El Pontífice
recuerda un episodio muy humano en la Pasión de Cristo.
El papa Francisco ha
reflexionado sobre la oración cristiana del Padre nuestro en una
transmisión televisiva homónima del canal católico, TV2000, y ahora sus
palabras se convierten en un libro publicado por la editorial italiana Rizzoli.
En efecto, el periódico Il Corriere della Sera en
su edición de este jueves 23 de noviembre ha publicado una anticipación.
El Papa compartió su
contemplación sobre el verdadero
sentimiento de la vergüenza. Lo hizo poniendo su atención en los
destinos de tres personajes bíblicos de la Pasión de Cristo: Pedro, el apóstol que niega tres veces a Jesús y
llora su vergüenza “amargamente”; el buen
ladrón que se “avergüenza de estar crucificado al
lado de un inocente” y el apóstol que entregó a Jesús.
La tercera vergüenza, “la que me conmueve
más, es la vergüenza de Judas”, aseguró al referirse al discípulo que vendió a su maestro a los
poderosos de la época por treinta monedas de plata y considerado el más
controvertido de los doce.
“Judas es un
personaje difícil de entender, ha habido tantas interpretaciones de su
personalidad. Al final, sin embargo, cuando veo lo que ha hecho. Él se dirige a
los ‘justos’, a los sacerdotes: ‘He pecado: he entregado a la muerte a un
inocente’. Ellos le contestaron: ‘¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto
tuyo’ (Mateo 27:
3-10). Entonces él se va con la culpa que lo
asfixia”.
El Pontífice sumerge al lector
en un destino distinto para Judas: “Quizás si él hubiera encontrado a la Virgen, las cosas hubieran sido
otras, pero el pobre se va, no encuentra manera de salir y fue a ahorcarse”.
“Pero, hay una
cosa que me hace pensar que la historia de Judas no termina ahí… Tal vez
alguien piense, ‘este Papa es un hereje’ ¡Pero no! Vayan a ver un capitel
medieval en la basílica de Santa María Magdalena en Vézelay, Borgoña”, expresó.
El Sucesor de Pedro recuerda
que los hombres de la Edad Media enseñaban el Evangelio a través de esculturas
y pinturas. “En ese capitel, por un lado está ahorcado Judas, pero
por el otro está el Buen Pastor que lo carga sobre sus hombros y se lo lleva
consigo”.
Reveló que tiene esa
fotografía del capitel, concebido en dos partes, detrás de su escritorio porque
le ayuda a “meditar”. “En los labios del Buen Pastor hay una sonrisa que no
digo sea irónica, sino un poco de complicidad”, describió.
“Hay tantas maneras de avergonzarse; la
desesperación es una, pero debemos tratar de ayudar a las personas desesperadas
a encontrar el verdadero camino de la vergüenza, y que no recorran la vía
que acabó con Judas”.
“Estos tres
personajes de la pasión de Jesús me ayudan mucho. La vergüenza es una gracia”, dijo el Papa.
Por último, alertó sobre las seducciones del mal al mencionar
en la oración del Padre Nuestro la parte: ‘No
nos dejes caer en tentación’.
Y afirmó que el mal es una
persona, Satanás, que es también
“muy astuto”. “El Señor nos dice que cuando es
expulsado, se va, pero después de un tiempo, cuando uno está distraído, tal vez
después de unos años, regresa peor que antes”.
“Él no invade la casa. No, Satanás es muy cortés,
golpea a la puerta, toca, entra con sus típicas seducciones y con sus
compañeros”.
De ahí, indicó que los
cristianos en la oración al Padrenuestro piden de no caer en lo malo. E invita
a buscar la sabiduría divina para tener el buen sentido y discernir para no
caer en las mentiras de Satanás. “Estoy convencido
que con él no se puede dialogar”.
Aseguró que Jesús jamás
permitió un diálogo con Satanás, ni siquiera en el desierto y por el contrario
toma distancia. Satanás “es más inteligente que
nosotros, y él te da la vuelta, te hace dar vueltas en la cabeza, y finalmente
estás perdido”. Así, indicó que con el mal no se hacen pactos.
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