Hoy el Partido Socialista ha dado
a conocer su programa. Tenía yo completa seguridad de lo que iba a suceder, y
el programa no me ha defraudado. Su reclamación acerca de las inmatriculaciones
eclesiásticas se convertirá a la postre en una verdadera nacionalización de las
catedrales de España, de todas las catedrales.
Ésta es una verdadera tragedia.
Los obispos van a quedar despojados de todos los templos catedralicios. Los
cuales podrán ser usados para conciertos, exposiciones, actos culturales,
políticos o bodas gays. Esto ya se veía venir desde hacía años.
Entre esto y la redefinición del
matrimonio, el cristianismo ya no podrá seguir conviviendo en la sociedad
actual como hasta ahora. Estamos a cuatro o seis años del comienzo de una
verdadera persecución legal de la Iglesia en España. La Iglesia, tal cual la
hemos conocido, va a desaparecer de este país. Nos espera una situación cada
vez más hostil y agresiva en nombre de la Libertad.
Nuestro Señor Jesucristo se enfadó al ver a los vendedores en el Templo.
Resulta evidente que Dios se enfadará ante semejante sacrilegio. Ya no espero
más ayuda que la del Cielo. Pero no tengo la menor duda de que el Altísimo mira
y calla. Mira y calla, pero cuando hable todos callarán.
P.
FORTEA
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