lunes, 2 de diciembre de 2019

LOS SATÁNICOS DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA


Lo de la Universidad Complutense de Madrid sorprende ya a pocos. Un congreso de Satánicos (“¡y de Carabanchel!” como diría el personaje de Santiago Segura en El Día de la Bestia). Como no compartan técnicas para desangrar cabritos, yo ya no sé.
Pero es que me causa menos estupor eso que la reacción de la delegación de pastoral universitaria, que directamente ha cerrado una capilla a cal y canto para impedir a un grupo de alumnos rezar el Rosario mientras tiene lugar dicho congreso.
La capilla de Filosofía está bajo la responsabilidad de don Juan Carlos Guirao Gomáriz, que quizás les suene porque plantó cara a Podemos en un debate. ¿A ese diablo sí y a este no, don Carlos? 
Desde luego la responsabilidad de que se abra o deje de abrir esa capilla reside en última instancia en otro Carlos, que es el cardenal-arzobispo de Madrid, pero lo que me deja atónito son los comentarios a la negativa.
“Se vería como una provocación a los satanistas y dicen querer evitar “situaciones desagradables” por lo que han decidido clausurar el lugar de culto inmediatamente tras la misa de 8 de la mañana que se celebra a diario”. 
Lo de siempre. Ellos pueden provocar, ellos te pueden liar un congreso en una institución pública (sí, tú y yo pagamos la complutense), pero tú y yo no tenemos derecho ni a rezar el Rosario en una capilla porque al capellán de turno se le han hecho los machos un nudo en la garganta. ¡Vergüenza!
Pero con todo, no me lo creo. Una persona que ha demostrado, y además lo ha hecho con caridad, que te puedes enfrentar a un oponente ideológico sin “provocar”, no entiendo que decida de esta manera. Sospecho órdenes de más altas instancias, pero tendría uno más suerte investigando al CNI que ciertos círculos de esta nuestra Iglesia Católica. 
La decisión me parece, desde luego, despreciable. En la tónica, a la que ya nos tienen acostumbrados pero, desde luego, nunca rendidos. La tónica del intentar apaciguar al adversario haciéndose el muerto. Hasta tal punto que ya nos lo creemos, que nos creemos que no pintamos nada en la vida pública, que ellos tienen la plaza.
Y no es así. Muchos millones de españoles son lo que aún van a Misa, sí, pero otros sin ir no están lejos de un ideal de Vida Cristiana que a veces incluso tienen más claro que los más devotos. ¿Por qué defienden un ideal que no comparten? Quizás porque entienden que es el mejor, el que nos hace más libres, el que es sencillamente la Verdad.
Allá cada uno y su conciencia pero nunca se ha ganado una guerra renunciando a presentar batalla. Y no nos equivoquemos: la guerra de las ideas se libra todos los días. Y hoy se ha perdido por deserción.
+Pax et Bonum
Miki V.

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