Hoy me ha escrito un lector
fidelísimo a este blog para confesarme que xenófobo y que no le gustan las
personas de color.
Querido lector, ¿vas a mirar mal
a una persona únicamente por una finísima capa externa de la piel? Uno o dos
milímetros por debajo, sois iguales. No piensas que podías haber nacido en
África. ¿No eres capaz de ponerte en la piel del otro?
Yo podía haber nacido musulmán y
probablemente hubiera sido musulmán toda mi vida. ¿Tan difícil nos es
comprender al otro?
En este blog, nunca he atacado
duramente a los nacionalistas de España. El patriotismo español ¿no es un
nacionalismo más grande? Tampoco he dicho ni una sola palabra mala de los
musulmanes, ni de los protestantes. Serán acogidos con amor como yo por el que
los creó.
Los partidos de izquierdas
institucionalmente son muy contrarios a la Iglesia. He bromeado a menudo sobre
esa rivalidad impuesta programáticamente. Pero sus militantes son hijos de Dios
con prejuicios, como seguro que los tengo yo sin darme cuenta.
Me gusta reflexionar sobre el III
Reich. ¿Pero un inquisidor no era un nazi envuelto en otro pelaje? Es muy
peligrosa la mentalidad del que piensa: éste es de los nuestros, defendámoslo.
Debemos buscar la verdad, con
todo nuestro corazón. Y en la verdad trataremos de ser justos. Justos a nivel
personal, algunos podrán serlo sobre naciones enteras.
P.
FORTEA
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