La
Profecía de los Tres Días de Oscuridad ha sido reportada por místicos y
videntes de muchas épocas.
Causa
fascinación, a la vez que una mezcla entre alivio -¡por fin llegó la
purificación!- y temor.
A nuestro
juicio hay cuatro preguntas básicas sobre el fenómeno:
-¿Por qué Dios permitiría ese fenómeno?
-¿En qué momento lo permitirá?
-¿Qué sucederá en esos tres días?
-¿Qué sucederá luego de los tres días de oscuridad?
En este
artículo trataremos de dar pistas para responder a esas preguntas.
Este evento no deja de ser una hipótesis, como todas las profecías.
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Aunque algunos las invisten de tal grado de certeza que les impide apreciar puntos de vista divergentes (incluso entre los propios profetas).
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Que lleva a unos a convertirse en ‘fan’ de una profecía y ‘enemigos’ de otra.
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E incluso llegando a denunciar a quien meramente informa, acusándole de crear confusión.
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Aunque algunos las invisten de tal grado de certeza que les impide apreciar puntos de vista divergentes (incluso entre los propios profetas).
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Que lleva a unos a convertirse en ‘fan’ de una profecía y ‘enemigos’ de otra.
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E incluso llegando a denunciar a quien meramente informa, acusándole de crear confusión.
Al publicar
esto estamos ejerciendo nuestro rol de informadores, ofreciendo material para
discernir.
EXPERTO
PREDICE EL RETORNO DE CRISTO EN MEDIO DE LOS TRES DÍAS DE OSCURIDAD
El periodista, historiador e investigador de profecías bíblicas Michael D. Fortner, ha publicado su último
libro, El Inminente
Apocalipsis y los Tres días de Oscuridad.
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En el que afirma que una guerra nuclear multinacional se llevará a cabo al final de la Tercera Guerra Mundial (WW3), seguida poco después por el impacto de un asteroide.
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Y ambos eventos combinados cubrirán el mundo con nubes oscuras que amenazarán con el invierno nuclear.
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En el que afirma que una guerra nuclear multinacional se llevará a cabo al final de la Tercera Guerra Mundial (WW3), seguida poco después por el impacto de un asteroide.
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Y ambos eventos combinados cubrirán el mundo con nubes oscuras que amenazarán con el invierno nuclear.
Fortner recopila muchas profecías que ‘andan
por la vuelta’, lo que no asegura su validez sino su habilidad como
experto compilador.
Según Fortner,
el mundo estará en completa oscuridad durante tres días, durante los cuales Cristo volverá y quemará
las nubes negras con fuego del cielo.
Con lo cual salvará al mundo de la autodestrucción, a pesar que el fuego también
matará a mucha gente.
La guerra
nuclear y el impacto del asteroide también crearán un aire venenoso que matará a más personas que la WW3.
Llegó a su tesis mediante el análisis de muchas profecías dentro y fuera
de la Biblia, incluyendo
el Libro de Enoc, oráculos sibilinos, textos apócrifos, y profecías católicas y
protestantes, que armó como un rompecabezas.
Una de las cosas importantes que descubrió es que Dios enviará fuego del
cielo, desde un pequeño segundo sol que aparecerá en el cielo algunas semanas o
meses antes.
Fortner
presenta muchas profecías que hablan de
este segundo sol, prestando atención especial a la Sibila Eritrea.
Él dice que la aparición del pequeño segundo sol será la
‘maravilla’ en el cielo que el profeta Joel dijo que vendrá antes del
Día del Señor.
Fortner dice
que el segundo sol llegará lo suficientemente
cerca de la tierra para secar lagos y ríos, como lo que sucederá al río
Éufrates que se menciona en Apocalipsis 16.
Será una de
las cosas por las cuales
“los hombres se quedarán sin aliento por el
terror y la ansiedad ante las cosas que se abatirán sobre el mundo,
porque las fuerzas de los cielos se tambalearán” Lucas 21:26
Este segundo sol cambiará de color, siendo azul al principio y más tarde, cuando se
acerque a la Tierra, será de color rojo.
Es la Kachina azul y rojo de la estrella de la profecía Hopi, dice Fortner.
Esos tres
días de oscuridad total han sido profetizados durante mucho tiempo, y la
oscuridad se menciona muchas veces en la Biblia como algo que ocurre durante la Ira de Dios, aunque no se indica la
duración.
Dice que Cristo volverá durante los tres días de oscuridad para juzgar
al mundo, con la
destrucción de las naciones (Mat. 25) por el fuego del segundo sol, terremotos,
aire envenenado, granizo, asteroides, erupciones volcánicas y tsunamis.
Dice que el aire envenenado se produce cuando el ángel derrama la
séptima copa de la ira en el aire, en Apocalipsis 16, la última de la ira.
Incluso
afirma que Oral Roberts
tuvo una visión de una explosión nuclear en América, pero no sabía lo que
estaba viendo.
Después de la explosión, las nubes distribuidas en América irán a todo
el mundo.
Oral dice
que Dios le dijo que “la
segunda venida es la fatalidad más próxima en el horizonte”.
Fortner no sólo maneja profecías, sino también da evidencia científica para apoyar sus afirmaciones
sobre la guerra nuclear y los impactos de asteroides que crean la oscuridad y
el veneno de aire.
Fortner dice
que su libro fue escrito para los
cristianos, porque muchos se arrepentirán demasiado tarde y les es
necesaria conocer esta información si quieren sobrevivir a la ira de Dios, para
que puedan vivir en el reino de Dios en la Tierra después de la vuelta de
Cristo.
Veamos ahora las profecías de Ana
María Taigi sobre los 3 días de oscuridad.
QUIÉN
FUE ANA MARÍA TAIGI
Ana María
fue hija privilegiada de Luis Giannetti y María Massi. Nació en Siena, La Toscana, el 29 de mayo de 1769.
En su
bautismo recibió el nombre de Ana María Antonia Gesualda.
En 1775, se
mudó a Roma con sus pobres y piadosos padres.
A su debido
tiempo Ana María se casó con Domenico Taigi, o más bien Taegi, un joven piadoso y virtuoso, pero de
costumbres toscas y ásperas, lo que contribuyó mucho a la santificación de
María Taigi.
Ella fue un modelo perfecto de esposa y madre cristiana. Tuvieron siete hijos.
Aunque
profundamente humilde y retraída, el perfume de su extraordinaria santidad se
extendió a lo largo y ancho.
Ana María
disfrutó de un regalo muy singular y maravilloso de Dios.
Durante cuarenta y siete años, una luz sobrenatural misteriosa, una
especie de sol, estaba siempre ante sus ojos.
Allí ella podía leer el estado de las conciencias, de las revoluciones,
las guerras, los planes de los gobiernos, los objetivos de las sociedades
secretas, las supersticiones y crímenes.
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La recompensa de los santos así como los castigos tanto temporales como eternos, preparados por Dios para todas las transgresiones humanas.
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La recompensa de los santos así como los castigos tanto temporales como eternos, preparados por Dios para todas las transgresiones humanas.
Durante su vida y después de su muerte ella obró muchos prodigios. Murió en Roma, en gran olor
de santidad, el 9 de junio de 1837.
El proceso
de su beatificación avanzó muy rápidamente y fue beatificada en 1920 en Roma.
Las
previsiones proféticas de esta admirable vidente alcanzan hasta el día del
juicio universal.
La mayor
parte de sus profecías se encuentran en
los archivos secretos de la Congregación de Ritos en Roma.
Pero muchas de estas profecías fueron dadas a
conocer por ella a un número considerable de personas eminentes en
virtud y también a varios altos dignatarios.
El Venerable
Vicente María Strambi, obispo de Macerata, fue uno de ellos.
También
monseñor Natali, quien durante veinticinco años, disfrutó de toda su confianza.
El cuerpo de la Beata Ana María Taigi se encuentra incorrupto en Roma.
El Cardenal Salotti escribió su vida y profecías.
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Predijo la abdicación de Carlos IV de España, la caída de Napoleón, la liberación del Papa Pío VII, etc., con un lujo de detalles que se comprobaron todos.
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Predijo la abdicación de Carlos IV de España, la caída de Napoleón, la liberación del Papa Pío VII, etc., con un lujo de detalles que se comprobaron todos.
Por ejemplo,
cuando agonizaba el Papa León XII,
piden oraciones a Ana María Taigi y ella contestó:
“El
Papa no morirá, pero que se prepare Monseñor Strambi (su consejero) que ha ofrecido la vida por él, pues el Señor ha
aceptado su generoso ofrecimiento”
Y, para la
sorpresa de todos, efectivamente León
XII sale del peligro y de repente Monseñor Strambi -actualmente beatificado-,
cae desvanecido y muere.
LA
PROFECÍA DEL CASTIGO
El 31 de agosto de 1816, ella oye de Nuestro Señor:
“Oh
Roma, Roma. Hijos criminales. ¿Ignoráis el bien que os hice?… Tomo nota de
vuestra respuesta…
Pero
cuando Mi Padre Celestial dé la orden…
Amada Mía: verás cómo terminará Roma.
Sabe que ahora caen como la nieve las almas en el
infierno…
que lloren y sollocen amargamente…
No
se puede llamar ya a Roma la Santa… Tú los ves, lo ves claramente con tus
propios ojos… Viven como bestias.
Los
hombres… No buscan aquí abajo más que
el lujo, placeres y satisfacciones… y se dejan llevar de toda clase de
deseos culpables…
Y
muchos se me quejan todavía de no poder
llevar el peso de sus miserias. Pero si yo pudiera hablarte… quisiera
abrirte Mi Corazón… Me vengaré… en ellos”
Según el
Cardenal Sallotti, que tuvo acceso a todas las actas del proceso de
beatificación, Nuestro Señor le mostró
las tramas de las fuerzas secretas contra el alto clero.
En una
ocasión Él le dirigió palabras de fuego contra los sacerdotes que contaminaban los altares.
“Ella vio también el futuro castigo y al fin el
triunfo de la Iglesia.
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Dios quiere purgar la tierra y su Iglesia, para lo cual está preparando una plantación nueva de almas desconocidas que operarán grandes y sorprendentes milagros” (Mons. Sallotti, págs. 300-340).
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Dios quiere purgar la tierra y su Iglesia, para lo cual está preparando una plantación nueva de almas desconocidas que operarán grandes y sorprendentes milagros” (Mons. Sallotti, págs. 300-340).
Los castigos de la tierra serán mitigados, los del cielo serán
universales y espantosos.
“Cinco
años antes de la muerte de Pio VII – refiere Mons. Natali – me describió la gran prueba en preparación: las
revoluciones se abatirán sobre Roma, los desastres disminuirán por las
satisfacciones de los santos.
La cizaña será arrancada y luego la mano de Dios
volverá a imponer orden allí donde será impotente el esfuerzo humano.
Los
castigos de la tierra serán mitigados, pero los del cielo serán universales y
espantosos.
Millones de hombres morirán por el hierro, sea en
la guerra, sea en las luchas civiles; otros millones perecerán de muerte
imprevista.
Después,
naciones enteras volverán a la unidad
de la Iglesia, muchos turcos, paganos, judíos serán convertidos y su fervor llenará de confusión a los antiguos
cristianos.
En
una palabra, me decía que el Señor
quería limpiar el mundo y su Iglesia, para lo cual preparaba un renacimiento
milagroso, el triunfo de su misericordia”.
También
describió la visión de la tierra
rodeada de llamas, cubierta por tinieblas, que luego será especificada
por la profecía de los tres días de oscuridad:
“La
misma visión se presentará muchas veces a la beata.
Ve
a la tierra rodeada de llamas, la cubren las tinieblas, se hunden numerosos edificios, la tierra y el cielo parecen agonizar.
La
prueba es seguida de un renacimiento universal.
Y
todo esto ocurrirá cuando parezca que
la Iglesia ha perdido todos los medios humanos de hacer frente a las
persecuciones” (Mons. C. Sallotti, pág. 159).
“No
obstante, ve un día que el sol se abre
y da paso a torrentes de sangre, mientras la Virgen intercede para detener los
castigos preparados.
Símbolo
de las grandes crisis mediante las cuales Dios iba a purificar a la Iglesia.
Parece desencadenarse un espantoso ciclón, el cielo
arde, tiembla la tierra, se vislumbran pestes, revoluciones, revueltas,
matanzas, batallas, negros aeróstatos recorren el cielo, cubriendo la tierra de
fuego y de tinieblas…” (Mons. C. Sallotti, pág. 172).
En el
proceso de la beatificación del Venerable Anna María Taigi, publicado en la
Analecta Juris Pontificii, leemos lo que sigue depuesto bajo juramento por el cardenal Pedicini:
“Un
día Ana María, mientras derramaba un torrente de lágrimas, oró y ofreció sus
acciones y sufrimientos por la conversión de los pecadores, por la destrucción
del pecado y para que Dios sea conocido y amado por todos los hombres.
Entonces,
Dios le manifestó los horribles pecados
de personas de toda condición, y cómo Él se sintió gravemente ofendida.
Al
ver esto, la sierva de Dios experimentó un dolor profundo y suspirando exclamó:
‘¡Oh, amado Señor! ¿Cuál es el remedio para este desastre?’
Jesucristo
contestó: ‘Hija mía, mi esposa la Iglesia, mi Padre y yo mismo deberemos
remediar todo.
Después del castigo… los que han de sobrevivir
tendrán que comportarse bien’.
En este punto ella vio innumerables conversiones de
herejes, quienes volvían al seno de la Iglesia.
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Vio también, la edificante conducta de sus vidas, así como la de todos los otros católicos”.
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Vio también, la edificante conducta de sus vidas, así como la de todos los otros católicos”.
LA
PROFECÍA DE LOS TRES DÍAS DE OSCURIDAD
¿Qué
profetizó concretamente Ana María Taigi para nuestros tiempos sobre los tres
días de oscuridad?
“Dios enviará dos castigos: uno en
forma de guerra, revoluciones y peligros, originados en la tierra; y otro
enviado desde el Cielo.
Vendrá sobre la tierra una oscuridad total que
durará tres días y tres noches.
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Nada será visible y el aire se volverá pestilente, nocivo, y dañará, pero solo a los enemigos de la religión.
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Nada será visible y el aire se volverá pestilente, nocivo, y dañará, pero solo a los enemigos de la religión.
Durante
los tres días de tinieblas la luz
artificial será imposible. Sólo las velas benditas arderán. (…)
Los fieles deben permanecer en sus casas rezando el
Santo Rosario, y pidiendo a Dios Misericordia.
Los malos perecerán en toda la tierra durante esta
oscuridad universal, con excepción de algunos pocos que se convertirán.”
En otra
visión vio:
“La
tierra envuelta en llamas, hundiéndose numerosos edificios. La tierra y el
cielo parecía que estaban agonizando.
Millones de hombres morirán por el hierro, unos en
guerras, otros en luchas civiles; millones perecerán en los tres días de
tinieblas. (…)
Después
de purificar al mundo y a su iglesia, y de arrancar de cuajo toda la mala
hierba, Nuestro Señor operará un renacimiento milagroso”…
“Los cirios benditos preservarán de la muerte así
como las oraciones a la Santa Virgen y a los ángeles”.
“Tinieblas
pestilentes, pobladas de visiones horrorosas, envolverán la tierra durante tres
días.
Los
demonios aparecerán bajo toda suerte de formas horribles”.
“Quien quiera que abra la ventana por curiosidad y
mire afuera, o bien salga de la casa, caerá muerto en el acto.
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En estos días todos deben quedar en su casa, recitando el Rosario e implorando la misericordia Divina…” (M. Servant, pág. 374).
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En estos días todos deben quedar en su casa, recitando el Rosario e implorando la misericordia Divina…” (M. Servant, pág. 374).
En
definitiva, una gruesa tiniebla
envolverá la Tierra durante tres días. Esta horrible oscuridad se
impregna con vapores pestilentes.
Está llena
de apariciones espantosas que van a provocar
especialmente la muerte de los enemigos hipócritas y de los enemigos declarados
de la Santa Iglesia.
Ana María
anunció que muchos hombres impíos, enemigos de su Iglesia y de su Dios, serán
matados por este flagelo divino, sus
cuerpos sobre Roma serán tan numerosos como los peces que la inundación
del Tíber hubo una vez llevado a la ciudad.
Todos los
enemigos de la Iglesia, tanto los secretos como los bien conocidos, perecerán
durante esa oscuridad universal, con la
excepción de algunos pocos, que Dios hará convertir poco después.
El aire se
infestará de malos espíritus, aparecerán
demonios de todas clases y de formas horribles.
Ana María
contempló la oscuridad total de tres días sucesivos, esparciéndose por todo el mundo.
Vio la caída
en ruinas de paredes, acompañadas de mucho polvo, como si un gran edificio
hubiese caído abajo.
Este flagelo
le fue mostrado en diversas ocasiones.
Esto podría indicar
ruinas causadas por espantosos terremotos,
o destrucciones efectuadas por terroristas.
Asumimos como bastante seguro, que esta oscuridad será física y
concreta, similar a la sucedida en Egipto, mencionada en el Éxodo, capítulo
décimo, y que será ininterrumpida durante tres días.
Se admite
universalmente que Dios castigó a los
egipcios con tinieblas materiales por su voluntaria ceguera interna, corrupción
y obstinación.
Monsieur
Nicolás Amadeus dijo respecto a esta profecía:
“Por
mi parte, no voy a dar por confirmado que la oscuridad física vendrá; pero me
parece que el tema es demasiado grave para reírse.
Las
profecías bíblicas y la historia y estado de la mente humana en la época
actual, pueden justificar los temores de muchas personas sobre este tema.
Una oscuridad física de tres días de duración tuvo
lugar en Egipto, por lo mismo se deduce que es posible que tengamos otra vez el
mismo fenómeno; pues si ya sucedió algo así, algo similar puede
suceder de nuevo”.
La apertura del sexto sello, descrita en Apocalipsis, parece predecir
una gran oscuridad cuando señala que después de un gran terremoto el sol se pondrá negro
como ropa de luto.
“Vi
cuando el Cordero abrió el sexto sello, hubo un gran terremoto, el sol se puso negro como tela de cilicio, la
luna toda como sangre.
Las estrellas cayeron del cielo como la higuera
malogra sus higos verdes cuando es sacudida por un fuerte viento.
El
cielo se retiró enrollándose como un largo pergamino y montes e islas fueron
removidas de sus lugares.
Los
reyes de la tierra, los príncipes, los tribunos, los hombres ricos, los hombres
fuertes y todo siervo y todo libre se escondieron en cuevas entre las peñas de
los montes.
Diciendo
a los montes y a las peñas: “Caed sobre nosotros y escondednos del rostro de
aquel que está sentado sobre el trono y de la ira del Cordero. Porque el gran día de su ira ha llegado, ¿y
quién podrá sostenerse en pie?” (Apoc. 6:12-17)
TERMINARÁ
CON LA VENIDA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Una aparición celestial vendrá a tranquilizar a los fieles.
San Pedro y San Pablo van a aparecer sobre las nubes, los hombres todos los verán
y de una manera sobrenatural, la fe volverá a sus corazones. Innumerables
conversiones de herejes causarán una gran edificación universal.
“Después de las tinieblas San Pedro y San Pablo
descenderán de los cielos, predicarán en todo el universo y designarán al Papa.
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Una gran luz saldrá de su persona e irá a posar sobre el Cardenal futuro Papa”.
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Una gran luz saldrá de su persona e irá a posar sobre el Cardenal futuro Papa”.
“San Miguel Arcángel apareciendo, entonces, sobre
la tierra bajo forma humana, tendrá al demonio encadenado hasta la época de la
predicación del Anticristo.
En
ese tiempo la religión extenderá su imperio ‘Unus Pastor’.
Los
rusos serán convertidos, así como los ingleses y la China, y el pueblo estará
en júbilo contemplando el triunfo brillante de la Iglesia” (M. Servant, pág. 234).
Como vemos, los tres días de oscuridad son la culminación de una
tribulación, pero quizás no la Gran Tribulación, sino la tribulación menor.
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Porque a la salida de esta tribulación el demonio será encadenado y recién luego vendrá la predicación del Anticristo.
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De modo que esto avala la hipótesis de que aún falta mucho para la Segunda Venida de Cristo, ver aquí.
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Porque a la salida de esta tribulación el demonio será encadenado y recién luego vendrá la predicación del Anticristo.
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De modo que esto avala la hipótesis de que aún falta mucho para la Segunda Venida de Cristo, ver aquí.
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