DENVER, 12 Ago. 17 / 10:32 am (ACI).- En medio de las diversas
crisis y tensiones actuales como la que existe entre Estados Unidos y Corea del
Norte; y ante la amenaza de una posible guerra nuclear, un exorcista propone
una interesante reflexión para los católicos ante el temor que esta y otras
situaciones pueden generar.
En una entrevista concedida a Patti Amstrong del National
Catholic Register, el exorcista de la arquidiócesis de Indianápolis
en Estados Unidos, P. Vincent Lampert, comenta que ante el “Armagedón”, que hace referencia al fin del mundo,
“yo iría a las escrituras”.
En concreto, explica, el sacerdote se refiere al pasaje que está en el
Evangelio de San Mateo 24, 36: “Pero de aquel día y
hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino
sólo el Padre”.
Armagedón es un término que aparece en el libro del Apocalipsis
16,16-18: “Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. Y el
séptimo ángel derramó su copa en el aire; y una gran voz salió del templo, del
trono, que decía: Hecho está. Entonces hubo relámpagos, voces y truenos; y hubo
un gran terremoto tal como no lo había habido desde que el hombre está sobre la
tierra; fue tan grande y poderoso terremoto”.
El P. Lampert, exorcista desde hace 13 años y colaborador de otro famoso
exorcista, el italiano Carmine De Filippis, comenta que “Dios nos advierte para no involucrarnos en el fin de los tiempos. En
vez de eso es importante que todos los
días vivamos nuestras vidas como Él nos lo pide”.
“Si vivimos nuestra vida del modo en el que Dios nos lo pide,
entonces en cualquier momento en que nos llame, nos hallará dignos. Hablar del
Armagedón con frecuencia genera miedo, pero una relación auténtica con Dios se
basa en el amor y la misericordia”.
Para el exorcista, “la fe no es auténtica si
es que vivimos en el miedo”. Sin embargo, precisó, “el temor de Dios es el
comienzo de la sabiduría, se trata de ser reverentes con Dios. Preocuparse por
el fin de los tiempos tiene que ver con la pérdida de la esperanza que genera
miedo, ansiedad y destrucción. Todas esas cosas son contrarias a la fe”.
Al ser preguntado sobre cómo encuentra la paz un sacerdote que se dedica
al ministerio del exorcismo en estos tiempos, el P. Lampert resaltó que “siempre encuentro sentido y consuelo en el hecho de que
Dios está a cargo. Eso pone todo en perspectiva y así el miedo y la
preocupación se disipan”.
El presbítero destacó también que “la relación con Dios es lo que nos da la
verdadera libertad. Pero la libertad no significa que hagamos lo que
queramos. Significa ser libres para ser obedientes a Dios. De otro modo nos
convertimos en esclavos de nuestras propias pasiones”.
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