jueves, 10 de agosto de 2017

LOS MICROCHIPS IMPLANTABLES EN LAS PERSONAS ESTÁN HACIENDO AVANCES PELIGROSOS

Los profetizados microchips implantables en los seres humanos siguen su marcha ascendente.
Ahora una empresa propuso implantarles en la mano a sus funcionarios y la mayoría aceptó.
Los que podrían reaccionar negativamente son las personas que adhieren a alguna religión.
Porque significa cambiar el plan original de Dios para los hombres.
Pero no es seguro que vayan a hacerlo debido a la presión social y económica que probablemente haya cuando se despliegue totalmente esta exigencia.
Los cristianos lo asimilamos con la marca de la bestia que se menciona en el libro del Apocalipsis.
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La “marca de la bestia” con que serán marcados los seres humanos se refiere a al pasaje del Apocalipsis 13: 15-18.
“Se le concedió dar vida a la estatua de la bestia, hasta el punto de hacerla hablar y que fueran exterminados todos los que no la adorasen. Hace, pues, que todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se pongan una marca en la mano derecha o en la frente. Ya nadie podrá comprar o vender si no está marcado con el nombre de la bestia o con la cifra de su nombre. ¡Vean quién es sabio! El que sea inteligente, que interprete la cifra de la bestia. Es la cifra de un ser humano, y su cifra es 666”.
Esta marca podría significar desde una discriminación externa hasta un control de los seres humanos desde dentro del propio cuerpo.

EL ÚLTIMO MOVIMIENTO HACIA LA “MARCA DE LA BESTIA”
El New York Times informó recientemente que una compañía está implantando microchips bajo la piel de sus empleados.
“El 1 de agosto de 2017, los empleados de Three Square Market, una empresa de tecnología en Wisconsin, pueden optar por tener un chip del tamaño de un grano de arroz inyectado entre el pulgar y el dedo índice. Una vez hecho esto, el RFID permitirá las tareas de entrar en el edificio de oficinas, pagar por la comida en la cafetería, con un gesto de la mano”.
El proceso de pago o acceso a servicios comenzará de la forma normal, con los elementos de una persona escaneados.
Y cuando llega el momento de pagar o de acceder a algún lugar, por ejemplo, en lugar de entregar su tarjeta simplemente la persona moverá su mano.
Los chips RFID se comunican usando campos electromagnéticos y en este caso pueden leerse desde distancias de hasta 15 centímetros.
La firma Wisconsin, que diseña software es la primera empresa estadounidense que ofrece a sus trabajadores implantes de microchip.
El presidente ejecutivo Todd Westby dijo que él cree que esto es “la cosa grande siguiente” y él quisiera que su compañía sea parte de ella.
La compañía pagará la factura por los chips, que cuestan U$S 300 c/u.
Los microchips se colocan dentro de una cáscara que es levemente más grande que un grano del arroz.
Ellos son implantados entre el pulgar y el dedo índice de la persona con un instrumento que es similar a una jeringa, durante un “chip party” en la compañía, que comienza el 1 de agosto.
“El programa no es obligatorio, pero más de 50 de los 80 empleados de la sede central de Three Square en River Falls, Wisconsin., se habían ofrecido”.
Aunque Westby se apresuró a señalar que los datos de las personas están encriptados y seguros, y que el chip no tiene seguimiento GPS, es difícil creer que hayan convencido a 50 personas a subir a bordo. Pero lo han hecho.
Y que estén poniendo en peligro su salud y privacidad.
Respecto a la salud, es difícil decir con certeza cómo esto podría afectarla, ya que no hay estudios a largo plazo.
Sin embargo, estos microchips son muy similares a los utilizados en las mascotas, y es bastante alarmante dado su historial.
Algunos dueños han informado que sus perros y gatos experimentaron debilidad en todas sus extremidades porque los implantes no fueron colocados exactamente.
Hay incluso un sitio web, Chipmenot.org, que se dedica a los dueños de mascotas, cuyas mascotas murieron debido a los microchips, debido a problemas como pérdida de sangre, lesión de la médula espinal, linfoma y cáncer, y culpan a los implantes.
Imagen tras imagen muestran las caras de innumerables mascotas acompañadas de una breve descripción de cómo sus vidas fueron impactadas negativamente – o terminadas – por el implante.
Muchos de ellos desarrollaron tumores alrededor de sus microchips implantados.
Respecto a la seguridad, si bien es cierto que los teléfonos inteligentes se pueden utilizar para realizar un seguimiento a quien lo tiene, y sus datos personales pueden ser hackeados asustadoramente fácil, siempre se puede apagar el teléfono o dejarlo.
Pero a diferencia del celular, un microchip está siempre allí, a menos que te lo hayas quitado quirúrgicamente.
Respecto a la confidencialidad, es ponerse en manos de quien tiene acceso al código del microchip, y nadie puede estar seguro de nada.
Por otro lado la implantación del microchip es voluntario en este momento.
Naturalmente, ¿cómo más se puede introducir tal cosa en occidente amante de la libertad individual?
Pero más adelante ¿cómo será?
Hay muchas profecías, entre ellas en la Biblia, que manejan el temor de ser controlado o rastreados por una marca en el cuerpo, como los microchips.
Y hasta fueron materia de cuentos de ciencia ficción.
Una vez que los voluntarios sean mayoría, la minoría se enfrentará a la presión y la persecución.
Y en este proceso sólo los que tengan el microchip podrán “vender y comprar” como dice la biblia respecto a la marca de la bestia como vimos antes; acceder a lugares, obtener cosas o realizar actividades.
Algunas personas creen que un día no vamos a decidir por nosotros mismos y que los gobiernos empezarán a obligar a la gente a usar implantes, comprometiendo su privacidad y libertad.
Por ejemplo, las personas podrían ser impedidas de acceder a los servicios y beneficios gubernamentales o privados un día si no están de acuerdo en ser implantadas.
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Pero luego, el implante del microchip también servirá para discriminar quienes tienen acceso a algo y quienes no.
Las posibilidades son infinitas.
Todo puede estar bien hasta que los problemas empiezan en algún lugar.
Esto tiene que ser evaluado dentro de la tendencia creciente – y a estas alturas humanamente imparable – de controlar a los seres humanos.
Hoy podemos identificar tres líneas de desarrollo de esta tendencia.

