martes, 8 de febrero de 2011

LA PROTESTA DE LOS 143 TEÓLOGOS


Andrea Tornielli


Basta mirar a lo que ha sucedido en la Iglesia anglicana para darse cuenta de que la respuesta a la secularización no puede ser otra secularización, como demuestra la constante hemorragia de fieles no obstante el viraje más liberal.

No sucedía desde los tiempos de la declaración de Colonia, esto es, desde hace más de veinte años, que un grupo tan numeroso de teólogos se ponían de acuerdo para producir un documento contra el centralismo romano pidiendo reformas para la Iglesia.

Ciento cuarenta y tres profesores de las facultades de teología alemanas, suizas y austriacas han dado a conocer en días pasados un texto titulado Iglesia 2011 un viraje necesario”. ¿Qué es lo que piden? Obviamente reformas profundas”, como por ejemplo la abolición del celibato obligatorio para los sacerdotes de rito latino y, por tanto, la apertura a la ordenación de hombres casados, la adopción de estructuras más sinodales a todos los niveles de la Iglesia”, la implicación de los fieles en el proceso de selección de párrocos y obispos, la apertura a las mujeres en el ministerio de la Iglesia, el reconocimiento de los matrimonios gay y de los divorciados que se han casado nuevamente.

Los firmantes sostienen que sólo abriéndose a estas reformas, por ser precisamente un viraje necesario, la Iglesia podrá retomar vigor y volver a hablar a los hombres y a las mujeres del siglo veintiuno. El elenco no es en absoluto sorprendente. Aquellas propuestas que los teólogos firmantes sostienen ser virajes necesarios, son de hecho propuestas archiconocidas y debatidas desde hace decenios.

Algunas de éstas aparecen como muy auto-referenciales y clericales. Es verdad, por ejemplo, que la merma de vocaciones comienza a ser un problema también en Occidente, y es cierto que precisamente en Alemania y en Austria existen muchos casos de presbíteros que conviven con mujeres y no lo esconden, pero, ¿de veras la abolición de la norma del celibato es la respuesta a esta situación? Más, ¿de verdad la respuesta a la crisis de fe es la apertura a la ordenación ministerial de las mujeres en la Iglesia? ¿Pensamos de verdad que un cambio en la doctrina sobre la homosexualidad podría llenar nuevamente las iglesias semivacías?

Basta mirar a lo que ha sucedido en la Iglesia anglicana para darse cuenta de que la respuesta a la secularización no puede ser otra secularización, como demuestra la constante hemorragia de fieles no obstante el viraje más liberal (desde el sacerdocio hasta el episcopado femenino y la apertura a sacerdotes gay convivientes). Lo que llama la atención en la iniciativa de los 143 teólogos es el hecho de que cíclicamente se reabren cuestiones sin tomar en consideración el hecho de que sobre estas cuestiones el magisterio ha reflexionado e intervenido muchas veces.

Sin embargo, no obstante los pronunciamientos, encíclicas, cartas pastorales, intervenciones papales, es como si siempre se partiese de cero. De los temas propuestos en el documento solamente hay uno que hace relación a qué hacer con la experiencia de un número desgraciadamente siempre mayor de personas , y es el referido a la actitud en los conflictos de los divorciados nuevamente casados y el problema del acceso al sacramento de la eucaristía.

Benedicto XVI, en la homilía pronunciada el sábado para la ordenación de cinco nuevos obispos, ha dicho: “El pastor no debe ser una caña de laguna que se doblega según el soplo del viento, un esclavo del espíritu del tiempo. El ser valiente, el coraje de oponerse a las corrientes del momento pertenecen de un modo esencial a la tarea del pastor. No debe ser una caña de laguna, sino - según la imagen del salmo primero - debe ser como un árbol que tiene raíces profundas en las cuales está firme y bien fundado. Esto no tiene nada que ver con la rigidez o la inflexibilidad. Sólo donde hay estabilidad hay también crecimiento”.

Ciertamente, el Papa hablaba de los obispos, no de los teólogos. Pero estas palabras ofrecen un principio de reflexión para todos. ¿Estamos ciertamente seguros de que el viraje necesario para revigorizar la fe en la sociedad secularizada y descristianizada tiene algo que ver con los ministerios eclesiales, disciplina del celibato, etc.?

El 11 de mayo, en Lisboa, el Papa dijo: Se ha puesto una confianza quizás excesiva en las estructuras y en los programas pastorales, en la distribución de poderes y funciones; pero, ¿qué sucederá si la sal se vuelve sosa?”.

Dos días después, en Fátima, añadió: Cuando, según el sentir de muchos, la fe católica no es ya patrimonio común de la sociedad y, frecuentemente, se ve como una semilla asediada y ofuscada por la divinidad y los señores de este mundo, muy difícilmente ésta podrá tocar los corazones mediante simples discursos o reclamos morales, y menos todavía a través de genéricos reclamos a los valores cristianos Lo que fascina es sobre todo el encuentro con personas creyentes que, mediante su fe, atraen hacia la gracia de Cristo, dando testimonio de Él”.

Traducción realizada por José Martín.
www.labussolaquotidiana.it

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