miércoles, 21 de octubre de 2015

DESDE LAS PRIMEROS CRISTIANOS LA IGLESIA CREÍA EN LAS APARICIONES DESDE EL PURGATORIO Y ORABA POR ESAS ALMAS


La intercesión de los vivos por los muertos purgantes.

Los padres de la iglesia estaban familiarizados con los fantasmas, visiones fantasmales y apariciones. Dos ejemplos notables en la literatura de la iglesia primitiva muestran cómo eran consideradas. Lamentablemente, estas enseñazas y evidencias no son compartidos por otros cristianos como los evangélicos.

Es importante en este punto señalar que las visiones de los muertos en sueños (apariciones oníricas) y apariciones en vigilia de figuras fantasmales, eran consideradas encuentros espectrales.

El significado profundo unido a las figuras oníricas, sobre todo de gente real que entrega mensajes importantes, no se consideraba meramente un subproducto psicológico del ensueño, sino un evento sobrenatural.

QUIEN FUE SANTA PERPETUA

Santa Perpetua fue una mártir cartaginesa, cuyo martirio se relata en la Passio Perpetuae et Felicitatis.

Joven mujer rica de 22 años fue arrestada y acusada por cristianismo junto con su esclava Felicidad (también conocida como Felícitas) y ante su negativa a adorar a los dioses paganos, fueron condenadas a muerte en el circo.

La historia de su martirio fue inmensamente popular en los siglos IV y V: San Agustín dice que la Passio se leía frecuentemente en las iglesias y reuniones, para gran provecho de los creyentes.

Sus vidas fueron objeto de dos novelas históricas recientes: Perpetua: Una novia, una mártir, una pasión escrita por Amy Peterson y La escalera de bronce de Malcolm Lyon.

Perpetua fue muerta por decapitación en el año 203 junto a Felicidad y se las recuerda juntas.

EL CASO DE SANTA PERPETUA

Nuestro primer fantasma aparece en La Pasión de las Santas Perpetua y Felicidad, un importante cuento sobre el martirio temprano.

Antes de su ejecución en Cartago el 7 de marzo 203, Perpetua experimenta algo inusual. Mientras que está en espera en la cárcel, el nombre de su pequeño hermano muerto Dinocrates viene a su mente de forma espontánea durante la oración, y ella piensa que esto es significativo. Esa noche, ella tiene una visión de él: Yo veía à Dinocrates saliendo de un lugar oscuro, donde estaban otros muchos; sintiendo a la vez calor y sed, con falta vestido, y color pálido; y la herida en su cara que él tenía cuando murió.

Este Dinocrates habían sido mi hermano en la carne, de siete años de edad, quien estaba enfermo de úlceras de la cara, había tenido una muerte horrible, por lo que su muerte fue abominada por todos los hombres.

Por él, por tanto, yo había hecho mi oración; y entre él y yo había un gran abismo, de manera que ninguno podía ir de un lugar a otro. Había además, en el mismo lugar donde estaba Dinocrates, una fuente llena de agua, cuyo borde más alto era de la estatura del niño; y Dinocrates se estiraba como si quisiera beber. Me lamentaba de que la fuente tenía agua, pero sin embargo la altura del borde le impedía beber.

Ella reza por su hermano cada día y noche, para que pueda ser liberado de este tormento. Es interesante que el lenguaje evoca claramente la historia del Rico y Lázaro, lo que sugiere la imposibilidad de Dinocrates de obtener ningún alivio en el más allá. No obstante, Perpetua sigue rezando por él.

Días más tarde, ella tiene otra visión: Vi ese lugar que antes había visto, y Dinocrates limpio del cuerpo, bien vestido, con comodidad; y la fuente que había visto antes, tenía el borde a la altura del ombligo del niño; y había allí agua que fluía sin cesar. Y en el borde había un cáliz de oro lleno de agua; y Dinocrates se acercó y comenzó a beber de él. Y quedando satisfecho partió lejos del agua y empezó a jugar como un niño lo haría, con alegría.

Y me desperté. Entonces entendí que fue relevado de sus dolores.

