Algunos consejos para sacerdotes
respecto al cirio pascual. Estos consejos también valen para laicos
colaboradores en las parroquias.
Es muy bonito hacer las
incisiones sobre el cirio que marca el ceremonial. Yo siempre uso un punzón y
hago las marcas. Cuando me han dado un cirio ya pintado por de sus caras, hago
las marcas por el otro lado del cirio.
Me parece estéticamente no muy
bello, el clavar unas bolas horribles en los extremos de la cruz del cirio. Se
pueden poner cosas mucho más decorosas. Basta pasarse por la sección de
chinchetas de un gran almacén, para comprobar que hay chinchetas muy dignas
acabadas en bellas formas, desde luego mucho mejor que las bolas usuales.
Yo, personalmente, prefiero con
el punzón hacer unos agujeritos pequeños, e insertar auténticos granos de
incienso, tal como dice el ceremonial. Esos granos de incienso se pueden
apretar sobre un poco de parafina, y colocar el granito de parafina en el
agujero. Esta operación puede parecer difícil descrita con palabras si no se
ve, pero es muy simple de hacer. La parafina es tan sencilla de conseguir como
comprar algunos quesos que vienen en envueltos en parafina roja. También se
puede usar plastilina. Sólo la justa para incrustar un grano de incienso en el
agujero.
No trates nunca de encender el
cirio directamente de la hoguera. Es decir, aproximando el cirio a la llama de
la hoguera. Hay que usar una vela más pequeña para esa operación. Por flojo que
sea el fuego de la hoguera, la corriente de aire ascendente, siempre apagará el
cirio. Y eso sin contar con que la parte superior se ennegrecerá al contacto
con la llama.
Tampoco aconsejo sumergir el
cirio en el agua de la pila bautismal, a no ser que previamente inclines el
cirio para que la cera fundida caiga fuera. De lo contrario, por más cuidado
que pongas en mantener vertical el cirio, la cera te caerá sobre las manos o la
casulla.
Por último, me gusta en la octava de pascua colocar el cirio pascual en
pleno centro del presbiterio, justo a medio camino entre el altar y el extremo
del presbiterio.
P.
FORTEA
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