HE APRENDIDO QUE NO ESTOY AQUÍ PARA
JUZGAR, ESTOY AQUÍ PARA AMAR. NUESTRA FUNCIÓN NO ES ENDEREZAR A TODO EL MUNDO,
LO ÚNICO QUE DEBEMOS DE HACER ES PLANTAR LA SEMILLA.
Es fácil
de amar a las personas que son como nosotros, se ven como nosotros, se visten
como nosotros, creen en lo mismo; eso no requiere esfuerzo. Pero ¿qué pasa con
las personas que son diferentes? Personas que no entendemos, con las que no
estamos de acuerdo, en cuanto a su conducta están tomando malas decisiones, y
es fácil juzgar por las apariencias, hacer prejuicios y pensar, no son para mí,
son raros, mejor tomo mi distancia. Pero el amor de Dios no es excluyente, es
incluyente. No excluye a las personas que son diferentes, no descarta a las
personas porque no están tomando las mejores decisiones. No ignora al que no
cumple con estas expectativas.
El amor
incondicional dice “yo te amo aun cuando no estoy de acuerdo contigo”. Puedo no
estar de acuerdo con tu estilo de vida, tu doctrina, como crías a tus hijos,
los amigos que tienes, pero yo se esto ¡tú estás hecho a la imagen de Dios y yo
no estoy llamado a juzgarte, estoy llamado a amarte!
Debemos
entender que cada persona se encuentra en un proceso, el lugar en el que se
encuentran el día de hoy no es donde van a terminar, no son un producto
terminado, aun se encuentran en la mano del alfarero. Pero muy seguido juzgamos
a las persona por donde están ahora, los descartamos y decimos: “no me voy a
asociar con ellos, son un desastre, están acabados”. No, Dios te usará para
plantar semillas en su corazón. Tu amor, tu amistad, tu apoyo es parte del plan
que Dios diseño para su vida.
Dios cuenta con nosotros para hacer la diferencia, no tengas una mentalidad de creerte muy santo, quítate los lentes del juicio, si no fuera por la gracia de Dios tú podrías estar donde ellos están. Las mismas cosas en que somos tentados a juzgar y criticar sino fuera por la bondad de Dios, podríamos también estar batallando con lo mismo. Si hubieras vivido su vida y te hubieras criado con su familia, te hubieras enfrentado a sus batallas entenderías porque están donde están.
Dios cuenta con nosotros para hacer la diferencia, no tengas una mentalidad de creerte muy santo, quítate los lentes del juicio, si no fuera por la gracia de Dios tú podrías estar donde ellos están. Las mismas cosas en que somos tentados a juzgar y criticar sino fuera por la bondad de Dios, podríamos también estar batallando con lo mismo. Si hubieras vivido su vida y te hubieras criado con su familia, te hubieras enfrentado a sus batallas entenderías porque están donde están.
Y las
áreas en las que tú eres fuerte no son casualidad, es la misericordia de Dios
mostrada en tu vida. Cuando tú muestras este amor incondicional las personas
quizás no respondan de inmediato, quizás parezca que no hace diferencia, siguen
cometiendo errores, pero esta es la clave ¡las semillas que siembran nunca
mueren!.
Los
investigadores encontraron semillas no hace mucho que tenían más de cuatro mil
años, quedaron enterradas en un ataúd. Cuando plantaron esas semillas quedaron
asombrados y esas semillas crecieron, seguían vivas miles de años después. De
la misma manera, las semillas de esperanza, misericordia, ánimo que tú estás
plantando en otras personas nunca mueren. Puede parecer que no se diferencia,
pero la razón por las que no crecen es porque la tierra de su corazón esta dura
y llena de piedras, y esa semilla no puede echar raíz. La buena noticia es que
la semilla sigue viva y en el momento oportuno Dios suavizará ese corazón,
aflojará la tierra y la semilla que has plantado tomara raíz y crecerá.
