¿CUÁL ES EL PUNTO?
Esa
pregunta me vino a la mente mientras observaba al perro de mi nieto buscar y
traerme una pelota una y otra vez.
¿CUÁL
ES EL PUNTO?
Eso es
lo que el autor de Eclesiastés preguntó mientras pensaba en el monótono ciclo
que observaba en la naturaleza y en la vida: las mismas cosas sucediendo año
tras año, generación tras generación.
¿CUÁL
ES EL PUNTO?
Eso es
lo que un hombre de negocios jubilado preguntaba, en efecto, cuando me dijo que
prefería morir que vivir más tiempo. Había visto y hecho todo lo que había
querido. Había llegado a un momento en que la vida le daba más dolor que
placer.
¿CUÁL
ES EL PUNTO?
He
aquí el punto. Unos cuantos años antes de que muriera un amigo mío dijo:
«La vida es una experiencia maravillosa. Es magnífico ver que
Dios mantiene la naturaleza funcionando en su patrón.
Es maravilloso saber que estamos aquí para amar a Dios por
encima de todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Es consolador creer que todos nuestros pecados están
perdonados por lo que Cristo hizo en la cruz. Y es emocionante pensar en la
eternidad que Dios tiene para nosotros. Ciertamente que es fantástico estar
vivo.»
La vida puede ser deprimente cuando se deja a Dios afuera.
pero ¡qué emocionante es cuando Él está en el centro de la misma.
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