” o invisibles.

Y se han producido numerosos estigmatizados que inicialmente recibieron los estigmas de forma visible, pero en su humildad pidieron a Dios que llegaran a ser invisibles (ocultos), y en general Dios lo ha concedido.

La mayoría de los estigmatizados no tienen estigmas permanentes; en la mayoría los estigmas aparecen normalmente el jueves por la noche, y desaparecen el viernes por la tarde, sólo para reaparecer de nuevo el próximo jueves siguiente, aunque algunos, como San Padre Pío, por ejemplo, tuvieron estigmas de forma permanente.

De hecho, hay muchos casos que los estigmas aparecen solamente en semana santa, y en la mayoría recrudecen en esa semana.

Los estigmas invisibles (u ocultos) pueden ser tan dolorosos, o incluso más dolorosos que los estigmas visibles.

De hecho, la hemorragia física de los estigmas a menudo parece disminuir el dolor, por lo que para los estigmatizados más visibles, el tiempo antes de que las heridas se abran por completo (los jueves) es más doloroso, y luego, una vez que las heridas están abiertas y la sangre comienza a fluir, el dolor a menudo disminuye un poco.

LAS POSIBLES FUENTES NO DIVINAS DE LOS ESTIGMAS

La discusión sobre el origen de los estigmas es fuerte, y la investigación de casos ha mostrado que pueden venir de Dios, ser de origen diabólico o tener un origen auto infligido ya sea conscientemente como inconsciente a consecuencia de procesos neuróticos.

En algunos casos ha habido fraudes como sucedió con Magdalena de la Cruz, la famosa estigmatizada española del siglo XVI cuya auto-mortificación y espectaculares heridas frecuentes la convirtieron en favorita de la corte, pero que finalmente confesó haberse infligido sus propias heridas.

Del mismo modo, Johann Jetzer, quien afirmó haber experimentado no sólo fenómenos de visiones religiosas, confesó en 1507 que sus estigmas eran falsos y cuatro frailes de su monasterio fueron quemados en la hoguera, aunque el propio Jetzer escapó de la muerte después de que su madre lo sacó de contrabando vestido con ropa de mujer para salir de su celda.

También evaluando los casos de origen no divino, los estigmas pueden ser atribuibles a causas psicosomáticas, al poder de la sugestión.

Como los que adquieren los estigmas suelen ser personas de profunda religiosidad, sus profundos estados de éxtasis podrían generar una autosugestión capaz de somatizar su experiencia psíquica.

Las causas de esta sugestión pueden ir desde el deseo ferviente y auténtico de padecer con Cristo para la redención de los pecadores, pasando por la intención de transformarse en signo visible del mensaje de redención que Cristo trajo al mundo, hasta simplemente el celo de promover la figura de Jesucristo y su pasión.

También pueden estar los casos demoníacos. Aunque su poder es limitado, satanás puede hacer milagros para engañar. Juan 8:44 dice que Satanás es un mentiroso y el padre de la mentira. Satanás puede aparecer como un ángel de luz (2 Corintios 11:14). Él hace esto para llevar a la gente lejos de Dios.

Cuando Moisés y Aarón se enfrentaron al Faraón, realizaron una señal milagrosa para confirmar su mensaje de Dios (Éxodo 7: 8-10). Pero los magos de Egipto fueron capaces de llevar a cabo el mismo milagro “por sus artes secretas” (versículo 11). El milagro de Dios se demostró que era mayor (versículo 12), pero el hecho es que los magos fueron capaces de realizar un milagro satánico en la corte del rey.

Durante la tribulación, el Anticristo “utilizará todo tipo de demostraciones de poder a través de signos y prodigios” (2 Tesalonicenses 2: 9). Jesús advirtió que los últimos tiempos se caracterizan por la traición de falsos profetas que “harán grandes señales y prodigios, para engañar” (Mateo 24:24).

La existencia de milagros demoníacos es una razón por la que debemos probar todos los espíritus: “Queridos amigos, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4: 1).

Aunque no hay mucha literatura sobre los estigmas satánicos, estos parecen existir.

LA VISIÓN CRISTIANA: UNIÓN CON LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO

La interpretación cristiana es que los estigmas son las heridas de Jesús infligidas por Dios sobre el cuerpo del alma víctima.

En realidad se debería decir católica, porque este es un fenómeno prácticamente inexistente en las otras denominaciones cristianas.

Para los estigmatizados, las llagas de Cristo en sus cuerpos son una gracia inmerecida; por tanto si es una gracia entonces es Dios quien la concede. Los estigmatizados en general no piden estas experiencias místicas, pero hay casos que si lo han hecho.

Con los estigmas Dios expresa su beneplácito por la santidad de vida y la aceptación de la Cruz asumida de manera espiritual.

Así el estigmatizado recibe la misión de ser profeta y un signo para recordar a los hombres que Cristo nos ha redimido, ofreciendo los propios sufrimientos por la salvación de las almas.

Por lo tanto el objetivo principal de los estigmas es que el alma víctima sufra en unión con Jesús por la conversión de los pecadores, es decir, para la redención de la humanidad.

Los que llevan los estigmas son entonces “corredentores” con Cristo, ya que, con sus capacidades humanas limitadas, participan con sus sufrimientos y de una manera especial participan en Su Redención.

O sea que las almas víctimas hacen reparación por sus pecados y hacen penitencia por todos aquellos que no lo hacen.