Nada de lo
que has hecho fue un desperdicio, cada vez que muestras amor, estas sembrando
esas semillas. Y muchas veces pensamos que tenemos que convencer a las
personas, decirles lo que están haciendo mal, señalar sus errores, hacer que se
sientan culpables ¡no, el Espíritu Santo es el que convence! Tu solo sigue
sembrando esa semilla, mostrando amor incondicional y en el tiempo adecuado van
a crecer.
Hace poco
tuve la oportunidad de orar por uno de los artistas más famosos del momento.
Esta persona es conocida en todo el mundo, muy popular pero también algo
diferente, algo alocada. Y yo pude haber tenido una mentalidad de creerme muy
santo y pensar: “yo no me voy a asociar con ellos, las personas me van a
criticar no me van a entender”, esta persona parece representar justo lo
contrario de lo que nosotros representamos. Pero Jesús dijo, son los enfermos
los que necesitan doctor, no lo sanos. Y yo he aprendido que no estoy aquí para
juzgar, estoy aquí para amar.
Nuestra
función no es enderezar a todo el mundo, lo único que debemos de hacer es
plantar la semilla. La biblia dice “el amor nunca termina” Cuando muestras amor,
muestras a Dios. Cuando tienes misericordia, comprensión, aceptación, eso sana,
eso restaura, trae vida. Y por mucho tiempo la iglesia en general ha sido
conocida por lo que estamos en contra. Estamos en contra de esto, de lo otro y
si vives así no eres bienvenido. Hemos sido efectivos en decirle a la gente lo
que no nos gusta pero yo no quiero ser conocido por lo que estoy en contra,
quiero ser conocido por lo que estoy a favor. Estoy a favor de la gente, a
favor de nuevos comienzos, a favor de segundas oportunidades, estoy a favor de
que te conviertas en lo que Dios te creo para hacer.
Mira ese
joven artista el lugar en donde esta no es el lugar donde va a terminar. Esa
semilla puede tomar raíz en una semana, en un año o en treinta años, no depende
mi depende de Dios. El diseñó el plan para su vida.
Nuestra
parte es seguir mostrando ese amor incondicional. No, te voy a amar si estás de
acuerdo conmigo, te acepto siempre y cuando pienses como yo. No, nuestra
actitud debe ser, si tienes buena moral o ninguna moral, igual te voy a amar.
Si estas limpio y sobrio, o acabado y adicto yo te voy a amar. Si eres
homosexual o heterosexual, republicano o demócrata, blanco o negro, musulmán o
cristiano, creyente o ateo no importa igual te voy a amar. Jesús dijo “en esto
todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan
13:35) Observen que no dijo “es por lo espiritual que sean, por cuantas veces
vayan a la iglesia, cuantos versículos se saben, cuantos milagros ocurren”, no,
lo sabrán por su amor a otras personas.
¿Cómo
sería este mundo si en vez de juzgar a las personas amamos a las personas? Pero
es que no se ven igual que yo, no se deben de ver igual, Dios nos hizo
diferentes. Quizás no están en su vida donde deberían estar, está bien, se encuentran
en un proceso, no son un producto terminado.
Quizás no
alaban a Dios como tú lo haces, tienen otra denominación, otra cultura o una fe
diferente; está bien no lo descartes nuestro Dios es el Dios de todo el mundo.
No es un Dios blanco, un Dios negro, un Dios mexicano, un Dios coreano, es solo
un Dios.
Y el Dios de Abraham, Isaac, Jacob ama a los musulmanes tanto como ama a los cristianos, ama a los hindúes, a los ateos, es el Dios de toda la humanidad.
Y el Dios de Abraham, Isaac, Jacob ama a los musulmanes tanto como ama a los cristianos, ama a los hindúes, a los ateos, es el Dios de toda la humanidad.
Pero
muchas veces tenemos una visión muy estrecha de Dios, tenemos un circulo
pequeño con las cosas que creemos y quienes pensamos que tienen la razón y
excluimos a todos los demás.
