También es Doctora
de la Iglesia.
Existe una monja muy poco
conocida en el mundo hispano que está revolucionado el ámbito médico. Se llama Hildegarda de Bigen. Nació hace 917 años (1098) en Alemania y su obra
médica asombra a los científicos de hoy. Además es santa y Doctora de la Iglesia. También fue teóloga,
consejera del Papa
Eugenio III y compositora de música, además de abadesa... Y todo ello lo
hizo sin salir del
monasterio.
UNA ESCASA INSTRUCCIÓN
Era la pequeña de diez hermanos de un matrimonio de la nobleza de Maguncia y a los ocho años fue entregada a un convento para que la formase una religiosa, Jutta, que tenía fama de santidad. De ella dirá la santa: "Me educó cuidadosamente en el ropaje de la humildad y la inocencia, y solamente me enseñó los cantos de David y a cantar los salmos. Fuera de este conocimiento sencillo de los salmos no recibí ninguna instrucción, ni en lecturas ni en música".
DESDE LOS CINCO AÑOS TIENE VISIONES...
A los 15 años profesó como monja de clausura y llegó a ser abadesa. Desde los cinco años tuvo visiones que le acompañaron durante toda su vida. "Desde mi infancia, desde los cinco años hasta el presente, he sentido prodigiosamente en mí la fuerza y el misterio de las visiones secretas y admirables, y la siento todavía. Y estas cosas no las he confesado a nadie, salvo a unas pocas personas que, como yo, también han emprendido la vida religiosa".
UN TRATADO SOBRE MEDICINA
Escribió tratados de teología que el Papa Eugenio III dictaminó como "obras conformes a la fe y en todo semejantes a los antiguos profetas". También compuso música, pero lo que hoy asombra es su obra médica: Libro sobre las propiedades naturales de las cosas creadas, que ha llegado hasta nuestros días dividido en dos partes: Libro de la medicina sencilla y, Problemas y Remedios.
EL MISTERIO DE LA "LUZ VIVA"
Lo curioso de santa Hildegarda es que teniendo una instrucción muy básica, y una cultura limitada, escribiera con esa sabiduría. La propia santa revela en varios de sus libros que en esos textos no hay nada de ella sino que es la propia "luz Viva" la que le dicta lo que debe escribir: "Todas las cosas que escribí desde el principio de mis visiones, o que vine aprendiendo sucesivamente, las he visto con los ojos interiores del espíritu y las he escuchado con los oídos interiores, mientras, absorta en los misterios celestes, velaba con la mente y el cuerpo, no en sueños ni en éxtasis, como he dicho en mis visiones anteriores. No he expuesto nada aprendido con el sentido humano, sino sólo lo he percibido en los secretos celestes".
CONTAR CON RIGOR LAS VISIONES SIN PONER NADA DE SU COSECHA
En otra ocasión contará como la "Luz Viva" le reclamaba que expusiera las visones con absoluto rigor a los escuchado, sin añadir nada de su cosecha: "La Luz de la caridad que me enseñó la sabiduría me ordena contar cómo me han venido estas visiones. Lo que sigue no lo digo con mis propias palabras, sino con las que me pone en la boca la sabiduría verdadera para que me exprese sobre mí; y me dice así: Escucha estas palabras, ser humano e informa de ellas, no desde tu punto de vista, sino desde el Mío. Habla sobre ti mismo como Yo te enseño".
LA CAUSA DE LAS ENFERMEDADES Y SUS TRATAMIENTOS
A la monja de clausura Hildegarda de Bigen, le fue revelado hace 900 años las causas de las enfermedades y sus tratamientos. Para muchas personas, el origen de esas enfermedades son un enigma que la ciencia médica no encuentra respuestas. Por eso Santa Hildegarda de Bigen propone la curación del ser humano en su totalidad citando cuatro ámbitos; el espiritual, el cósmico, el psíquico y el corporal. Santa Hildegarda consideraba que desde estas cuatro dimensiones fluyen las fuerzas curativas que ayudan al hombre a tener una buena salud.
La santa alemana señalaba que “en toda creación, en los animales, los reptiles, los pájaros y los peces, en las hierbas y en los árboles hay escondidas misteriosas virtudes (cualidades o propiedades) curativas y ningún hombre las puede conocer a no ser que le sean reveladas por Dios”.
"Estos remedios son indicados por Dios y liberan al hombre de sus enfermedades - a no ser que Dios (aún) no lo quiera-".
