10 DE FEBRERO DE 2018
En el marco de la Jornada Mundial del Enfermo a celebrarse el 11 de
febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, el Director de la Pastoral de la Salud
de la Arquidiócesis de Montevideo (Uruguay), P. William Bernasconi, compartió
algunos consejos para un mejor servicio en esta misión.
En una entrevista al programa Tendiendo Puentes, de Radio Oriental, el P.
William Bernasconi explicó que la pastoral de la salud deber ser “signo de la presencia de Jesús ante el enfermo, ante la
familia y ante el personal sanitario, para comunicar esa presencia cercana de
Jesús con los gestos y las palabras”.
El sacerdote enfatizó que para formar parte de esta pastoral “lo primero
es estar bien psicológicamente, porque vamos a estar muchas veces en contacto
con el misterio del sufrimiento y en algunas ocasiones ante el misterio de la
muerte”.
También mencionó como condición necesaria “formar
parte activa de la vida de la Iglesia. Esto quiere decir estar integrados en
una parroquia, ser miembros activos de la comunidad, participar todos los
domingos de la Misa dominical”.
Lo tercero que destacó “es sentir un llamado
a acompañar en estas situaciones tan adversas de la vida. Cuando existe este
llamado hay una fortaleza interior, que es la fuerza del Espíritu, que nos va
también animando, sosteniendo, conteniendo, para hacer lo mismo con los demás”.
En cuanto a la formación, el P. Bernasconi explicó que debe apuntar a “tomar las actitudes de Jesús de bondad, de la compasión,
de la misericordia y de la ternura a la hora del acompañamiento humano y
espiritual”.
Un tema delicado es la familia, que al igual que el enfermo, necesita
ser escuchada.
“La familia necesita exteriorizar, como el enfermo,
toda la angustia, toda la tristeza y, aunque a veces no aparezca en el
diagnóstico, la posibilidad de la muerte”, señaló.
DOLOR Y SUFRIMIENTO
A partir de su formación en Colombia con los Padres Camilianos, el P.
Bernasconi subrayó la diferencia entre dolor y sufrimiento.
“El dolor se calma con la morfina o con otro
analgésico, el sufrimiento no se calma con alguna técnica o con algún
analgésico; el sufrimiento se calma con amor”, sostuvo.
“El Papa Francisco dice que misericordiando es como
calmamos el sufrimiento del enfermo o de la familia. Y de eso la Iglesia tiene
experiencia”, agregó.
Otro remedio para el sufrimiento es una escucha atenta, desde el corazón, “cuando se alcanza esa empatía entre el agente de la
pastoral de la salud y la persona enferma que se abre y expresa lo que siente,
miedos, penas, frustraciones”.
“Así que dolor con analgesia y sufrimiento con amor
y misericordia”, subrayó P. Bernasconi.
Redacción ACI
Prensa
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