EL DESARROLLO TECNOLÓGICO PARA CONTROLAR A LA HUMANIDAD
Hay por lo menos tenemos tres desarrollos actualmente que podrían cumplir los requisitos de la marca de la bestia.
 
El primer desarrollo son las bases de identificación biométricas de cada persona que, cruzadas con otras bases de datos, mediante la tecnología de data minning, permiten identificar casi todo sobre una persona.
Desde el estilo de vida, amistades, ideología, tipo de alimentación, salud, etc.
Quien está más avanzado en esto es la India, que está casi culminando una base de datos biométrica de todos sus habitantes, más de 1.2 mil millones.
Y ya se ve el objetivo, porque se están dirigiendo a una sociedad sin dinero circulante (cashless).
Todos los pagos se hacen ahora mediante cuenta bancaria y la clave de acceso es la lectura biométrica de la cara de la persona, como se puede ver aquí.
 
El segundo desarrollo son microchips implantables en la piel o subcutáneamente en las personas, ver aquí y aquí.
Que permiten identificar a la persona a distancia y cruzarla con otras bases de datos.
Por ejemplo una persona pasa cerca de un censor que detecta quien es (porque tiene implantado su microchip).
Y esta identificación conecta a una gran cantidad de bases de datos que sirve para dar permiso a esa persona a hacer alguna tarea, o para discriminarla para algo.
Esto es lo de la empresa Three Square Market que vimos antes.
 
El tercer desarrollo son los microchips para implantar en el cerebro para dar alguna clase de órdenes al cuerpo o la mente de la persona.
Por ejemplo se promocionan por el potencial de ayudar a manejar alguna prótesis que se haya instalado en la persona.
Pero tienen potencialmente la capacidad de interferir en los pensamientos, imágenes y recuerdos de las personas, ver aquí, o incluso inyectar medicamentos, ver aquí.
Los más dramáticos son estos microchips porque podrían equivaler a transformar a cada persona en una especie de robot que recibe órdenes externas para actuar.
 
PROS Y CONTRAS DE LOS MICROCHIPS IMPLANTABLES
Hay argumentos positivos para cada uno de estos microchips, que van desde la practicidad y seguridad del manejo de contraseñas, hasta el mejoramiento de discapacidades de algunos seres humanos.
Pero también hay argumentos negativos, que van desde el ataque a la privacidad, o sea que un poder externo pueda discriminarnos y actuar en contra nuestra, hasta la posibilidad directa de manipular nuestra mentes, emociones y cuerpos a través de la intervención en nuestro cerebro.
En la medida que el mundo se está volviendo más electrónico y digitalizado suena razonable que una persona tenga su propia clave de ingreso a todos los lados, que pueda ser grabada en su cuerpo.
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Y esto de hecho va a ser difícil de evitar en el futuro.
El inconveniente de esto es que con un chip en nuestro cuerpo pueden rastrear a cada segundo donde estamos y que hacemos.
Porque de hecho el data minning hoy está en condiciones de reconstruir nuestras actividades diarias e incluso nuestro pensamientos y preocupaciones en términos generales.
Los microchips implantables son de gran utilidad para la medicina, piensa nomás en los marcapasos.
Y pueden ayudar a monitorear la ubicación de las personas con la enfermedad de alzheimer.
Puedes inyectártelo debajo de la piel o mediante un tatuaje y nadie lo va a notar.
Usan señales (RFID) de identificación de frecuencia de radio de corto alcance, y pueden transmitir tu identidad a medida que pasas a través de controles de seguridad o entras en un estadio de fútbol.
Puede ayudarte a comprar alimentos en los supermercados o rastrearte si por ejemplo estás secuestrado en un país extranjero.
También respecto a la delincuencia tienen su utilidad mediante una marca más profunda que la simple pulsera que quienes están en libertad condicional deben usar en algunos países.
Pero sus posibilidades de uso negativos son muchas.
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Van desde la cancelación de la privacidad de las personas, porque ya no podrás pasar desapercibido, hasta tu discriminación aunque incluso no haya ninguna base legal.
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Por ejemplo a una persona que se sabe es contraria al gobierno podría serle prohibida la entrada a ciertas oficinas gubernamentales.
Y aún más negativas son las potencialidades de los microchips implantables en el cerebro porque pueden colocar pensamientos y recuerdos espurios en la mente de las personas.
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Hasta inhibir la voluntad o el uso de determinadas partes del cuerpo.