Apuntamos
sus errores, lo que están haciendo mal, donde no estamos de acuerdo. Es que no
se bautizan como nosotros, no toman la comunión igual; nos enfocamos en lo que
nos separa. Pero mientras más vivo, más me doy cuenta en lo grande que es el
circulo de Dios, cuan amplia se extiende su misericordia.
Cuando
lleguemos al cielo nos vamos a sorprender de quien va a estar ahí. Pero Joel ¿y
su falsa doctrina? ¿Y qué pasa con su falsa doctrina? Nadie esta correcto al
cien por ciento. La principal razón por la cual se establecieron las
denominaciones es para proteger la doctrina que cada una piensa que es
correcta.
Victoria
creció en una iglesia en la que pensaban que eran los únicos que iban a ir al
cielo. Cuando nos casamos yo le pregunte ¿me das permiso de ir al cielo yo
también? Gálatas 5 dice “no pienses que tu grupo es el único que está bien”.
Escuche a alguien decir, pensar que tu iglesia es la única que está bien es
como llenar tu tina con agua y llamarle el océano pacifico. Todos nos
equivocamos en algo, lo importante es que estamos de acuerdo en que Jesús es el
hijo de Dios, resucito de la muerte y ahora es nuestro salvador.
Mi amor
por ustedes es mayor que una diferencia teológica, es más grande que la iglesia
en la que perteneces, es más grande que la fe que prácticas, es incluso más
grande que una diferencia política o filosófica. Yo no tengo que estar de
acuerdo contigo en todo para amarte y si ustedes dibujan un círculo para
excluirme yo dibujaré uno más grande para incluirlos. Cuando amas de forma
incondicional, tu círculo es amplio, no juzgas a todos para ver si encajan en
tus creencias.
Y esa
persona que piensas que tiene tanta doctrina falsa, va por muy mal camino es
mejor que te empiece a caer bien, probablemente será tu vecino en el cielo.
Habrá mucha gente ahí que no esperabas ver, la gracia de Dios es de hoy y para
siempre, es más grande, más amplia, se extiende ampliamente.
Pero
muchas veces la religión intenta alejar a las personas, Dios siempre acerca a
las personas, no se trata de cumplir todas las reglas, si te portaste bien
durante toda tu vida, se trata de la condición de tu corazón. Tienes un corazón
y quieres complacer a Dios, ¿crees en este salvador resucitado? Es interesante
cuando Jesús estaba en la cruz había un criminal también colgado a su lado, lo
estaban crucificando, este hombre había cometido mucho mal, había vivido una
vida que no estaba orgulloso. Pero antes de morir miro a Jesús y le dijo: “por
favor acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” El simplemente reconoció quien
era Jesús, el sin duda invoco el nombre del Señor. Jesús le dijo “este día
estarás conmigo en el paraíso”.
Ese
criminal no hizo una larga oración por sus pecados, nunca lo bautizaron, nunca
fue a la iglesia, eso fue solo la gracia de Dios. Las cosas no siempre
concuerdan con nuestra teología.
Estaba
leyendo acerca de Steve Jobs, el fundador de Apple, una de las mentes más brillantes
que ha existido. Él fue adoptado cuando era niño y criado en una iglesia
luterana, sus padres lo llevaban cada semana a la iglesia pero a la edad de
trece años él comenzó a cuestionar su fe. Eventualmente dejó la iglesia,
rechazó el cristianismo y probó varias religiones, y años después a la edad de
cincuenta y seis se encontraba en su lecho de muerte con un cáncer de páncreas.
Justo cuando iba a tomar su último suspiro con su familia alrededor tomando su
último respiro, abrió los ojos, miro hacia arriba y dijo tres veces, oh guau,
oh guau, oh guau. Y no es algo que puedo asegurar pero a mí me parece que
estaba viendo el cielo, si hubiera visto el infierno no estaría diciendo oh
guau, estaría diciendo oh no, oh no. Miró hacia arriba asombrado, anhelando lo
que veía y quiero decir la gracia de Dios es amplia.
