jueves, 19 de abril de 2012

DEL POGUEO Y OTRAS LIBERACIONES


La catarsis, esa actividad tan de moda entre nosotros, remedio casi siempre infalible, para el sentimiento de frustración, sobre todo ahora y en medio de una sociedad que va a un ritmo vertiginoso en carrera loca hacia la satisfacción de necesidades reales o ficticias, encuentra su zenit indiscutible en este tercer, pandémico y estresado milenio. Y claro está las expresiones no
podían quedarse atrás, más aún, tenían que ponerse al día y estar a la altura de la “necesidad”.

Hace unos días asistí a un concierto de rock, un género musical, que de por sí y en línea de principio, está ya, transido de un espíritu catártico (tal vez no es el único) y pude comprobar, no con asombro pero si con curiosidad, como la estridencia y el desenfreno rítmico de cada interpretación, podían desencadenar respuestas del más alto y desmesurado calibre, verdaderos estados alterados pero que como toda auténtica liberación, concluían en la mengua paulatina de
las frecuencias cardiacas elevadas inicialmente a su máxima expresión para retornar luego a su estado natural. Cuerpos que se golpeaban lateralmente unos a otros, hacían del concierto, una suerte de liturgia o canto responsorial en el que nadie se odia, muy por el contrario todos son uno con el canto y el cantor, piensan como él, sienten como él y le gritan a la cara su propia
canción como una especie de reafirmación y pacto sagrado. No hay santo para santiguarse pero hay descomunales parlantes, los más abominables de la historia del sonido, pero ahí, enfrente de ellos se arrodillan y los tocan esperando un no sé que de la felicidad. Habría que agregar que en este trance colectivo había como una especie de retorno a lo primigenio sino a lo primitivo.

Reconozco que el rock de hoy no es el de mis preferencias, más bien tengo predilección por el clásico; pero acepto al mismo tiempo que no había visto tanta autenticidad en dos horas de frenético extravío. Definitivamente creo que no hay otra forma de escuchar, “padecer” y responder a esta música que “pogueando”.

Mario Aquino

No hay comentarios: