El derecho canónico
no contempla que reciba la comunión de forma regular alguien que sigue siendo
protestante.
Para asombro y consternación
de muchos católicos, la conferencia episcopal alemana ha votado por un margen
aplastante la redacción de una «guía» sobre
la recepción de la comunión por los cónyuges protestantes de católicos. La
noticia es realmente preocupante, pero seamos claros: no estamos tratando de un
documento que tenga algún tipo de autoridad canónica o doctrinal. Incluso una
vez que haya sido escrito, aunque de momento no existe dicha guía, los obispos
alemanes han admitido, que como conferencia no tienen la capacidad de legislar
en esta materia y que sería competencia de cada obispo el poner en práctica la
futura guía en cada diócesis.
Sin embargo, este es, cuando
menos, un paso temerario por parte de la conferencia episcopal. Los obispos
están de acuerdo en que después de un «serio examen
de conciencia» guiado por un sacerdote u otra persona encargada de la
pastoral, un cónyuge protestante que «afirme la fe
de la Iglesia católica» y quiera poner fin a una «seria angustia espiritual» y desee «satisfacer
su hambre de la Eucaristía», debería poder recibir la comunión.
Estas directrices parecen ir
más allá del derecho canónico, que pone unos límites muy claros sobre quién
puede recibir la comunión y cuándo. En caso de «peligro
de muerte» o una «situación de grave
necesidad» equivalente es lo que el derecho canónico dice sobre los
protestantes. Claramente esto sólo se concibe para una ocasión excepcional. Las
intenciones de los obispos alemanes parecen sobrepasar dicho límite y proponen
algún tipo de norma estable, en este caso recibir la comunión semanalmente, que
está al margen de lo que la Iglesia establece.
Un requisito clave del derecho
canónico que los obispos alemanes han incluido en sus propias deliberaciones
que el fiel protestante «… profese la fe católica
con respecto a estos sacramentos» (c. 844 § 4). Pero creer realmente en
la eucaristía no significa sólo creer en la presencia real; quiere decir que
uno tiene que creer en todo lo que ello implica, incluida la realidad del
sacerdocio sacramental, y la validez y eficacia del resto de los sacramentos,
así como la autoridad de la Iglesia sobre ellos. La doctrina social de la
Iglesia es a menudo descrita como un «vestido sin
costuras» y esto es aún más cierto en lo que respecta a los sacramentos.
Ahora bien, si un cónyuge
protestante cree en las afirmaciones de la Iglesia católica y así lo hace
continuamente, recibiendo la comunión semanalmente, se estaría declarando
efectivamente católico y por tanto debería ser recibido por la Iglesia. El plan
de los obispos alemanes, aunque muchos traten de negarlo, parece ser un patrón
para pseudo-conversiones; estos esposos protestantes serían esencialmente
católicos en cuanto a sus creencias, pero no de nombre. En Alemania, los
obispos tienen la potestad de negar a los católicos los sacramentos, incluso un
entierro cristiano, si no pagan el impuesto religioso; pero están aparentemente
contentos con dárselos gratis a los protestantes.
Por supuesto, hasta que el
texto con las directrices sea publicado, es difícil saber el alcance de la
debilidad de sus argumentos. Incluso entonces tal documento no tendría ninguna
fuerza legal, aunque podría inducir gravemente al error. Lo que podemos decir
es que parece que la conferencia episcopal alemana está preparándose para jugar
alegremente con la fuente y cumbre de la vida cristiana. Se arriesgan a tratar
la Eucaristía como una mera expresión de unidad entre católicos y protestantes,
cometiendo, por lo tanto, el grave error de colocar nuestra comunión mutua por
encima de la comunión entre Dios y la Iglesia.
Edward Condon
Traducido
para InfoCatólica por Ana María Rodríguez
Publicado
originalmente en el Catholic Herald
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