¡Oh Virgen de Inmaculada, madre del verdadero Dios y madre de la Iglesia!
Concede a
nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del hijo de Dios.
Virgen santa María, madre del amor hermoso, protege a nuestras familias, para que estén muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
P. Eduardo Sayán
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