Un
día, «Charlie Brown» (el de las tiras cómicas) estaba en el patio trasero de su
casa practicando tiro al blanco con su arco y sus flechas.
Templaba el arco y lanzaba la flecha a una cerca. Luego, iba
donde había caído la flecha y dibujaba un blanco a su alrededor.
Luego
de tirar varias flechas y arcos más tarde, Lucy le dijo: «No puedes practicar tiro al blanco de esa manera.
Primero dibuja el blanco, entonces tira la flecha». La respuesta de «Charlie» fue: «Lo sé,
pero si lo haces a mi manera, ¡nunca fallarás!»
Lamentablemente,
muchas personas conducen sus vidas como «Charlie» las
flechas. Nunca dibujan un blanco, por lo tanto nunca fallan el blanco. Pero
nunca dan en uno, tampoco.
Cuando
era niño, mi padre decidió construir una cancha de básquetbol para mi hermano y yo. Hizo una plataforma de cemento, puso
un tablero en el garaje y estaba a punto de poner la canasta, cuando fue
llamado de urgencia para una emergencia. Prometió ponerla tan pronto como
regresara. No hay ningún problema, pensé.
Tengo
una flamante pelota de baloncesto y una nueva plataforma de cemento sobre la
cual rebotar mi pelota. Durante unos minutos jugué con mi pelota sobre el
cemento. Pronto me aburrí, y lancé la pelota al tablero una vez. Dejé que la
pelota rodara fuera de la cancha y no la volví a tomar hasta que papá volvió
para poner el aro. ¿Por qué? Porque no hay
ninguna gracia en jugar baloncesto sin un aro. Lo bonito es tener algo por qué
esforzarse.
Tomado del libro Actitud de vencedor. John C Maxwell
No es el día para seguir disparando sin tener un blanco. Has
disparado una y otra vez, pero sabes, allá en lo profundo de tu espíritu, que
no tienes, ni meta, ni blanco ni estás caminando con propósito.
Detente, levanta tu mirada y comienza con el anhelo de tu
alma a buscar una meta, un blanco y sobre todo el propósito de Dios para tu
vida.
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios
en Cristo Jesús. Filipenses 3:14
Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo
hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual
pasáis para tomarla. Deuteronomio 11:8
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