Sus sacerdotes no aceptaron las condiciones impuestas por el cardenal Cupich
Los responsables
de la Capilla de Cristo Rey en Chicago, a cargo del Instituto de Cristo Rey
Sumo Sacerdote, confirmaron el domingo que las misas y confesiones públicas de
sus sacerdotes han sido canceladas. Un cartel oficial del Instituto fue
colocado en diferentes lugares, diciendo: «A partir del 1 de agosto, se
suspende la celebración de misas públicas. Se suspenden los horarios de
confesión. La capilla permanece abierta para la oración».
(LSN/InfoCatólica) Se confirma así la primicia
informativa que dio LifeSite del pasado 18 de julio. En la misma se daban los
antecedentes de esta suspensión, basados en el conocimiento interno de Keith Armato, un prominente laico católico de
Chicago involucrado con el Instituto.
Armato, que había podido leer la carta
del cardenal Cupich en la que se anunciaba la suspensión de los sacerdotes del
Instituto a partir del 1 de agosto, explicó entonces a LifeSite que el motivo
de esta suspensión es que el Instituto no podía, en conciencia, firmar el
documento que les había presentado Cupich.
En ese documento, que contiene
varios puntos, se pedía a los sacerdotes del Instituto que firmaran que la Misa
del Novus Ordo es la única expresión verdadera
del rito romano, rechazando así el rito romano tradicional. Entre otras cosas,
también se pidió a los sacerdotes que aceptaran que tendrían que pedir permiso
al arzobispo para celebrar la misa tradicional en latín, y que este permiso
estaría limitado a dos años y podría ser revocado en cualquier momento. Armato había dicho a LifeSite que el Instituto no
podía firmar este documento porque va «contra su
carisma».
La capilla está dedicada al
rito romano tradicional y ha atendido a unos 400-500 fieles cada domingo que
ahora se verán privados de la misa y los sacramentos tradicionales. El
Instituto está situado en el South Side de Chicago, por lo que atiende a una
comunidad diversa con diferentes grupos y algunos de ellos bastante pobres.
Ahora se verán privados de gran parte de la atención pastoral de sus
sacerdotes.
Según ha podido saber
LifeSite, aparte de los carteles colocados en diferentes lugares del Instituto,
los propios sacerdotes no hablaron del asunto este domingo en la misa. Se
limitaron a pedir oraciones. Muchos observadores no entienden su silencio,
también a la luz del hecho de que muchos feligreses les han hecho grandes
donaciones para la restauración de su iglesia en Chicago, que se incendió hace
unos años y necesita ser restaurada.
Después de la Misa, el
Instituto realizó ayer una procesión eucarística. Se vio a los asistentes
llorar.
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