Cuando iba en la primaria recuerdo
que teníamos que ponernos short abajo de la falda porque
corríamos el riesgo de que los niños se pusieran abajo de las escaleras para ver
nuestra ropa interior o te la podían
levantar. No iba todavía ni en segundo (6 años) y ya comprendía esta “ley”.
Cuando
iba en secundaria tenía que ponerme un pantalón
extra abajo del pans los días de deporte porque era bien sabido que los
niños te lo podían bajar (entre 12 y 14 años)
En
preparatoria ya comenzaba a asistir sin mis hermanos a la escuela, la distancia
ahora era más larga y fue la primera vez que camino a ella vi como un hombre se masturbaba en el camión
observándome fijamente, desde ahí comprendí que no “tenía”
que irme hasta la parte de atrás de los camiones o que si veía un
asiento desocupado al lado de una mujer era preferible ponerme al lado de ella.
(15 años)
Ahora
en la universidad tengo que cargar con un gas
pimienta, porque pues vamos, no hace falta aclarar nada más, a estas
alturas ya comprendí que corro peligro desde la
puta primaria, a estas alturas ya comprendí que puedo
no regresar a casa, a estas alturas ya comprendí que no tienen respeto por mí,
ya entendí que mi vida, mi dignidad, mi integridad y mi cuerpo es tan frágil
que he estado inconsciente o conscientemente creando técnicas de seguridad
desde los 6 años de edad.
Y no quieren que estemos hartas y no quieren que estemos asqueadas y no quieren ver la realidad a la que nos exponemos todos los días. No tengo que ser tu hermana, tu madre o tu novia para que me respetes, pero esto no importa porque sé que el día de hoy volveré a salir con miedo y lo peor, lo que más me da rabia es pensar que mi hermana, mi madre y mis amigas siguieron estas o sus propias técnicas de resguardo.
Yo no quiero este mundo para nosotras.
Texto copiado y
pegado... pero, todas lo leímos con nuestra propia voz de la
experiencia, ¿cierto?
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