5 sugerencias para
que tu amigo sacerdote se sienta querido.
Por: Diego López Marina | Fuente: ACI Prensa
Falta cada vez menos días para la celebración de
la Navidad, en la que tradicionalmente se obsequian regalos a quienes más
amamos y, por qué no, a aquellos sacerdotes que participan de los momentos más
significativos de la vida y brindan el mayor obsequio de todos: el Santísimo
Sacramento.
Aquí algunas ideas sobre
qué regalarle a un amigo sacerdote esta Navidad:
1.
INVITARLOS A CENAR A CASA
Aunque no parezca, muchos sacerdotes no son
invitados a casas de familias para cenar y a veces pueden llegar a sentirse
realmente solos.
Recuerde que el sacerdote es una persona
involucrada en actividades agotadoras; dejan atrás a su familia, abandonan la
idea de tener una propia y a la vez se comprometen a servir a Cristo y su
rebaño de por vida.
Los sacerdotes deben sentirse queridos y
necesitan experimentar el amor familiar de alguna manera. Por tanto, siempre es
una buena idea invitarle a cenar en Navidad u otro día del año para demostrar
el aprecio que se tiene a su trabajo.
2.
REGALOS CATÓLICOS
Puede ayudar a su amigo sacerdote a conectarse
más profundamente con su fe y comunidad comprándole libros, películas, objetos
o música católica.
Piense en su santo favorito, si suele citar un
libro en particular con frecuencia, su artista católico preferido o una
película que le pueda sumar a su vida espiritual.
3.
UNA INVITACIÓN A HACER ALGO DIVERTIDO
También puede invitar a su amigo sacerdote a ver
una película, al teatro, a ver un partido de fútbol o a un concierto a fin de
estrechar los lazos de amistad y ayudarle a distraerse de sus actividades
cotidianas.
4.
UNA GIFTCARD O DINERO
¿Su amigo sacerdote tiene
un hobby como tocar algún instrumento o practicar algún deporte? ¿O quizás
necesita algo con urgencia, como una prenda de vestir? Nunca
está demás, si no conoce sus gustos específicos, obsequiarle una giftcard o
algo de dinero para que adquiera algo que realmente necesite.
5.
ORAR POR SUS INTENCIONES U OFRECER UNA MISA POR ÉL
Este es el mejor regalo que podemos dar a
cualquiera esta Navidad, pero especialmente a nuestros sacerdotes que necesitan
fortaleza para resistir al maligno y vivir su ministerio fielmente.
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