jueves, 8 de mayo de 2014

HE APRENDIDO QUE NO ESTOY AQUÍ PARA JUZGAR


HE APRENDIDO QUE NO ESTOY AQUÍ PARA JUZGAR, ESTOY AQUÍ PARA AMAR. NUESTRA FUNCIÓN NO ES ENDEREZAR A TODO EL MUNDO, LO ÚNICO QUE DEBEMOS DE HACER ES PLANTAR LA SEMILLA.

Es fácil de amar a las personas que son como nosotros, se ven como nosotros, se visten como nosotros, creen en lo mismo; eso no requiere esfuerzo. Pero ¿qué pasa con las personas que son diferentes? Personas que no entendemos, con las que no estamos de acuerdo, en cuanto a su conducta están tomando malas decisiones, y es fácil juzgar por las apariencias, hacer prejuicios y pensar, no son para mí, son raros, mejor tomo mi distancia. Pero el amor de Dios no es excluyente, es incluyente. No excluye a las personas que son diferentes, no descarta a las personas porque no están tomando las mejores decisiones. No ignora al que no cumple con estas expectativas.

El amor incondicional dice “yo te amo aun cuando no estoy de acuerdo contigo”. Puedo no estar de acuerdo con tu estilo de vida, tu doctrina, como crías a tus hijos, los amigos que tienes, pero yo se esto ¡tú estás hecho a la imagen de Dios y yo no estoy llamado a juzgarte, estoy llamado a amarte!

Debemos entender que cada persona se encuentra en un proceso, el lugar en el que se encuentran el día de hoy no es donde van a terminar, no son un producto terminado, aun se encuentran en la mano del alfarero. Pero muy seguido juzgamos a las persona por donde están ahora, los descartamos y decimos: “no me voy a asociar con ellos, son un desastre, están acabados”. No, Dios te usará para plantar semillas en su corazón. Tu amor, tu amistad, tu apoyo es parte del plan que Dios diseño para su vida.
Dios cuenta con nosotros para hacer la diferencia, no tengas una mentalidad de creerte muy santo, quítate los lentes del juicio, si no fuera por la gracia de Dios tú podrías estar donde ellos están. Las mismas cosas en que somos tentados a juzgar y criticar sino fuera por la bondad de Dios, podríamos también estar batallando con lo mismo. Si hubieras vivido su vida y te hubieras criado con su familia, te hubieras enfrentado a sus batallas entenderías porque están donde están.

Y las áreas en las que tú eres fuerte no son casualidad, es la misericordia de Dios mostrada en tu vida. Cuando tú muestras este amor incondicional las personas quizás no respondan de inmediato, quizás parezca que no hace diferencia, siguen cometiendo errores, pero esta es la clave ¡las semillas que siembran nunca mueren!.

Los investigadores encontraron semillas no hace mucho que tenían más de cuatro mil años, quedaron enterradas en un ataúd. Cuando plantaron esas semillas quedaron asombrados y esas semillas crecieron, seguían vivas miles de años después. De la misma manera, las semillas de esperanza, misericordia, ánimo que tú estás plantando en otras personas nunca mueren. Puede parecer que no se diferencia, pero la razón por las que no crecen es porque la tierra de su corazón esta dura y llena de piedras, y esa semilla no puede echar raíz. La buena noticia es que la semilla sigue viva y en el momento oportuno Dios suavizará ese corazón, aflojará la tierra y la semilla que has plantado tomara raíz y crecerá.

Nada de lo que has hecho fue un desperdicio, cada vez que muestras amor, estas sembrando esas semillas. Y muchas veces pensamos que tenemos que convencer a las personas, decirles lo que están haciendo mal, señalar sus errores, hacer que se sientan culpables ¡no, el Espíritu Santo es el que convence! Tu solo sigue sembrando esa semilla, mostrando amor incondicional y en el tiempo adecuado van a crecer.

Hace poco tuve la oportunidad de orar por uno de los artistas más famosos del momento. Esta persona es conocida en todo el mundo, muy popular pero también algo diferente, algo alocada. Y yo pude haber tenido una mentalidad de creerme muy santo y pensar: “yo no me voy a asociar con ellos, las personas me van a criticar no me van a entender”, esta persona parece representar justo lo contrario de lo que nosotros representamos. Pero Jesús dijo, son los enfermos los que necesitan doctor, no lo sanos. Y yo he aprendido que no estoy aquí para juzgar, estoy aquí para amar.

