El Señor quiere
hacer grandes cosas en tu alma, en el corazón puro y humilde el Señor se
complace.
Por: Mariano Ruiz Espejo | Fuente: Catholic.net
Por: Mariano Ruiz Espejo | Fuente: Catholic.net
Traigo a meditar para los investigadores algunas
de las frases que Jesús dedica a éstos, y que fueron recogidas por Santa
Faustina Kowalska, que recibió el encargo como secretaria de la Divina
Misericordia, en su Diario.
“Deja a los sabios de este mundo las investigaciones inútiles” (Diario, 290).
Los humildes se dejan aconsejar por las fuentes
seguras de la Divina Misericordia, como son la confesión, la comunión, la
oración en lo profundo del propio corazón.
“No en los grandes palacios ni en las espléndidas instalaciones, sino en el corazón puro y humilde Me complazco” (Diario, 532).
El Señor se complace y descansa en el alma
humilde que practica la pureza de intención en sus obras de amor a Dios.
“Los proyectos humanos se desbaratarán y tienen que ajustarse a Mi voluntad” (Diario, 1180).
Los propósitos meramente humanos se desbaratan,
y todo tiene su valor cuando nos ajustamos a la voluntad del Señor y unimos
nuestras intenciones a las suyas.
“Hay almas en las cuales no puedo hacer nada; son las almas que investigan continuamente a los demás sin ver lo que pasa en su propio interior” (Diario, 1717).
En el silencio del propio corazón encontramos al
Señor, mientras que una vida frenética de actividad irreflexiva, de exceso de
palabras y de ruidos nos alejan de la voluntad del Señor que nos espera con su
presencia viva y real en cada sagrario. Nuestro corazón puede ser este sagrario
agradable, de descanso y de paz para consuelo del Señor.
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