"Al ver aquello,
Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con
las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les
volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo: ¡Sacad eso de aquí! ¡No
convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!"
Otro evangelio para la actualidad. Es
la única vez que vemos a Jesús usando la violencia. Y es que la religión, si
quiere ser espiritualidad y no ideología, tiene dos grandes enemigos: el dinero
y el poder. Cuando la religión se casa con el dinero y el poder ya no es
religión, sino un arma para esclavizar a las personas. Además, la casa del
Padre no es únicamente los templos. Todo el mundo es la casa del Padre.
Nosotros lo hemos convertido en un mercado dominado por unos pocos. Es urgente
que reflexionemos esto y que pongamos remedio.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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