Nuestra función no es enderezar a todo el mundo, lo único que debemos de hacer es plantar la semilla. La biblia dice “el amor nunca termina” Cuando muestras amor, muestras a Dios. Cuando tienes misericordia, comprensión, aceptación, eso sana, eso restaura, trae vida. Y por mucho tiempo la iglesia en general ha sido conocida por lo que estamos en contra. Estamos en contra de esto, de lo otro y si vives así no eres bienvenido. Hemos sido efectivos en decirle a la gente lo que no nos gusta pero yo no quiero ser conocido por lo que estoy en contra, quiero ser conocido por lo que estoy a favor. Estoy a favor de la gente, a favor de nuevos comienzos, a favor de segundas oportunidades, estoy a favor de que te conviertas en lo que Dios te creo para hacer.

Mira ese joven artista el lugar en donde esta no es el lugar donde va a terminar. Esa semilla puede tomar raíz en una semana, en un año o en treinta años, no depende mi depende de Dios. El diseñó el plan para su vida.

Nuestra parte es seguir mostrando ese amor incondicional. No, te voy a amar si estás de acuerdo conmigo, te acepto siempre y cuando pienses como yo. No, nuestra actitud debe ser, si tienes buena moral o ninguna moral, igual te voy a amar. Si estas limpio y sobrio, o acabado y adicto yo te voy a amar. Si eres homosexual o heterosexual, republicano o demócrata, blanco o negro, musulmán o cristiano, creyente o ateo no importa igual te voy a amar. Jesús dijo “en esto todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan 13:35) Observen que no dijo “es por lo espiritual que sean, por cuantas veces vayan a la iglesia, cuantos versículos se saben, cuantos milagros ocurren”, no, lo sabrán por su amor a otras personas.

¿Cómo sería este mundo si en vez de juzgar a las personas amamos a las personas? Pero es que no se ven igual que yo, no se deben de ver igual, Dios nos hizo diferentes. Quizás no están en su vida donde deberían estar, está bien, se encuentran en un proceso, no son un producto terminado.

Quizás no alaban a Dios como tú lo haces, tienen otra denominación, otra cultura o una fe diferente; está bien no lo descartes nuestro Dios es el Dios de todo el mundo. No es un Dios blanco, un Dios negro, un Dios mexicano, un Dios coreano, es solo un Dios.
Y el Dios de Abraham, Isaac, Jacob ama a los musulmanes tanto como ama a los cristianos, ama a los hindúes, a los ateos, es el Dios de toda la humanidad.

Pero muchas veces tenemos una visión muy estrecha de Dios, tenemos un circulo pequeño con las cosas que creemos y quienes pensamos que tienen la razón y excluimos a todos los demás.

Apuntamos sus errores, lo que están haciendo mal, donde no estamos de acuerdo. Es que no se bautizan como nosotros, no toman la comunión igual; nos enfocamos en lo que nos separa. Pero mientras más vivo, más me doy cuenta en lo grande que es el circulo de Dios, cuan amplia se extiende su misericordia.

Cuando lleguemos al cielo nos vamos a sorprender de quien va a estar ahí. Pero Joel ¿y su falsa doctrina? ¿Y qué pasa con su falsa doctrina? Nadie esta correcto al cien por ciento. La principal razón por la cual se establecieron las denominaciones es para proteger la doctrina que cada una piensa que es correcta.

Victoria creció en una iglesia en la que pensaban que eran los únicos que iban a ir al cielo. Cuando nos casamos yo le pregunte ¿me das permiso de ir al cielo yo también? Gálatas 5 dice “no pienses que tu grupo es el único que está bien”. Escuche a alguien decir, pensar que tu iglesia es la única que está bien es como llenar tu tina con agua y llamarle el océano pacifico. Todos nos equivocamos en algo, lo importante es que estamos de acuerdo en que Jesús es el hijo de Dios, resucito de la muerte y ahora es nuestro salvador.

Mi amor por ustedes es mayor que una diferencia teológica, es más grande que la iglesia en la que perteneces, es más grande que la fe que prácticas, es incluso más grande que una diferencia política o filosófica. Yo no tengo que estar de acuerdo contigo en todo para amarte y si ustedes dibujan un círculo para excluirme yo dibujaré uno más grande para incluirlos. Cuando amas de forma incondicional, tu círculo es amplio, no juzgas a todos para ver si encajan en tus creencias.

