Dobri
Dobrev tenía 103 años y había estado pidiendo limosna por más de veinte años. Pero
sólo para “girarla” a la Iglesia. Decenas de
miles de Euros donados a diversas instituciones de la Iglesia Ortodoxa en
Bulgaria fueron conseguido por él. La BBC anunció la muerte de este personaje
el 13 de febrero de 2018.
Hacía mucho tiempo había renunciado al mundo y se puso a mendigar
delante de la Catedral Alexander Nevsky en Sofía.
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El dinero que recaudó, a lo largo de los años, que asciende a muchos miles de euros, se lo regaló a la catedral, a los orfanatos y a los monasterios.
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El dinero que recaudó, a lo largo de los años, que asciende a muchos miles de euros, se lo regaló a la catedral, a los orfanatos y a los monasterios.
Después de
la Segunda Guerra Mundial, en la Bulgaria controlada por los comunistas, Dobri Dobrev trabajó
en una comuna como pastor. Rompiendo las prohibiciones comunistas, visitaba en secreto santuarios en las
montañas para orar. Vestido con su ropa hecha en casa y zapatos de cuero
antiguos, sin importar la temporada, Dobrev era visto de pie fuera de la
catedral. Todos los días, él tendía su caja de estaño pidiendo donaciones. Tocados
por su apariencia, los lugareños se
apresuraban a dar dinero al anciano. Dobrev no solo recaudó miles de
buenas causas de esta manera, sino que, involuntariamente, se convirtió en una celebridad local. El
anciano asceta, vestido con atuendo de campesino, parecía haber venido de otra época. Los medios del siglo XXI lo amaban.
Él aparecía en televisión y cine. En
2013, se realizó un documental titulado The Silent Angel sobre
la vida y el testimonio de Dobrev. En una reciente aparición en los medios,
Dobrev fue entrevistado donde vivía, sentado
en el piso donde dormía cada noche. Rodeado de las pocas cosas que
poseía, en su mayoría objetos de devoción religiosa, le dice al entrevistador que vivía de su pensión estatal de 1,5 euros por
día. Todo el dinero que cobraba para mendigar lo regalaba. “Dios me da pan”, le dijo a un entrevistador incrédulo. ¿Teme a la muerte? Le
preguntó.
Dobrev
responde:
“Dios es misericordioso. Aquel que confiesa sus
pecados será perdonado”.
EL
ABUELO DOBRI
“En 2009 nos dio 35.700 leva (€ 18.250),
mientras que él vivía una vida alejada de cualquier tipo de comodidad”, dijo a AFP el obispo Tikhon,
obispo de la Catedral de Alezander Nevski. Muchos otros pequeños monasterios e iglesias dijeron que cada uno
recibió durante los años de él entre 2.500 y 10.000 euros. El “abuelo Dobri” mendigaba en frente de la catedral, con su larga barba blanca de asceta. El
hombre, que perdió gran parte de su capacidad auditiva en el período de la
Segunda Guerra Mundial, recorría cada
día unos 25 kilómetros a pie, para trasladarse desde su aldea hasta la capital
Sofía, donde se pasaba el día mendigando por dinero. Vistiendo la ropa y zapatos que él mismo se encargaba de
confeccionar, dedicaba gran parte de la jornada a recaudar limosnas. Y a
menudo rezaba plegarias en la iglesia
como forma de agradecimiento a todas las personas que día a día se acercaban a
colaborar.
¿UN
SANTO?
Este hombre
magnético que algunos en Bulgaria quisieran elevar al honor de los altares,
llamándolo “santo”, nació en 1914. Su padre murió en la Primera Guerra Mundial, y
fue criado por su madre. Alrededor del año 2000, cuando tenía 86 años, decidió
donar todos sus bienes a la iglesia y vivió muy modestamente en una
pequeña extensión de la iglesia de los “Santos Cirilo
y Metodio”, en su pueblo natal de Baylovo. El hecho de haber perdido la
audición en un oído, “Lo
ha hecho piadoso a su manera”, dice Elena Genova, vieja pariente de
Dobri Dobrev. “Dejó a su esposa y sus cuatro hijos para comenzar a trabajar en los
monasterios. En los últimos veinte años ha pedido limosna y de vez
en cuando le ayudaba a contar el dinero”.
UN
ASCETA
Dobri vivía en un pequeño cuarto equipado con sólo una cama y una mesa
junto a la iglesia de su pueblo natal, Baylovo, que está a 25 kilómetros de la capital
búlgara. La iglesia ha sido completamente renovada gracias a la contribución de 10,000 leva donados por el
hombre. La historia del mendigo y su generosidad le habían ayudado a
crear un aura casi mística a su
alrededor, incluso definido por los medios locales como el “santo viviente de Baylovo.”
Hay quien
asegura que “Dios le
dio poderes de clarividencia: le ha dicho a una madre dónde encontrar a su hija
desaparecida”, dice una mujer que toca las campanas de la
catedral de Sofía. A algunos en su país natal les gustaría que la Iglesia Ortodoxa abriera de inmediato su causa de
canonización. Exageraciones de lado, todo el mundo está impresionado por su “generosidad
y bondad”, que lo llevó a donar
decenas de miles de euros a la Iglesia en uno de los países más pobres
de la Unión Europea, donde el salario mensual promedio de un trabajador no
excede de 420 euros.
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