UNA MALA ALIMENTACIÓN CAUSA LA MAYOR PARTE DE LAS ENFERMEDADES
El 80 por ciento de las enfermedades de “occidente” son causadas por una mala alimentación. Cáncer, reuma, diabetes, inflamaciones crónicas de las mucosas gástricas e intestinales… seguirán sin cura mientras no se tenga en cuenta las causas psíquicas que las provocan.
Por eso Santa Hildegarda da tanta importancia a una buena alimentación y, también, a una terapia integral (holística) en dónde tiene un papel importante la fuerza divina y sanadora de nuestra alma,que puede aplicarse ante las enfermedades... y todo ello lo pone por escrito ¡hace más de 850 años!
Pero vamos a los consejos de la santa para perder kilos. ¿Es una dieta al uso?, ¿Recomienda algo novedoso para frenar la ansiedad que empuja a comer desaforadamente?, ¿Hay alimentos prohibidos por la monja?...
A partir de aquí todas las respuestas...
PLAN TERAPÉUTICO CONTRA LA OBESIDAD QUE RECOMIENDA SANTA HILDEGARDA
La santa alemana también considera que este plan terapéutico es bueno para luchar contra la hipertensión, la gota y el colesterol.
DIETA BÁSICA DE LA CURA DE ESPELTA
Por la mañana: papilla de espelta (habermus), panecillos de salvado de espelta.
Al mediodía: sopa de sémola de espelta, tortitas de espelta asadas con muchas verduras, lechuga aliñada con granos de espelta.
Por la noche: pan de espelta untado con «patés» vegetales compuestos de castañas, manzanas, remolacha roja o puré de garbanzos y cebollas.
Bebidas: al menos 2 litros de líquido a lo largo del día, por ejemplo:
- infusión de hinojo mezclado con zumo de manzana o membrillo
- infusión de mondaduras de manzana, rodajas de manzana cocidas con mucha agua
- infusión de escaramujo
- café de espelta (siempre cocido con granos enteros)
- vino «apagado»
- agua de manantial
Dice el Doctor Strehlow, máximo especialista mundial en la mediciana santahildegardiana, que "los líquidos ayudan al riñón a eliminar las toxinas por arrastre, y así no llegan al hígado. Sino, el hígado no podría quemar suficientes grasas. El agua de manantial atenúa el apetito y permite al cuerpo quemar más grasas".
"Es importante reconvertirse a una alimentación basada en la espelta con buen criterio y hacer ejercicio físico durante al menos una hora, al aire libre!, concluye Strehlow.
SANTA HILDEGARDA OFRECE UN SECRETO PARA PODER EVITAR LAS GANAS DE COMER
La santa alemana recomendaba el ayuno y era consciente de lo difícil que era abandonar la adicción a comer compulsivamente. Santa Hildegarda ofrece un "secreto" para aquellos que no pueden frenar el apetito: "Quien no sea capaz de ayunar, ponga esta piedra (diamante) en su boca y el hambre le disminuirá, de modo que podrá ayunar mucho más tiempo".
El Doctor Strehlow, una gran autoridad en la Medicina de Santa Hildegarda, recomienda llevar el diamante sujeto en un anillo o en un colgante. Cuenta el Dr. Strehlow (2006) que fue objeto de burlas por aplicar este remedio a diabéticos seniles, pero que simplemente con el método del diamante en la boca y una dieta de espelta logró reducirles hasta el 50% la dosis de insulina, como en el siguiente caso:
«Soy enfermera y padezco sobrepeso porque en situaciones de estrés tiendo a comer demasiado sobre todo por la noche. Me ayuda a controlar mi peso un diamante que llevo colgado al cuello y que me pongo a menudo en la boca, con lo que consigo frenar mi apetito y reducir peso».
(Un cuarzo de diamante, de un tamaño pequeño, se vende en España a un precio de entre dos y cinco euros en tiendas especializadas en gemas y piedras semipreciosas).
LOS ALIMENTOS PROHIBIDOS SI QUIERES PERDER PESO
La santa alemana alerta sobre aquellos alimentos que son perjudiciales para las personas con exceso de peso.
Son los siguientes:
1.- Mantequilla
La santa escribió hace 850 años que "aquél que tenga una carne demasiada grasienta no coma mucha mantequilla para que sus tejidos enfermos no se amplifiquen más aún".
2.- La miel
"Cuando una persona grasienta y gorda -dice Hildegarda- come a menudo miel favorece en ella la formación de materias pútridas, mientras que la miel cocida y con la espuma quitada no es muy nociva ni para los gordos ni para los delgados".
3.- El jengibre
"El jengibre desconcentra a las personas obesas y las vuelve tontas, perezosas y desvergonzadas. Sólo una persona delgada que está casi sin fuerzas debe tomar un poco de polvo de jengibre en la sopa en ayunas y comer también esporeándolo sobre el pan hasta que se encuentre mejor. Pero después que no coma más, para que no le sobrevengan otros males".
4.- Higos
"Para los que están sanos, los higos no son provechosos, ya que provocan una dispersión de la carne y se oponen a todos los buenos humores que se encuentran en la persona, ya que lo llevan a grandes confusiones, como si fuesen sus enemigos. Para una persona en baja forma, cuyas fuerzas corporales han declinado, comer higos le será provechoso ya que justamente no tiene bastante cuerpo ni bastante espíritu. Los tiene que comer hasta que se encuentre mejor y luego detenerse, ya que, si no, vuelven el hombre lujurioso al punto de convertirlo en un envidioso de manera que le embarga la ambición y la codicia, y cae en costumbres desenfrenadas hasta el punto de no ser fiel a sus propias opiniones".
5.- Las coles
"Son nocivas para los hombres ya que la carne de estos últimos adolece de un exceso de humores (jugos). La variedad de las coles son casi tan nocivas para los sanos como para los enfermos".
LOS ALIMENTOS RECOMENDADOS SI QUIERES PERDER PESO
Santa Hildegarda pone el acento en algunos alimentos recurrentes que hay que consumir si se quiere perder peso...
Son los siguientes:
1.- La espelta
Para Santa Hildegarda la espelta es el alimento clave en toda su cocina. Previene enfermedades y las cura. José Antonio Timor, gran experto español en la medicina hildegardiana considera que "para la santa una correcta alimentación se basa en que la espelta esté presente en las tres comidas diarias, cocinada de diferentes maneras. Solo introduciendo este cambio en nuestra alimentación ya iniciamos un proceso curativo y de regeneración de nuestro sistema digestivo, inmunitario, circulatorio…".
2.- El pescado
Hay un dicho alemán que dice: "Con el pescado los kilos se van nadando". Santa Hildegarda recomienda comer sobre todo: perca, merluza, bacalao, lucio, lucioperca, arenque y el siluro.
Pide abstenerse de consumir el arenque crudo, el lenguado, el gallo o la platija...
3.- Carne de ave (pollo)
"La carne de pollo conviene a la gente sana pues no engorda -escribe Santa Hildegarda-. Refresca al enfermo. Sólo al que está muy enfermo y la come a menudo le produce flemas en el estómago y lo enferma más".
4.- Queso fresco
"Las personas con tejido muscular fofo y graso deberían comer queso fresco y tierno".
PARA CONOCER MÁS SOBRE LA MEDICINA DE SANTA HILDEGARDA
Los tres libros fundamentales para saber más sobre la medicina de esta Doctora de la Iglesia, y en español, son estos tres volúmenes de recién aparición en el mercado:
Manual de Medicina de Santa Hildegarda, escrito por el Doctor Strehlow y el Doctor Hertzka, proponen remedios para dolencias en todo el cuerpo, al mismo tiempo que reproducen las observaciones de la célebre monja medieval sobre la vinculación entre algunos males físicos y ciertos males morales, dentro de una visión holística de la naturaleza humana en armonía con Dios.
La salud del aparato digestivo según Santa Hildegarda,
escrito por el Doctor Strehlow,
describe 150 remedios que transmite la religiosa de clausura, basados en la
alimentación, y que aportan
una solución a muchos pacientes considerados "incurables".
Y, por último, El libro de las piedras que curan, que lleva por subtítulo: la sabiduría divina sobre la utilidad de las gemas. Es un texto en dónde la santa alemana argumenta sobre las virtudes curativas y profilácticas de una veintena de piedras preciosas o semipreciosas.
Y, por último, El libro de las piedras que curan, que lleva por subtítulo: la sabiduría divina sobre la utilidad de las gemas. Es un texto en dónde la santa alemana argumenta sobre las virtudes curativas y profilácticas de una veintena de piedras preciosas o semipreciosas.
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