Y a través de sus sufrimientos en unión con Jesús llevan las almas a Dios, mediante la obtención de las gracias para que ciertas almas se vuelvan a Dios.

Ellos participan y viven la Pasión de Jesús en su cuerpo y alma, por la conversión de los pecadores.

14 CRITERIOS DE AUTENCIDAD DE LOS ESTIGMAS

La Iglesia hace una investigación exhaustiva, cuando se solicita, para justificar la autenticidad de los estigmas, que podemos sintetizar en 14 elementos.

1. Que los estigmas estén localizados en los lugares de las cinco llagas de Cristo.

2. Los estigmas aparecen todos al mismo tiempo.

3. Los estigmas parecen espontáneamente mientras la persona ora extasiada.

4. No se pueden explicar por causas naturales.

5. No degeneran en necrosis.

6. No emiten mal olor, al contrario se habla de olor a flores.

7. Carecen de supuración o de infecciones.

8. Sangran diaria y profusamente.

9. Se mantienen inalterados a pesar de los tratamientos. Es decir, no sufren procesos de descomposición.

10. Provocan una importante modificación de los tejidos.

11. Ausencia de una perfecta e instantánea cicatrización.

12. Están acompañados de fuertes dolores tanto físicos como morales, así como de la participación en los sufrimientos de Cristo.

13. Se dan en personas que practican las virtudes cristianas heroicamente, que tienen particularmente gran amor, humildad y amor a la cruz.

14. Producen frutos abundantes que se pueden medir en:

– Acatamiento a todas las indicaciones de la Iglesia.

– Solidez espiritual expresada en humildad, obediencia y oración.

– Caridad concreta a través de obras.

– Fidelidad doctrinal.

– Sufrimientos morales soportados con paciencia.

SAN PABLO PODRÍA HABER SIDO EL PRIMER ESTIGMATIZADO

Hay fundadas sospechas de que San Pablo pudiera haber sido el primer estigmatizado.

Mientras que San Francisco de Asís se cree que fue el primer santo en haber recibido los estigmas (el 14 de septiembre de 224), hay algunos estudiosos de las Escrituras que creen que el mismo San Pablo pudo haber sido el primero que los ha soportado.

El mismo Pablo dice en Gálatas 6:17: “De ahora en adelante nadie me cause problemas, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús”.

Y además en los Hechos de los Apóstoles leemos:

“Dios obraba prodigios extraordinarios por las manos de Pablo, hasta tal punto que imponían a los enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y mejoraban. También salían de ellos los espíritus malos” (Hechos 19:11-12)

Se sugiere que estos pañuelos estaban empapados de sangre de las heridas de los estigmas de Pablo. Como la mayoría de los católicos saben, muchos en la iglesia siguen esta práctica hoy en día con la veneración de las reliquias de los santos.

El Apóstol San Pablo también dice en su carta a los Colosenses

“Ahora me alegro cuando tengo que sufrir por ustedes, pues así completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo para bien de su cuerpo, que es la Iglesia” (Colosenses 1,24).

LOS ESTIGMAS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

San Francisco (1181-1226) fue el primer caso mencionado con estigmas de la historia. Dos años antes de su muerte, San Francisco estaba rezando durante un ayuno de 40 días cuando vio una visión de un ángel en una cruz, que le dio las cinco llagas de Cristo.

Antes de recibir las marcas, San Francisco se dice que había orado por tal signo.

“En aquella hora que precede a la salida del sol, de rodillas delante de su habitación, Francisco oraba, su rostro se volvió hacia el este y le dijo ‘Señor, te pido dos gracias antes de morir: experimentar en mí mismo en toda posible plenitud los dolores de Tu Pasión cruel, y sentir por Ti el mismo amor que te hizo sacrificarte por nosotros'”

Nadie vio al ángel, pero varias personas vieron aparecer las heridas.

“Sin embargo, como los estigmas nunca desaparecieron, varias personas fueron capaces de verlos. Entre ellos estaban el hermano León, a quien Francisco tomó como su enfermero y que lavaba regularmente la herida que exudaba en su costado. El hermano Rufino y varios otros dieron su juramento de ellas, y todos los presentes en la muerte del Santo o que fueron capaces de venerarlo en su ataúd, especialmente el hermano Jacob y sus hijos, y la hermana Clara y sus hijas. Además, el Papa Alejandro IV oyó un sermón de San Buenaventura, que afirmó que mientras Francisco todavía estaba vivo había visto las marcas milagrosas con sus propios ojos”.

LOS ESTIGMAS DE PADRE PÍO DE PIETRELCINA

San Pío de Pietrelcina (1887-1968), o “Padre Pío”, cuenta como recibió los estigmas en forma de heridas físicas inexplicables. En 1911, Pío escribió una carta a su consejero espiritual y dijo:

Anoche sucedió algo que no puedo explicar ni entender. En el medio de las palmas de mis manos apareció una marca roja, aproximadamente del tamaño de un centavo, acompañada de dolor agudo en el medio. El dolor era más pronunciado en el medio de la mano izquierda, tanto es así que todavía puedo sentirlo. También bajo mis pies puedo sentir algo de dolor

Los estigmas, que se decía olían a flores y perfumes, fueron atendidos por médicos, incluyendo el médico personal del Papa Benedicto XV. Las heridas nunca fueron infectadas, carecían de la acumulación de líquido en los tejidos circundantes, y las radiografías tomadas en 1954, no mostraron anormalidades físicas en la estructura ósea de Pío.

Fuentes:






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