Y esa persona que piensas que tiene tanta doctrina falsa, va por muy mal camino es mejor que te empiece a caer bien, probablemente será tu vecino en el cielo. Habrá mucha gente ahí que no esperabas ver, la gracia de Dios es de hoy y para siempre, es más grande, más amplia, se extiende ampliamente.

Pero muchas veces la religión intenta alejar a las personas, Dios siempre acerca a las personas, no se trata de cumplir todas las reglas, si te portaste bien durante toda tu vida, se trata de la condición de tu corazón. Tienes un corazón y quieres complacer a Dios, ¿crees en este salvador resucitado? Es interesante cuando Jesús estaba en la cruz había un criminal también colgado a su lado, lo estaban crucificando, este hombre había cometido mucho mal, había vivido una vida que no estaba orgulloso. Pero antes de morir miro a Jesús y le dijo: “por favor acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” El simplemente reconoció quien era Jesús, el sin duda invoco el nombre del Señor. Jesús le dijo “este día estarás conmigo en el paraíso”.

Ese criminal no hizo una larga oración por sus pecados, nunca lo bautizaron, nunca fue a la iglesia, eso fue solo la gracia de Dios. Las cosas no siempre concuerdan con nuestra teología.

Estaba leyendo acerca de Steve Jobs, el fundador de Apple, una de las mentes más brillantes que ha existido. Él fue adoptado cuando era niño y criado en una iglesia luterana, sus padres lo llevaban cada semana a la iglesia pero a la edad de trece años él comenzó a cuestionar su fe. Eventualmente dejó la iglesia, rechazó el cristianismo y probó varias religiones, y años después a la edad de cincuenta y seis se encontraba en su lecho de muerte con un cáncer de páncreas. Justo cuando iba a tomar su último suspiro con su familia alrededor tomando su último respiro, abrió los ojos, miro hacia arriba y dijo tres veces, oh guau, oh guau, oh guau. Y no es algo que puedo asegurar pero a mí me parece que estaba viendo el cielo, si hubiera visto el infierno no estaría diciendo oh guau, estaría diciendo oh no, oh no. Miró hacia arriba asombrado, anhelando lo que veía y quiero decir la gracia de Dios es amplia.
Porque la queremos hacer tan estrecha y pensar, mi familiar nunca lo va a lograr, Joel mi compañero no tiene oportunidad, deberías escucharlo hablar, no, están en un proceso, Dios te está usando a ti para plantar semillas en su corazón. No necesitan escuchar otro sermón, no le tienes que decir a la gente lo que hacen mal, ya lo saben solo ámalos. Deja que tu vida sea el sermón, en el momento apropiado esas semillas van a brotar y quien sabe algunas personas estarán en su lecho de muerte y Dios se les va a rebelar, sentirán un amor incondicional atrayéndonos hacia él.

Recibí un poema en el correo se llama “mi sorpresa en el cielo” dice algo así “quede conmocionado, asombrado y confundido cuando cruce las puertas del cielo, no fue la belleza, las luces ni el oro en el suelo, fueron las personas que ahí estaban las que me hicieron irritar. Los pecadores, los tramposos, mentirosos y demás. Allí estaba el niño de la primaria que dos veces se robó mi comida, a su lado estaba mi vecino que solo hablaba porquerías. Enrique quien yo pensé que en el infierno se quemaría estaba en una nube pasándola de maravilla. Le pregunte a Jesús ¿qué fue lo que paso? Quisiera saber la razón, ¿cómo es que todos estos llegaron aquí? Debió a ver sido una equivocación, además ¿por qué están tan callados, tan serios? Dímelo sí. Jesús le dijo es porque todos están asombrados nunca pensaron que te verían a ti”

Todos podemos decir donde estaríamos sin la gracia de Dios. Cuando no lo merecíamos, cuando cometíamos errores, Dios nos mostró su amor incondicional, él nos pide que mostremos el mismo amor a otras personas. No mires a las personas con ojos de juicios, míralas con ojos de misericordia. Bueno Joel pero no creo que ella debería vestirse así en la iglesia, no es apropiado, tal vez no, pero prefiero que este aquí que en el club nocturno. Tú no sabes lo que ha vivido, no has caminado en sus zapatos en vez de juzgarla, mejor conócela; antes de descartarla escucha su historia. Normalmente hay una buena razón por la cual las personas son como son, debemos darle espacio mientras están en el proceso de crecer, si somos críticos nos creemos “muy santos”, los despreciamos, eso no los va a ayudar. Es ese amor condicional, si cumples con todos mis requisitos entonces te amo y te acepto, no, Dios nos dio misericordia libremente, démosla también nosotros.