UNA RECIENTE ENCUESTA
Una reciente encuesta de Pew Research Center estudió las actitudes del público sobre el posible uso de tecnologías que podrían mejorar radicalmente la salud, el área cognitiva o la capacidad física de las personas.
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Pero que también podrían ser usadas para fines de control de las personas.
Ellas fueron
-la edición de genes para dar a los bebés sanos una reducción en el riesgo de enfermedades y afecciones graves durante toda su vida,
-la implantación de un chip de computadora en el cerebro para dar a una persona sana una gran mejora en la capacidad de concentrar y procesar información,
-y la transfusión de sangre sintética para dar a las personas sanas mejoras en velocidad, fuerza y resistencia.
En la encuesta se pidió a los participantes leer el siguiente texto antes de contestar la serie de preguntas sobre la implantación de microchips:
“Los nuevos avances en la comprensión del cerebro están creando la posibilidad de que los médicos serán capaces de implantar quirúrgicamente un pequeño chip de computadora en el cerebro.
En este momento, estos dispositivos implantados están siendo desarrollados para las personas con algún tipo de enfermedad o discapacidad.
Pero en el futuro, estos dispositivos implantados podrían estar potencialmente disponibles para su uso por personas sanas, dando a la gente mucho mayor capacidad para concentrarse y procesar la información en la vida cotidiana”.
Obviamente la encuesta dio información puramente positiva a los encuestados, por lo que debe haber un sesgo en las encuestas que magnifica las respuestas positivas.
La mayoría de los estadounidenses dicen que no quieren mejorar sus capacidades cognitivas o físicas con chips cerebrales o sangre sintética.
Aproximadamente dos tercios (66%) de la población dice que no quiere un dispositivo implantado, que les dé una gran mejora en la capacidad de concentración y de proceso de información.
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Mientras que un tercio (32%) dicen que sí quieren un dispositivo de este tipo.
La encuesta halló que los que tienen inclinaciones y prácticas religiosas son los más cautelosos acerca de futuras mejoras humanas, y son menos propensos a aprobar estas posibles mejoras.
Son más propensos a ver estas mejoras potenciales como “intromisión con la naturaleza” cruzando una línea que no se debe cruzar.
Muchas personas dijeron que estas tecnologías serían moralmente inaceptables porque sería “cambiar el plan de Dios”.
Y especialmente en el caso de un chip de computadora en el cerebro, algunos oponentes conectaron esta idea con la “marca de la bestia”, haciendo una referencia a la marca de satanás que aparece en el libro del Apocalipsis en la Biblia que describimos antes.
Pero por el contrario, la mayoría de los de bajo compromiso religioso, ateos, agnósticos y sin religión, dicen que cada una de estas posibles mejoras está en consonancia con las formas en que los seres humanos han tratado de enriquecer su situación a través de los siglos.
Pero hay que tener en cuenta que esta encuesta no se hizo en un ambiente en que la gente se sintiera presionada para aceptar la implantación, lo que hubiera dado otro resultado.

EL DESARROLLO DE LOS IMPLANTES CEREBRALES SIGUE ADELANTE SIN DISCUSIÓN PÚBLICA
A pesar de estos resultados, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA, de EE.UU.) parece que ha invertido U$S 62 millones en la investigación de la tecnología de implantes de microchip cerebral.
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Y parece estar a punto de perfeccionar un dispositivo de codificación neural que “abra el canal entre el cerebro humano y la electrónica moderna”.
DARPA ya ha probado con éxito sus propios microchips implantados en el cerebro en animales y los ensayos en humanos están listos para comenzar en 2017.
Los dispositivos neuronales de codificación que se están desarrollando en DARPA están ostensiblemente diseñados para controlar extremidades artificiales, pero parece obvio que su potencial es mucho mayor.
Como la propia DARPA admitió, la tecnología
Será capaz de permitir un ancho de banda de transferencia de datos entre el cerebro humano y el mundo digital, para alimentación auditiva digital o información visual al cerebro”
Los partidarios de esta tecnología de microchips argumentan que
“Cuando los códigos de barras salieron por primera vez a finales de 1960, las personas estaban horrorizadas. Tenían miedo de ellos y no entendían el concepto. Hoy en día, son tan comunes que ni siquiera los notamos. Un microchip funcionaría de la misma manera”.
Sin embargo esto no es así, porque un código de barras es algo externo a la persona, en cambio el microchip se implantaría en el cerebro de las personas como ya se ha hecho con los perros.
O sea que estos implantes podrían ser potencialmente dispositivos de lavado de cerebro extremadamente eficaces, que podrían fácilmente ser utilizados para controlar a la gente, de la misma manera que controlar prótesis.
La tecnología de los implantes en el cerebro tienen el potencial de mejorar la vida de las personas con alguna discapacidad.
¿Pero estamos verdaderamente preparados para un futuro en el que personas sanas normales reciban – voluntariamente o no – implantes en el cerebro que podrían tanto “mejorar” la función mental como tal vez incluso disminuirla?
Los posibles efectos negativos y usos siniestros de este tipo de tecnología parecen ser significativos, aunque también parece que hay un montón de gente que estará feliz de tomar el riesgo.

Todo esto se está haciendo en silencio, sin un debate público que oriente a los que toman decisión, quedando como último frente de oposición las religiones, las que son actualmente el blanco de los reingenieros de la raza humana.
Y esto es lo que en parte explica las restricciones de la libertad religiosa y la persecución del cristianismo que vemos en occidente.

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