¿No será porque Dios está purificando a su Iglesia
antes de la purificación del mundo? Algo de esto ya lo había sugerido Joseph
Ratzinger en la década de 1960, ver aquí su profecía.
¡CÓMO HA CAMBIADO LA
CONCURRENCIA A LA IGLESIA EN OCCIDENTE!
Francamente los católicos occidentales que peinan canas deberían estar
impresionados por la disminución
de la asistencia a la Misa que se ha producido durante su vida.
Atrás han quedado
las Misas atestadas de fieles: si no llegabas temprano no conseguías un buen lugar. En aquellos días
(los años sesenta) había un montón de sacerdotes y hermanas religiosas. No
había un solo pastor en cada parroquia, sino que había dos, o tres, o incluso
cuatro.
Pero esos días han quedado atrás en gran medida, aunque todavía hay algunas grandes
parroquias, algunas de ellas incluso
están creciendo.
Pero durante nuestra vida, la asistencia a misa semanal ha pasado de
70-80% de ocupación de los templos a 20-25%. Y aunque las vocaciones están empezando a
recuperarse, la situación habitual en estos días es conventos vacíos y
rectorías en gran parte vacías. El
vicario parroquial (segundo cura) es desconocido en muchas parroquias. Y
seguramente ni siquiera hay un pastor residente en cada parroquia de cada
diócesis.
No hay otra manera de describir esta disminución que no sea por la
palabra “impresionante”.
Y podemos escuchar todos los argumentos
habituales sobre por qué: Abandonamos la tradición. No, dicen otros, no
fuimos lo suficientemente progresistas. Hay demasiadas reglas. No, dicen otros,
nuestro problema es que abandonamos todas las reglas. Y podríamos seguir y
seguir. Todo el mundo tiene una explicación y hay un montón de desacuerdos
sobre ellas.
¿Pero que podría
estar haciendo Dios? ¿Qué podría estar permitiendo? Simplemente déjame reflexionar,
no proponer una respuesta completa y definitiva.
LA BIBLIA NOS DA LA PISTA DE
LO QUE PUEDE ESTAR OCURRIENDO
Muchas veces preguntamos al Señor, “¿Qué pasa con la Iglesia? ¿Qué ha
ocurrido, Señor?”
Debemos en primer lugar tomar conciencia que lo que estamos viviendo no es realmente nuevo. Hay precedentes
bíblicos en que Dios ha podado y purificado a su pueblo. Los teólogos llaman a
esto “teología del remanente”,
ya que un remanente se refiere a una porción más pequeña de algo mucho
más grande.
La Teología del Remanente se ve en el Antiguo y Nuevo Testamento. Se
refiere al hecho de que, de los muchos seguidores de
Dios que había en un momento dado, muchos (si no la mayoría) desaparecen en
períodos críticos, de tal manera que sólo un pequeño remanente permanece para
comenzar de nuevo.
Estos son algunos ejemplos de las Escrituras:
Había doce tribus de Israel. Pero diez de ellas se
perdieron en la conquistaasiria del reino del norte de Israel en 721 aC.
Los profetas habían
advertido al Reino del Norte de su maldad, pero la negativa a arrepentirse trajo
la destrucción anunciada. Los que no murieron en la guerra fueron deportados y desaparecieron por
asimilación en los pueblos de alrededor. Se
les conoce como las diez tribus perdidas de Israel. Sólo un remanente, las tribus de Judá y Leví,
sobrevivieron en el reino del sur de
Judá.
Un remanente de Judá – Judá también se volvió a la
maldad y los profetas advirtieron de su destrucción. Los babilonios destruyeron
entonces Judá y Jerusalén en el año 587 aC. Ellos deportaron a los
sobrevivientes a Babilonia.
Ochenta años después, los persas conquistaron a los babilonios y
permitieron a los judíos regresar a la Tierra Prometida. Pero sólo un remanente regresó; la
mayoría eligió quedarse en la diáspora, prefiriendo
Babilonia a la tierra prometida por Dios.
Gedeón tenía un ejército de 30.000 y se enfrentó a
los madianitas, que tenía 60.000. Pero Dios le dijo: “Tu ejército es
demasiado grande. Di a los cobardes que se vayan a casa”.
Entonces Gedeón dijo a los soldados que si ellos no pensaban que iban a
ganar esta batalla podían irse; 20000 se fueron. Con una armada de Gedeón de
solamente 10.000, Dios le dijo a Gedeón: “Tu
ejército es aún demasiado grande, no sea que tú creas que vas a ganar esta
batalla por tu cuenta”. Entonces
Dios le dijo a Gedeón que observara a los hombres en el arroyo mientras bebían
agua. La mayoría bebió tranquilamente, pero 300 de ellos lamían el agua como
perros. Este es tu
ejército, dijo el Señor, “300 hombres y yo estaré contigo”. Gedeón ganó
ese día con 300 hombres a quienes el Señor había escogido. Dios diezmó sus filas y eligió sólo un remanente
como Sus verdaderos soldados (ver Jueces 6 y 7).
Jesús, también, no parecía confiar en grandes
multitudes. Algunos de sus dichos más difíciles de interpretar eran cuando
había una gran multitud.
De hecho, cada vez
que se oye la mención de una gran multitud en los evangelios, abrocharse el cinturón de seguridad, ya que está
prácticamente garantizado que un discurso fuerte va a empezar.
Una vez, cuando
había una gran multitud, Jesús enseñó en contra del divorcio (Mateo 5 y 19, Marcos 10).
