¿QUÉ SIGNIFICA SER PADRE?
La
neurociencia explica la maternidad y paternidad como un cambio hormonal,
marcado por un incremento de la oxitocina dedicada al apego afectivo y un
sentido afectivo de pertenencia.
En la
mujer, está asociada a una activación del sistema límbico y, más
específicamente, de la amígdala cerebral basada en expresiones emocionales.
En
cambio, en el hombre se relaciona con una activación de la corteza cerebral
asociada con la planeación y la comprensión de otros puntos de vista.
Un
estudio realizado por Pilyoung Kim, director del Laboratorio de Neurociencia
del Niño y la Familia en la Universidad de Denver, Colorado, mostró en papás un
crecimiento cerebral en las áreas que regulan la emoción, motivación y toma de
decisiones al momento de nacer su primer hijo y menor riesgo a la depresión.
El apego
es diferente entre las madres y los padres. Las mamás tienden hacer más
contacto con la cara y los ojos del bebé y los acarician con mayor afecto. Los
papás son un poco más bruscos, los hacen reír y los invitan a explorar y
hacerlos más independientes. Muestran mayor juego físico y hasta algunas veces
extremo. ¿Cuántas los vemos aventarlos por los aires? Las mamás ponen un grito
en el cielo: “Se te va a caer”. Y los niños
gritan: “Otra vez”.
La
interacción cercana paterna ayuda fortalecer las amistades futuras, las
habilidades sociales y relaciones románticas de los hijos. Los papás dan
seguridad en su exploración por el mundo, los impulsan a tomar pequeños riesgos
y proporcionan seguridad en tiempos de estrés.
Hay un
estudio muy interesante llamado “The laughing task”
(La tarea de reír), donde los investigadores dejaban al papá solo con su
hijo sin juguetes y le pedían hacerlo reír. Algunos papás los estrujaban
fuerte, otros hacían caras chistosas, voces de monstruos o ruidos extraños. Los
niños mostraron una mayor diversidad de emociones con sus padres que con sus
madres. En este estudio las mamás se mostraban más estresadas que los papás al
no tener juguetes para hacerlos reír.
Cada niño
necesita a su padre. Hay muchas formas de ausencia: papás que trabajan mucho y
llegan muy tarde a casa, papás que viven en otras ciudades y están solamente
los fines de semana, papás que por motivo de rompimiento matrimonial están
fuera de casa o papás a quienes no les interesan a sus hijos y se esconden en
su cueva.
Un papá
presente favorece hijos más saludables y felices: mayor autocontrol, confianza
y sociabilidad; menores riesgos durante su adolescencia, pocos problemas
psicológicos, menor riesgo de reprobación y abandono escolar.
Los papás
hacen una gran diferencia en los hijos. La ausencia de él, muchas veces es causa
de serios problemas en los niños como depresión, ansiedad y apatía por la vida.
Mamás,
las invito a que permitan que los papás hagan su trabajo de padres. Sé que es
difícil, especialmente cuando hay ruptura familiar, pero recuerden que el
divorcio es de la pareja no de los hijos por el bien de ellos y de la familia.
Por Jesús Amaya Guerra
Periódico El Norte
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