domingo, 13 de abril de 2014

¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?


"Los que pasaban le insultaban meneando la cabeza y diciendo:
– ¡Tú, que derribas el templo y en tres días lo vuelves a levantar, sálvate a ti mismo! ¡Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz!
Del mismo modo se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos. Decían:
- Salvó a otros, pero él no se puede salvar. Es el Rey de Israel, ¡pues que baje de la cruz y creeremos en él! Ha puesto su confianza en Dios, ¡pues que Dios le salve ahora, si de veras le quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de Dios? Y hasta los bandidos que estaban crucificados con él, le insultaban
Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde, toda aquella tierra quedó en oscuridad. A eso de las tres, Jesús gritó con fuerza_
- “Elí, Elí, ¿lema sabaqtaní?” (es decir, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”)
Algunos de los que estaban allí, lo oyeron y dijeron:
– Está llamando al profeta Elías.
Al momento, uno de ellos corrió en busca de una esponja, la empapó en vino agrio, la ató a una caña y se la acercó para que bebiera. Pero los demás decían:
– Déjale, a ver si viene Elías a salvarle.
Jesús dio otra vez un fuerte grito, y murió."
En el Oficio de hoy se leen dos evangelios. En la bendición de las palmas la entrada de Jesús a Jerusalén y en la misa, la Pasión según san Mateo. Un tremendo contraste. Jesús entra triunfalmente y a los pocos días es crucificado entre burlas. Debido a la longitud del texto, os he colocado el fragmento de la Pasión que nos muestra a Jesús abandonado y objeto de mofa, poco antes de su muerte.

Tengo muchos amigos que me dicen, que no les gusta la imagen de Jesús crucificado, sino que prefieren la de Jesús resucitado. Sí, es verdad; pero no podemos olvidar que para llegar a la resurrección, hay que pasar antes por la muerte.

La imagen de Jesús en la cruz gritando: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", es el grito de toda la humanidad. El misterio del mal en este mundo, sólo tiene sentido concentrado en la Cruz. El grito de las mujeres violentadas, de los inocentes de Siria, de los desahuciados, de los niños privados de su infancia, de los enfermos, de los que mueren de hambre...es el grito de Jesús en la Cruz. El Inocente carga con el mal de todos y lo transforma en vida. Jesús en la Cruz da sentido al cristianismo. En el evangelio de ayer veíamos cómo los sacerdotes deciden matarlo porque temen que todos le sigan y los romanos les destruyan su estatus quo. El cristianismo de hoy, por desgracia, se parece más a la religión de los sacerdotes que a la de Jesús. Desde el momento que Constantino la transformó en religión de estado, interesó más el poder, el dominio que el evangelio. Nos olvidamos del Jesús crucificado, abandonado y quisimos pasar directamente al resucitado, al del poder. Nos preocupan más nuestros privilegios, que el sufrimiento en nuestra sociedad. Es más, con nuestra sociedad injusta, nos convertimos en crucificadores. el cristianismo, si no está al lado de los abandonados, de los que sufren injusticias y persecuciones, si no es el grito de los desamparados, no es cristianismo.
Jesús clavado en la cruz da sentido a la vida. Nos dice que el camino que debemos seguir, es el de luchar por erradicar el mal, el dolor, la injusticia, de este mundo.
Que esta Semana Santa que hoy comenzamos, nos sirva para escuchar el grito de todos los abandonados del mundo, que gritan con Jesús en la Cruz.

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