Llevaba ya medio año percibiendo
que la fase expansiva de Estados Unidos comenzaba a llegar a su cénit, era
lógico esperar ya una desaceleración progresiva. Llevaba algo menos viendo que
los resultados de China iban en la misma dirección. Sobre todo me preocupaba el
país asiático, es imposible mantener de forma indefinida un aumento constante,
siempre al alza, de los beneficios intereses bursátiles. Eso es sencillamente
imposible. Lo cual significaba que China iba camino de una progresiva
desaceleración hasta llegar a la crisis. O, al menos, a rozar índices muy bajos
de crecimiento anual.
Todas las nubes indicaban
tormenta, una tormenta para varios años. Esas tormentas crean millones de
desempleados, millones de familias en la miseria, comiendo de la caridad. Desde
hace un mes los signos indicaban que la tormenta ya estaba aquí y venía para
quedarse. Hoy ya es seguro. Ahora comienza un tiempo de muchas declaraciones
tranquilizadoras: el peligro ya ha pasado. De subidas y bajadas en las bolsas.
Nos queda medio año de grandes personajes políticos asegurándonos que el
peligro ya ha sido conjurado.
Pero no es así. Los técnicos ya
les han dicho a sus jefes: Saque todo de la bolsa al precio que sea. Sí,
hoy ya está todo claro: comienza la desaceleración que nos llevará a una nueva
crisis planetaria como la del 2008. Pekín ha intentado evitar las primeras
grietas desde hace un mes y no lo ha conseguido.
No hace falta decir que las primeras grietas son las más fáciles de
reparar. ¡Pero Pekín no lo ha conseguido! Y seguro que han inyectado dinero
como locos. El resultado está claro, ya nadie puede evitar la crisis que se
acerca tantas veces anunciada en los posts de este blog; al fin y al cabo, era
una mera cuestión de tiempo con tantos tiempo al 7% de crecimiento del PIB.
P.
FORTEA
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