La situación eclesial es extremadamente compleja. Hoy es un día trágico para la iglesia universal. El desafío alemán no es cualquier cosa. La situación de la Iglesia en general es más que preocupante. Está claro que números cantan. Las órdenes y congregaciones religiosas envejecidas y cerrando casas por días. Los seminarios tan en baja que ya no conocemos ni el número de seminaristas en cada diócesis. La práctica religiosa en caída libre. Económicamente en números más que rojos. Doctrinalmente no hay más base que el relativismo, ni más idea matriz que cuatro generalidades que de nada sirven y a nada conducen.
Nosotros
seguimos a la nuestro: ponencias, congresos, encuentros, planes, debates,
mesas redondas, cuadradas y elípticas. Bien. Está bien si son acciones capaces de hacernos reflexionar sobre la
realidad, la meta, que no puede ser otra que cumplir con el mandato del Señor
de hacer discípulos y bautizar como nos recordará el Evangelio del próximo
domingo.
Pero no. Lejos de nosotros
caer en el fundamentalismo y la observancia. Pasamos
de estar en el mundo, pero no ser del mundo, a un estar en la Iglesia, pero
siendo, en realidad, del mundo más mundano.
A las parroquias nos llegan por diversas vías multitud de convocatorias, iniciativas y sugerencias, muchas de
ellas con el aspecto de ser una rendición a los valores imperantes en nuestro
mundo de hoy. Ayer me llega una convocatoria más con el título nada menos de “Soñar juntos. Soñemos como una única humanidad”,
que es una frase tomada del Fratelli tutti. Vale. Servidor ha sacado la veta
calderoniana. Está bien lo de soñar, pero recuerden, hermanos,
“que los sueños, sueños son”. Bonitos,
pero se quedan en eso, aunque siempre son disculpa para una convocatoria más.
Dentro de esa convocatoria, una ponencia bajo el título “Ecofeminismo” y a cargo de Geraldina
Céspedes, Dominica del Rosario. Pues qué quieren que les diga. ¿Las
Misioneras de la Caridad se conectarán para no perderse el evento? ¿A qué no?
Para un servidor más que suficiente.
POCAS CHARLAS SON.
Echo
en falta la intervención del querido teólogo Higinio Fernández disertando sobre el misterio
de la Trinidad en perspectiva de género, número, voz perifrástica y opción por
el excluido. Barrería.
Sugiero
una llamada a sor Presa de la Purísima, alias la “Rea”, para una ponencia que explique la relación entre el heteropatriarcado,
los arrecifes de coral y la misericordia universal desde una visión mística en
clave de ensoñación del Reino que ya ha comenzado.
No sé cómo no se les ha
ocurrido acudir a Mustafá ben Amí Yverás Loquetepasa para incluir una visión liberadora de la
mujer y de libertades erótico-festivas como nuevo paradigma en la actual
comprensión del nuevo Islam renovado. Se regalará velo a las asistentes.
Y hay una sugerencia que hace
tiempo quería hacer. Creo que, en la actual situación de la Iglesia, de
auténtico estado de nervios, sería genial la intervención de algún psiquiatra,
a ser posible un religioso, tal vez el P. Jeremías de la
Mayor Lamentación, que nos presentara la genial idea de la
sofronización de la cenestesia. Y juro que un compañero asistió una vez a una
conferencia con ese título. Sobrevivió. No me digan cómo, pero sobrevivió.
Oigan, monten unas
jornadas con la Céspedes, Higinio, sor Presa, Mustafá y el P. Jeremías.
Les aseguro asistencia abundante, bendiciones cardenalicias, sin descartar la
papal, portada en Religión Digital y la asistencia del P. Ángel.
Jorge González
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