Esta es una poderosa escena para un importante texto cristiano temprano. Aquí tenemos una visión de los muertos que sugiere el destino de los difuntos en el otro mundo, con una imagen del agua viva que “fluía sin cesar”. El estado de Dinocrates, y la capacidad de las oraciones intercesoras de Perpetua para liberarlo, son un poderoso testimonio temprano de las apariciones, del purgatorio y de las oraciones por los muertos.

Estas apariciones de los muertos en sueños – casi siempre llenas de significado y simbolismo cristianos – se repiten en la literatura fantasmagórica y visionaria en los próximos mil años y más allá.

QUIEN FUE SANTA TECLA

Tecla de Iconio es conocida hoy popularmente como Santa Tecla. Una mujer que durante el siglo I , decidió ofrecer su castidad y seguir ciegamente a San Pablo en su peregrinar. Los dos evangelizadores cuenta la historia, pasaron con su divina palabra por la ciudad de Tarragona.

Santa Tecla continuó sola su peregrinaje. Luego fue perseguida por los enemigos del cristianismo, quienes la sometieron a toda clase de tormentos. Pero la Santa mujer siempre salía indemne , pues ni los leones, ni los lagartos venenosos, ni el intento de quemarla viva pudieron con ella.

Después, se retiró a una cueva para vivir el resto de su vida en cristo. Hasta el día en que soldados intentaron atraparla, y ella a través de la oración hace derrumbar la montaña; quedando al descubierto solo el brazo de Santa Tecla.

El brazo de Santa Tecla fue trasladado desde el país de Armenia, para ser protegido y rendirle culto en la catedral de Tarragona.

EL CASO DE SANTA TECLA

Esta otra visión de sueño fantasmal está en los apócrifos Hechos de Pablo y Tecla, compuesto en el siglo segundo.

Santa Tecla, inspirada en Pablo para seguir una vida de virginidad, sobrevive varios intentos de ejecutarla por su fe.

Después de una de sus sentencias de muerte, se le da al cuidado de una “rica reina” de nombre Tryphaena a fin de preservar su virginidad hasta la ejecución. Las autoridades tratan de alimentar con Tecla a los leones, pero éstos se niegan a atacar, en su lugar lamen sus pies.

Después de este primer intento de matarla, Tecla retorna al cuidado de Tryphaena, quien había perdido una hija llamada Falconilla.

La hija viene a Tryphaena en sueños diciendo:

“Madre, tú hablarás con Tecla, la extranjera que está desolada, ella puede orar por mí y ser trasladada al lugar de los justos”.

Cuando Tryphaena la recibió después de la procesión, que por igual hacían lamentandose por ella porque ella iba a combatir a las bestias en la mañana, y amando a su propia hija Falconilla le dijo: Tecla, mi segunda hija, ven, ruega tú por mi hija para que ella pueda vivir para siempre; esto lo he visto en un sueño.

Y ella sin demora levantó la voz y dijo: ¡Oh, mi Dios, Hijo del Altísimo que estás en los cielos, concede a ella su deseo, que su hija Faleonilla pueda vivir para siempre. Y después de haber dicho esto, Tryphaena se lamentó por ella, teniendo en cuenta que tan gran belleza debía ser arrojada a las bestias.

Tryphaena se había encariñado con Tecla como una segunda hija. Cuando Tecla sobrevive a un segundo intento de matarla, la reina llega a creer en el Dios de Tecla y cree que el alma de su hija ha sido redimida por las oraciones de Tecla. Todo su hogar se convierte.

Así vemos nuevamente que la aparición, la oración de intercesión por los difuntos y una sugerencia del purgatorio en otra pieza de la literatura cristiana primitiva.

En estos dos cuentos, los fantasmas actúan como testigos del estado de los muertos en el más allá, ya que abogan por oraciones para moverlos a la salvación.

Es un motivo que veremos repetido durante siglos, desde fantasmas a sueños fantasmales. Aún más interesante es que tenemos claro los primeros indicios del purgatorio y las oraciones por los muertos un milenio antes de que algunos estudiosos (como le Goff) sostienen que el purgatorio fuera “inventado”.

FUENTES:

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