Estamos a puertas de la celebración de Pentecostés, personalmente es una fecha que significa mucho para mí. Alguna vez les contaré la historia, pero tiene que ver con mi nacimiento y mi vuelta a casa luego de muchos años de ausencia.
Pentecostés
es una gran fiesta, su significado no es menor. Con la venida del Espíritu
Santo, Jesús hace palpable esa promesa que dejó el día de su Ascensión al cielo:
«Y yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28:20). ¡Qué
hermosa puede ser esta promesa! Recuerdo que la primera vez que la leí
no pude contener las lágrimas de emoción.
Desde ese momento cada vez que
me siento sola, recurro a esta frase. Es casi como encontrarme con el abrazo de
Cristo que permanece aunque todo lo demás pase.
Volviendo a Pentecostés. Mi
abuela solía decir que el Espíritu Santo es un caballero, no aparece si uno no
lo llama, lo que no significa que no esté presente. Siempre sale al encuentro
si lo invocamos en la necesidad.
Por eso, y con el ánimo de
entender mucho mejor qué es Pentecostés, te comparto un video genial de Fray
Abel de Jesús. Comprenderemos qué significa, cuándo nace esta fiesta y cómo se
celebra.
EL ESPÍRITU DE DIOS ES QUIEN NOS ILUMINA CON SU
SABIDURÍA
Y nos concede los dones necesarios para nuestra misión en la tierra.
A veces lo tenemos olvidado y aún así, qué importante es tenerlo presente
todos los días de nuestra vida. Esforzarnos por conocerlo, por cultivar una
relación cercana con Él.
La reflexión de Fray Abel, me
deja pensando en los pactos de Dios. Estos 50 días que celebramos el domingo de
Pentecostés, además de ser un regalo, nos recuerdan que esos pactos que Dios
hace con los hombres nunca los rompe.
¡Somos
nosotros los que tenemos esa mala costumbre de romperlos! Una y otra vez y otra vez
más. Pero Cristo, conociendo nuestra naturaleza afectada por el pecado original viene a restaurarla con su
propia vida.
Y además nos deja su Espíritu
para continuar el camino hacia nuestra verdadera casa, la casa del Padre.
¡QUÉ GRANDE ES EL AMOR DE DIOS!
Qué misteriosa es su acción.
Lo hemos rechazado tantas veces, pero Él que no se cansa, vuelve por nosotros a
lo largo y ancho de la historia. Trascendiendo lugares y tiempo.
Su salvación es tan actual,
fue actual para todos aquellos que lo esperaban desde el Antiguo Testamento, y
también lo es para todos nosotros y las futuras generaciones.
Si
solo pudiéramos comprender un poco la magnitud de su amor, no habría otro
camino posible que el de seguirlo.
Escrito por Silvana Ramos
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