"Ningún criado puede servir a dos
amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al
otro. No se puede servir a Dios y al dinero."
Hoy se nos presenta la continuación del
evangelio de ayer. Si quedaba alguna duda sobre el significado de la parábola
del administrador corrupto, hoy se desvanecen todas. Hay que portarse
honradamente con las riquezas de este mundo, no se nos confiarán las verdaderas
riquezas. El dinero tan sólo ha de ser un medio para ser solidario, para
compartir. No se puede servir a Dios y al dinero. Los fariseos se burlaban de
Jesús. Desgraciadamente algunos cristianos, obispos y cardenales también se
burlan de Él. Pero, por más púrpuras que se ponga, no están sirviendo a Dios.
No es el boato lo que gusta a Dios. Él quiere nuestros corazones y no nuestras
propiedades. El Reino seguirá siendo de los sencillos, de los verdaderos
seguidores de Jesús, que era el hijo de un humilde carpintero y su cabeza no
tenía dónde reposar. Nuestro tesoro ha de estar en nuestro corazón, no en
nuestra cuenta bancaria.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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