Se me mostró un oasis en medio del desierto. A él
llegaban una serie de beduinos. Unos sacaban un pequeño recipiente, bebían
hasta saciarse y se volvían a su campamento. Otros llegaban con cántaros.
Bebían, los llenaban y regresaban a sus campamentos con los cántaros llenos. Y
escuché estas palabras:
- Cuando te acerques a Dios en la meditación, has
de ser hombre cántaro. No sólo has de llenarte tú, sino que has de llevar el
agua de la espiritualidad a los demás.
Enviat per Joan Josep Tamburini
No hay comentarios:
Publicar un comentario