Escuche acerca de una pareja estaban almorzando en un restaurante una mañana, tenían a su hijo de un año sentado con ellos, mientras estaban comiendo el niño comenzó a sonreír bastante, golpeando la mesa muy emocionado. La madre voltio para ver que causaba tanta emoción, y atrás de ella había un adulto mayor sentado en la mesa. Este hombre parecía vagabundo, estaba despeinado no se había rasurado, la ropa muy sucia, olía muy mal. Hablando fuertemente le dijo al niño ¿Cómo estas amiguito? Todo el restaurante voltio para ver que ocurría, la mama se llenó de vergüenza no le agradó mucho. Después se voltio, intentaba entretener al niño para quitarle la atención de este hombre, pero el hombre siguió hablando, jugando con el niño, haciéndolo reír; él bebe estaba completamente entretenido con este hombre, tanto que en vez de sonreír ahora estaba brincando riéndose sin parar.

Los padres estaban muy avergonzados, comieron lo más rápido que pudieron querían terminar; por fin pudieron acabar, estaba lloviendo afuera, el esposo fue a traer el carro. La mujer se levantó de la mesa tomó a su hijo en sus brazos, se dirigió al mostrador para pagar y en su mente pensaba, Dios por favor permíteme salir de aquí sin pasar más vergüenza. Pero en ese momento el hombre vagabundo se paró y se formó detrás de ella, cuando él bebe vio que el hombre se paró, él le extendió sus dos brazos, se alejó de su madre para que el hombre lo cargara. En poco tiempo él bebe se encontraba en brazos de un desconocido, parecía como si fueran viejos amigos. En un momento el niño recostó su cabeza sobre el hombro del vagabundo, el hombre cerro los ojos lo estaba disfrutando, sus manos muy sucias, ásperas, palmeaban la espalda del bebe con ternura. La madre sé quedó viendo muy asombrada, en unos momentos él le regreso al niño y le dijo “cuide mucho a este bebe” ella le respondió con un nudo en la garganta “lo haré” Camino hacia la puerta para salir y lágrimas comenzaron a salir por sus ojos, ella dijo: “Dios por favor perdóname”. Ella había presenciado el amor incondicional mostrado a través de la inocencia de un bebe. Él bebe no veía la suciedad del hombre, la mugre, el cabello despeinado, él bebe veía al hombre con ojos de amor, la madre veía al hombre con ojos de juicio.
Mi oración es, Dios permítenos tener la misma inocencia que un bebe y no juzgar a las personas por tu apariencia, por cómo se visten, por los errores que han cometido, Dios permítenos ver a las personas con ojos de amor.

La biblia dice “para los puros todas las cosas son puras”. Y una forma de saber que tan puro es tu corazón, es que tanto juzgas. Cuando tu corazón es puro, tú no tienes un espíritu crítico, no te crees más santo que los demás, estas lleno de misericordia, das a las personas el beneficio de la duda. Y me he dado cuenta que mucho de lo que juzgamos es por la cultura en la que crecimos. Cuando mi hijo Jonatán tenía unos ocho o diez años, le gustaba traer su cabello muy desarreglado parecía que se acaba de despertar, ese era el estilo. Un vez íbamos a un lugar y le dije Jonatán te tienes que peinar, me miro raro y me dijo, papa lo acabo de hacer. Llegaba de compras con Victoria y decía papá mira estos pantalones nuevos, tenían agujeros en las rodillas, rotos, despintados, deslavados parecían muy viejos, siempre le preguntaba ¿tuviste que pagarlos?

Las culturas cambian, muy seguido juzgamos lo que no podemos entender. Cuando mis padres apenas crecían en 1930, mi padre usaba lo que llamaban un traje sur. Los pantalones llegaban hasta el pecho, el saco muy largo, mi padre usaba su sombrero totalmente de lado, de su bolsa colgaba una cadena larga de oro. Cuando era adolescente caminaba dándole vueltas a la cadena como un pachusco. En su época él era el que estaba alocado, sin embargo Dios lo llamó para ser pastor, es el fundador de nuestra iglesia.