Porque la queremos hacer tan estrecha y pensar, mi familiar nunca lo va a lograr, Joel mi compañero no tiene oportunidad, deberías escucharlo hablar, no, están en un proceso, Dios te está usando a ti para plantar semillas en su corazón. No necesitan escuchar otro sermón, no le tienes que decir a la gente lo que hacen mal, ya lo saben solo ámalos. Deja que tu vida sea el sermón, en el momento apropiado esas semillas van a brotar y quien sabe algunas personas estarán en su lecho de muerte y Dios se les va a rebelar, sentirán un amor incondicional atrayéndonos hacia él.
Porque la queremos hacer tan estrecha y pensar, mi familiar nunca lo va a lograr, Joel mi compañero no tiene oportunidad, deberías escucharlo hablar, no, están en un proceso, Dios te está usando a ti para plantar semillas en su corazón. No necesitan escuchar otro sermón, no le tienes que decir a la gente lo que hacen mal, ya lo saben solo ámalos. Deja que tu vida sea el sermón, en el momento apropiado esas semillas van a brotar y quien sabe algunas personas estarán en su lecho de muerte y Dios se les va a rebelar, sentirán un amor incondicional atrayéndonos hacia él.
Recibí un
poema en el correo se llama “mi sorpresa en el cielo” dice algo así “quede
conmocionado, asombrado y confundido cuando cruce las puertas del cielo, no fue
la belleza, las luces ni el oro en el suelo, fueron las personas que ahí
estaban las que me hicieron irritar. Los pecadores, los tramposos, mentirosos y
demás. Allí estaba el niño de la primaria que dos veces se robó mi comida, a su
lado estaba mi vecino que solo hablaba porquerías. Enrique quien yo pensé que
en el infierno se quemaría estaba en una nube pasándola de maravilla. Le
pregunte a Jesús ¿qué fue lo que paso? Quisiera saber la razón, ¿cómo es que
todos estos llegaron aquí? Debió a ver sido una equivocación, además ¿por qué
están tan callados, tan serios? Dímelo sí. Jesús le dijo es porque todos están
asombrados nunca pensaron que te verían a ti”
Todos
podemos decir donde estaríamos sin la gracia de Dios. Cuando no lo merecíamos,
cuando cometíamos errores, Dios nos mostró su amor incondicional, él nos pide
que mostremos el mismo amor a otras personas. No mires a las personas con ojos
de juicios, míralas con ojos de misericordia. Bueno Joel pero no creo que ella
debería vestirse así en la iglesia, no es apropiado, tal vez no, pero prefiero
que este aquí que en el club nocturno. Tú no sabes lo que ha vivido, no has
caminado en sus zapatos en vez de juzgarla, mejor conócela; antes de
descartarla escucha su historia. Normalmente hay una buena razón por la cual
las personas son como son, debemos darle espacio mientras están en el proceso
de crecer, si somos críticos nos creemos “muy santos”, los despreciamos, eso no
los va a ayudar. Es ese amor condicional, si cumples con todos mis requisitos
entonces te amo y te acepto, no, Dios nos dio misericordia libremente, démosla
también nosotros.
Escuche
acerca de una pareja estaban almorzando en un restaurante una mañana, tenían a
su hijo de un año sentado con ellos, mientras estaban comiendo el niño comenzó
a sonreír bastante, golpeando la mesa muy emocionado. La madre voltio para ver
que causaba tanta emoción, y atrás de ella había un adulto mayor sentado en la
mesa. Este hombre parecía vagabundo, estaba despeinado no se había rasurado, la
ropa muy sucia, olía muy mal. Hablando fuertemente le dijo al niño ¿Cómo estas
amiguito? Todo el restaurante voltio para ver que ocurría, la mama se llenó de
vergüenza no le agradó mucho. Después se voltio, intentaba entretener al niño
para quitarle la atención de este hombre, pero el hombre siguió hablando,
jugando con el niño, haciéndolo reír; él bebe estaba completamente entretenido
con este hombre, tanto que en vez de sonreír ahora estaba brincando riéndose
sin parar.