En otra ocasión les
habló a las multitudes y declaró que nadie podía ser su discípulo a menos que
él renunciara a sus posesiones, tome su cruz, y le siga (por ejemplo, Lucas 14).
Otra vez Jesús
enseñó sobre la Eucaristía, causando que muchos salieran y ya no caminaran en su compañía
(Juan 6).
Y seguramente no
podemos olvidar el anuncio de Jesús de que el camino a la perdición es ancho y
muchos están en él, mientras que el
camino a la salvación es estrecho y sólo unos pocos lo encuentran (cf Mateo 7:
13-14). Sí, sólo unos
pocos, un remanente.
Estos son sólo algunos ejemplos de la teología del remanente en las
Escrituras. Hay muchos más.
Un último pasaje de
Zacarías, ya que también llega a la raíz de lo que Dios puede estar haciendo en
nuestro tiempo:
“¡Despierta, espada, contra mi
pastor, y contra el hombre de mi compañía!, oráculo de Yahveh Sebaot. ¡Hiere al
pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños!
Y sucederá en toda esta tierra – oráculo
de Yahveh – que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro
tercio quedará en ella.
Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como
se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y
yo le responderé; diré: «¡El es mi pueblo!» y él dirá: «¡Yahveh es mi Dios!»”
(Zacarías 13: 6-9).
Es un pasaje impresionante. Pero también muestra el propósito de Dios en el adelgazamiento de
sus filas.
Hay algo muy misterioso en el por qué Dios permite que
muchos se alejen. Y sin embargo, es
cierto que siempre tenemos la libertad de quedarnos o irnos.
Parece que hay veces en la historia de la Iglesia e Israel durante las cuales Dios
permite a muchos salirse, incluso “causa” la partida como este pasaje.
Es un misterio difícil de digerir.
DE LA MISMA FORMA EN QUE SE
PODAN LOS ROSALES
Una vez al año se
podan los rosales. Grandes rosales de 2 metros por ejemplo se podan a veces dejándolos a
menos de la mitad de su altura. Y se hace a propósito. Porque si las rosas van
a prosperar el próximo año, la poda se tiene que hacer a fondo.
Las rosas no
entienden lo que el podar hace, pero el podador sabe por qué se hace. Es
necesario, pero sin embargo doloroso.
Y Dios también sabe
lo que está haciendo. Y nosotros no podemos imaginárnoslo ni entenderlo más que los pobres
rosales que son podados. Pero Dios lo sabe y lo hace.
En el pasaje anterior, el tercio que queda también
debe ser purificado y refinado como en el fuego. Pero cuando se hace, serán
de oro puro. Los que se quedan y aceptan la purificación llamarán a Dios por su
nombre. Serán un pueblo, una iglesia, en su propio corazón.
Parece claro que el
Señor está podando a su Iglesia. Él nos está preparando para la primavera. Y nosotros de hecho vamos y
estamos soportando un invierno difícil. Pero estamos siendo purificados,
limpiados.
Estos son días difíciles para la Iglesia, pero ya se pueden ver signos
de una gran primavera por delante.
Hay muchos e interesantes movimientos laicos y áreas de
crecimiento en la Iglesia. El calibre de los hombres que entran en el sacerdocio es otro indicador.
Son hombres que aman al Señor y a su Iglesia y que desean profundamente hablar
de la verdad y del amor. Y lo propio se podría decir de las vocaciones de las mujeres en los conventos,
en que parecería que se está dando en
occidente un crecimiento calificado de las vocaciones.
Aunque el número de católicos practicantes ha disminuido, se ve mayor
fervor en los que quedan. La
piedad eucarística es más fuerte hoy en
la Iglesia a través de la adoración eucarística y la misa diaria.
En Internet hay
muchos signos de entusiasmo y celo por la fe. Muchos sitios web maravillosos están surgiendo para
fortalecer a los católicos. EWTN y otras televisoras que
están arrancando, están haciendo un trabajo maravilloso y muchas estaciones de radio católicas también han comenzado.
Se podría seguir con los signos, pero creo que tú ya entiendes el punto.
Dios está podando y nos
está purificando. No tengo ninguna duda de que todavía hay algunos días
difíciles de invierno por delante
antes que se instale la primavera definitivamente. Pero Dios nunca falla. Él
está renovando su Iglesia y nos prepara para lo que viene.
Francamente, se va a hacer una Iglesia más fuerte y más pura que soporte el tsunami cultural que ha
estado afectándonos. Las primeras
olas golpearon a finales de 1960 y las sucesivas oleadas parecen ser aún más
destructivas, en la medida que la cultura occidental gradualmente está siendo
arrastrada.
La Iglesia tendrá que ser fuerte y pura con el fin
de soportar los próximos días, para rescatar a los que podamos, y para ayudar a
reconstruir cuando las terribles olas hayan hecho su última destrucción.
Este post no estará
exento de polémica. No se propone como la única respuesta a los tiempos. Tampoco sostiene
que los católicos que se han ido simplemente han sido podados, porque no
podemos saber con certeza que nunca volverán y serán injertados de nuevo.
Tenemos por delante
el Sínodo de la Familia, y creo que esa será un punto de otra poda importante.
No podemos saber el
tamaño que el Señor quiere que seamos, ni debemos sofocar el mandato del Espíritu de Cristo, porque recordemos
sus palabras: Id y haced
discípulos a todas las naciones.
FUENTES:
Publicado por Unción Católica y Profética
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