Durante años he escuchado frases
como la que me decía un comentario a mi post: La
Tierra tiene recursos para toda la población que Dios quiera. Es el egoísmo y
la mala administración el problema. Otro comentarista me decía que en Argentina,
entre una ciudad y otra, veía muchísimos kilómetros vacíos.
Estoy seguro de que Dios quiere
que haya muchos hijos suyos sobre la tierra. En ese sentido, Dios es natalista.
Dios quiere que haya muchos hijos, porque quiere que muchos seres compartan su
felicidad.
Pero, al mismo tiempo, sin quitar
fuerza a esa verdad, hay que reconocer que los recursos son limitados. Y Dios
nos ha dado la razón para comprender la situación y actuar de acuerdo a la
razón. Dios no se
ofenderá de que actuemos según la razón. Porque la razón es un don que nos ha
dado. Dios mismo es razón.
Es cierto que entre ciudades hay
muchos kilómetros vacíos. De hecho, la mayor parte de nuestro planeta está
vacío. Pero ésta no es una cuestión de terreno vacío para construir, sino de
recursos como, por ejemplo, el agua. Y el agua dulce es un recurso más limitado
de lo que la gente cree.
Hay que tener en cuenta, además,
que en la medida en que la población siguiera creciendo al ritmo actual, la
lucha por los recursos se volvería más desesperada. ¿Es posible que la
población siga creciendo al ritmo del siglo XX durante un siglo más? La
respuesta contundente e indubitable es NO.
Mañana continuará mi reflexión. Quizá mañana pueda ofrecer un poco de
luz a través del túnel.
P.
FORTEA
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