Los padres
estaban muy avergonzados, comieron lo más rápido que pudieron querían terminar;
por fin pudieron acabar, estaba lloviendo afuera, el esposo fue a traer el
carro. La mujer se levantó de la mesa tomó a su hijo en sus brazos, se dirigió
al mostrador para pagar y en su mente pensaba, Dios por favor permíteme salir
de aquí sin pasar más vergüenza. Pero en ese momento el hombre vagabundo se
paró y se formó detrás de ella, cuando él bebe vio que el hombre se paró, él le
extendió sus dos brazos, se alejó de su madre para que el hombre lo cargara. En
poco tiempo él bebe se encontraba en brazos de un desconocido, parecía como si
fueran viejos amigos. En un momento el niño recostó su cabeza sobre el hombro
del vagabundo, el hombre cerro los ojos lo estaba disfrutando, sus manos muy sucias,
ásperas, palmeaban la espalda del bebe con ternura. La madre sé quedó viendo
muy asombrada, en unos momentos él le regreso al niño y le dijo “cuide mucho a
este bebe” ella le respondió con un nudo en la garganta “lo haré” Camino hacia
la puerta para salir y lágrimas comenzaron a salir por sus ojos, ella dijo:
“Dios por favor perdóname”. Ella había presenciado el amor incondicional
mostrado a través de la inocencia de un bebe. Él bebe no veía la suciedad del
hombre, la mugre, el cabello despeinado, él bebe veía al hombre con ojos de
amor, la madre veía al hombre con ojos de juicio.
Mi oración es, Dios permítenos tener la misma inocencia que un bebe y no juzgar a las personas por tu apariencia, por cómo se visten, por los errores que han cometido, Dios permítenos ver a las personas con ojos de amor.
Mi oración es, Dios permítenos tener la misma inocencia que un bebe y no juzgar a las personas por tu apariencia, por cómo se visten, por los errores que han cometido, Dios permítenos ver a las personas con ojos de amor.
La biblia
dice “para los puros todas las cosas son puras”. Y una forma de saber que tan
puro es tu corazón, es que tanto juzgas. Cuando tu corazón es puro, tú no
tienes un espíritu crítico, no te crees más santo que los demás, estas lleno de
misericordia, das a las personas el beneficio de la duda. Y me he dado cuenta
que mucho de lo que juzgamos es por la cultura en la que crecimos. Cuando mi
hijo Jonatán tenía unos ocho o diez años, le gustaba traer su cabello muy
desarreglado parecía que se acaba de despertar, ese era el estilo. Un vez
íbamos a un lugar y le dije Jonatán te tienes que peinar, me miro raro y me
dijo, papa lo acabo de hacer. Llegaba de compras con Victoria y decía papá mira
estos pantalones nuevos, tenían agujeros en las rodillas, rotos, despintados,
deslavados parecían muy viejos, siempre le preguntaba ¿tuviste que pagarlos?
Las
culturas cambian, muy seguido juzgamos lo que no podemos entender. Cuando mis
padres apenas crecían en 1930, mi padre usaba lo que llamaban un traje sur. Los
pantalones llegaban hasta el pecho, el saco muy largo, mi padre usaba su
sombrero totalmente de lado, de su bolsa colgaba una cadena larga de oro.
Cuando era adolescente caminaba dándole vueltas a la cadena como un pachusco.
En su época él era el que estaba alocado, sin embargo Dios lo llamó para ser
pastor, es el fundador de nuestra iglesia.
Antes de
que juzgues a esa persona que tiene el cabello raro, ropa extraña, muchas
joyas, no, tú no sabes como Dios los va a usar. Ellos pueden ser tu futuro
pastor, tu siguiente doctor, el próximo presidente.
Juan 7:24
dice “se honesto en el juicio que haces con las personas” no juzgues con
rapidez, superficialmente y por apariencia. ¿Cuántas veces vemos a las personas
y en un segundo decidimos si nos gustan o no? Mira él tiene un tatuaje se va a
ir al infierno, él tiene el cabello largo es un busca pleitos, mira las joyas
que trae de seguro está robando, no, dale a todas las personas el espacio para
que se conviertan en lo que Dios le creo para ser.
Escuche
acerca de un hombre que asistió a una iglesia muy formal y exclusiva. Iba
vestido con pantalones de mezclilla, sombrero vaquero y unas botas viejas.
Entró un domingo por la mañana y se sentó en la tercera fila. La congregación
estaba consternada, muchos le enviaron notas al pastor expresándoles su
preocupación, después del servicio el pastor le dijo al hombre que le pregunte
a Dios como se debería de vestir antes de regresar a su iglesia. El hombre
regreso el siguiente domingo vestido exactamente igual, el pastor lo regañó, le
dijo: “te dije que le preguntaras a Dios como vestirte antes de regresar a mi
iglesia” El hombre le contesto -si, le pregunte a Dios pero me dijo que no
sabía, porque nunca ha estado aquí.
¿Qué
quiero decir? Ustedes saben que quiero decir. No juzguemos por las apariencias,
me he dado cuenta que si visto un traje o pantalones de mezclilla, no afecta el
mensaje, no se afecta por algodón o mezclilla, por la ropa de mi hermano Pablo
o por poliéster. Lo que afecta el mensaje es la actitud de nuestro corazón. Si
no se ven como tú, visten como tú, son como tú, no pasa nada están en un
proceso, no son un producto terminado. Jesús lo puso muy fácil “no juzguen y no
serán juzgados” Quizás no entiendas a algunas personas, pero no tienes que
entenderlas para amarlas, no tienes que estar de acuerdo con ellas para
aceptarlas. Por eso se llama amor incondicional.
Escuche la
historia de una mujer y su esposo tenían un perro llamado Lucky y siempre que
tenían invitados los fines de semana les advertían a las personas que no
dejaran sus maletas abiertas porque a Lucky le gustaba abrirlas tomar cosas y
llevarlas al sótano donde estaba su caja de juguetes para jugar con ellos
después. Siempre encontraban cosas de sus invitados ahí. Y un día la mujer fue
diagnosticada con cáncer, estuvo en el hospital por tres semanas. El esposo
llevaba a Lucky a caminar durante la noche pero no era lo mismo Lucky amaba a
esa mujer, la seguía en la casa a cualquier lugar que iba. Ella regreso a su
casa después de la cirugía pero estaba muy débil no pudo subir y acostarse en
su recamara, en vez de eso se acostó en el sillón de la sala. Lucky estaba
justo a su lado, era obvio que a él no le gustaba que esa mujer se sintiera mal
y la mujer se quedó dormida, se despertó una hora después y le era difícil
respirar, tenía calor sentía muchas cosas oprimiéndolas, comenzó a asustarse,
pensó ¿Qué me está pasando? Pronto su preocupación se convirtió en alegría.
Lucky había bajado al sótano donde estaban todos sus juguetes, los había traído
y los puso sobre la mujer, mientras dormía dio una y otra vuelta para intentar
que ella se sintiera mejor. Ahora ella estaba literalmente cubierta con su
amor.
Este es mi
desafío para nosotros el día de hoy, comencemos a cubrir a las personas con
amor, es fácil cubrirlas con juicios, con condenación, con culpas, pero mejor
comencemos a cubrirlas con amor. El amor restaura, derriba barreras, levanta a
las personas. Y quizás no entiendas a alguien pero no importa, ten un círculo
amplio de amor. Recuerda ellos están en un proceso, el lugar en el que están no
es donde van a terminar y Dios está contando con nosotros para marcar la
diferencia, para animarlos, muestra misericordia, se comprensivo, dales el
beneficio de la duda. Si tú tienes este amor incondicional no solo ayudaras a
otros, sino que tu propia vida también mejorará, tendrás más gozo, mejores
relaciones, y yo creo y declaro: ¡vencerás cualquier obstáculo y vivirás la
vida de victoria que Dios tiene para ti!.
Joel
Osteen
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