Antes de que juzgues a esa persona que tiene el cabello raro, ropa extraña, muchas joyas, no, tú no sabes como Dios los va a usar. Ellos pueden ser tu futuro pastor, tu siguiente doctor, el próximo presidente.

Juan 7:24 dice “se honesto en el juicio que haces con las personas” no juzgues con rapidez, superficialmente y por apariencia. ¿Cuántas veces vemos a las personas y en un segundo decidimos si nos gustan o no? Mira él tiene un tatuaje se va a ir al infierno, él tiene el cabello largo es un busca pleitos, mira las joyas que trae de seguro está robando, no, dale a todas las personas el espacio para que se conviertan en lo que Dios le creo para ser.

Escuche acerca de un hombre que asistió a una iglesia muy formal y exclusiva. Iba vestido con pantalones de mezclilla, sombrero vaquero y unas botas viejas. Entró un domingo por la mañana y se sentó en la tercera fila. La congregación estaba consternada, muchos le enviaron notas al pastor expresándoles su preocupación, después del servicio el pastor le dijo al hombre que le pregunte a Dios como se debería de vestir antes de regresar a su iglesia. El hombre regreso el siguiente domingo vestido exactamente igual, el pastor lo regañó, le dijo: “te dije que le preguntaras a Dios como vestirte antes de regresar a mi iglesia” El hombre le contesto -si, le pregunte a Dios pero me dijo que no sabía, porque nunca ha estado aquí.

¿Qué quiero decir? Ustedes saben que quiero decir. No juzguemos por las apariencias, me he dado cuenta que si visto un traje o pantalones de mezclilla, no afecta el mensaje, no se afecta por algodón o mezclilla, por la ropa de mi hermano Pablo o por poliéster. Lo que afecta el mensaje es la actitud de nuestro corazón. Si no se ven como tú, visten como tú, son como tú, no pasa nada están en un proceso, no son un producto terminado. Jesús lo puso muy fácil “no juzguen y no serán juzgados” Quizás no entiendas a algunas personas, pero no tienes que entenderlas para amarlas, no tienes que estar de acuerdo con ellas para aceptarlas. Por eso se llama amor incondicional.

Escuche la historia de una mujer y su esposo tenían un perro llamado Lucky y siempre que tenían invitados los fines de semana les advertían a las personas que no dejaran sus maletas abiertas porque a Lucky le gustaba abrirlas tomar cosas y llevarlas al sótano donde estaba su caja de juguetes para jugar con ellos después. Siempre encontraban cosas de sus invitados ahí. Y un día la mujer fue diagnosticada con cáncer, estuvo en el hospital por tres semanas. El esposo llevaba a Lucky a caminar durante la noche pero no era lo mismo Lucky amaba a esa mujer, la seguía en la casa a cualquier lugar que iba. Ella regreso a su casa después de la cirugía pero estaba muy débil no pudo subir y acostarse en su recamara, en vez de eso se acostó en el sillón de la sala. Lucky estaba justo a su lado, era obvio que a él no le gustaba que esa mujer se sintiera mal y la mujer se quedó dormida, se despertó una hora después y le era difícil respirar, tenía calor sentía muchas cosas oprimiéndolas, comenzó a asustarse, pensó ¿Qué me está pasando? Pronto su preocupación se convirtió en alegría. Lucky había bajado al sótano donde estaban todos sus juguetes, los había traído y los puso sobre la mujer, mientras dormía dio una y otra vuelta para intentar que ella se sintiera mejor. Ahora ella estaba literalmente cubierta con su amor.

Este es mi desafío para nosotros el día de hoy, comencemos a cubrir a las personas con amor, es fácil cubrirlas con juicios, con condenación, con culpas, pero mejor comencemos a cubrirlas con amor. El amor restaura, derriba barreras, levanta a las personas. Y quizás no entiendas a alguien pero no importa, ten un círculo amplio de amor. Recuerda ellos están en un proceso, el lugar en el que están no es donde van a terminar y Dios está contando con nosotros para marcar la diferencia, para animarlos, muestra misericordia, se comprensivo, dales el beneficio de la duda. Si tú tienes este amor incondicional no solo ayudaras a otros, sino que tu propia vida también mejorará, tendrás más gozo, mejores relaciones, y yo creo y declaro: ¡vencerás cualquier obstáculo y vivirás la vida de victoria que Dios tiene para ti!.

Joel Osteen

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