viernes, 11 de abril de 2014

SER CONTEMPLATIVOS


Ante la idea de contemplación nos encontramos con respuestas diferentes. Para algunos se trata de algo anticuado, ligado a la vida religiosa de otro tiempo y alejado de la vida actual. Otros lo asocian a espiritualidades orientales, budismo, zen...Pero nos encontramos con personas, cada día más numerosas, que sienten la necesidad de pararse, de buscar el silencio y de buscar respuesta a importantes interrogantes, que den sentido a sus vidas. Por desgracia, fuera de la vida religiosa, un cristianismo basado en la dogmática, en la moral y en los ritos, no ha invitado a sus fieles a meditar. Y, en realidad, no se puede ser auténticamente cristiano sin ser contemplativo, sin ver a Dios en todas las cosas, sin vivir cada instante sumergidos en su presencia, sin estar seducidos por Dios.

Contemplación, según el jesuita Manuel J. Fernández Márquez, " es mirar serena y gratuitamente todo lo que hay a nuestro alrededor - sin tener que salir a la playa o a la montaña -, y ver, con los ojos iluminados del corazón, es decir, con una mirada interior y con el oído interior, la Presencia de Dios que seduce y enamora nuestra alma."

Y vivir la Presencia de Dios puede hacerse en el autobús, en tu habitación, en la montaña, en la calle, en todo momento...Como nos dice el salmo 114,9: "Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida".

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