En el mes de agosto hice un viaje
digamos misionero o itinerante por Suramérica y fue una experiencia
maravillosa, la cual me enriqueció como cristiano y sobre todo como cura. La
cosa más hermosa fueron las personas que tuve la gracia de encontrar y conocer.
Tuve la oportunidad de dictar conferencias, dar clases y visitar varios
colegios de chicos y chicas, y algo curioso, muchísimos de ellos me hicieron la
misma pregunta: ¿Por qué la misa es aburrida?
¿Cómo podía responder a esta
pregunta? Ellos no me interrogaban sobre qué cosa era la misa, sino que su
inquietud nacía de una afirmación, de una constatación, de una dificultad. No
podía decirles cosas banales porque hoy, más que nunca, los jóvenes necesitan
encontrar el sentido a cada cosa.
¿Creen ustedes que es fácil
responder a un grupo de más de 100 jóvenes que te miran y anhelan ser
estremecidos en su alma? Pues no lo es. Menos mal que el Señor me ayudó y les
respondí con otra pregunta: ¿Por qué en Irak mueren todos los días cristianos
que prefieren la muerte a negar la fe? ¿Por qué muchos cristianos en Nigeria y
Filipinas se arriesgan cada domingo asistiendo a misa, aún cuando saben que muchos
terroristas adoran poner bombas en las Iglesias los domingos? Hay un número
creciente de mártires como quizás nunca habíamos tenido. Muchos de ellos se
juegan su vida por la Eucaristía y defender la fe.
Queridos jóvenes -les dije- ante
este hecho real hay solo dos posibilidades: O ellos son tontos, o quizás
nosotros no hemos entendido en verdad qué cosa es la misa y, menos aún, la fe
cristiana. Yo optaría por la segunda opción. ¡Y es muy serio este asunto!
porque aquí alguien es tonto: o son ellos, o son ustedes, ¿quién será? (A esta
pregunta seguía un silencio sepulcral…).
Yo pienso que el verdadero
problema de la misa es que no sabemos qué es ni en qué consiste, y si queremos
que no sea un acto aburrido, tenemos que descubrir su belleza; aquella que puede
dar un sentido tan profundo a nuestra vida, que seremos capaces de arriesgarlo
todo porque sabremos en el fondo que nada nos puede robar el tesoro que hemos
encontrado.
Queridas
y queridos lectores, comienzo así con este blog… Veremos si caminando juntos
logramos descubrir, comprender y gustar qué tiene que ver ese acto llamado misa
con nuestra propia vida… y como en ese acto Dios da sentido a todo. Sigan
leyendo cada semana, compártanlo y recen para que el Espíritu Santo me ayude…
Gracias.
Ricardo
Reyes Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario