El Anacoreta se encontró con un amigo de la
infancia al que hacía tiempo no veía. Aquel hombre que había sido activo y
triunfador, le confesó que se encontraba en un momento delicado. Había perdido
la ilusión por la vida que llevaba, pero no se atrevía a lanzarse en la
búsqueda de una nueva.
El anciano lo escuchó en silencio. Luego le dijo:
- Te encuentras en un umbral. Tras de ti se ha
cerrado una puerta y te has quedado en el umbral de la que ahora se abre ante
ti. Algo ha muerto en ti y sólo el amor podrá renovarlo. Ama y atraviesa el
umbral. Te abrirás a una nueva vida insospechada.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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