Historia del
Rosario
Pío XI (1937) dice que "el Rosario ocupa el primer puesto entre las devociones en honor de la Virgen y que sirve para progresar en la fe, la esperanza y la caridad".
El "Dios te salve María" ya se encontraba
en el Misal Romano desde el año 650, como oración o antífona en la Misa del
Cuarto Domingo de Adviento.
Desde el
año 1100 al 1200 ya el rezo del "Dios te salve
María" es muy frecuente en varios países y muchas personas que no
pueden rezar los 150 salmos (o sea, el Salterio) tratan de reemplazarlos
diciendo 150 veces esta oración mariana.
Ya en el
año 1483 se ha extendido por muchos países la costumbre de añadir el "Santa María Madre de Dios", al "Dios te Salve María". Pero todavía no
era costumbre general en ese tiempo rezar el Avemaría completa.
En el año
1569 el Papa Pío V prescribe y recomienda a todo el mundo el Rosario tal cual
como se reza hoy: con sus Padrenuestros, Avemarías y Gloria.
Aunque
Santo Domingo no es el inventor del Rosario, y aunque en tiempo de este santo
todavía no se rezaba el Rosario completo como se reza ahora, lo cierto es que
él y sus misioneros recomendaron mucho a las personas el repetirle
frecuentemente a la Sma. Virgen el "Dios te
salve María", y el pensar en los Misterios de la Vida, Pasión y
Resurrección de Nuestro Señor.
En el año
1569, el Papa Pío V con una carta o Encíclica dirigida a todos los cristianos
del mundo recomienda rezar el Rosario de la manera como se reza ahora. Con esto
quedaba consagrada esta devoción como algo muy propio de los buenos católicos.
Desde que
el Papa Pío V recomienda a todo el mundo el rezo del Santo Rosario, recordando
que con esta oración se han obtenido grandes triunfos en la guerra contra los
infieles, y que esta devoción ha demostrado tener gran eficacia para detener
las herejías y conseguir conversiones, y que toda persona fervorosa lo debe
rezar frecuentemente, la costumbre de rezar el Rosario se vuelve popularísima
en todas las naciones y su popularidad va aumentando año por año. Diez
Pontífices lo siguen recomendando, y muchísimos santos lo difunden por todas
partes.
Desde
1878 hasta 1903 el Papa León Trece, gran sabio, se dedica a propagar más y más
la devoción al Santo Rosario. Este Pontífice llamado "El
Papa del Rosario" dedica 12 Encíclicas y 22 documentos menores a
recomendar a los fieles el devoto rezo del Rosario. Y lo lama: "La más agradable de las oraciones",
"Resumen del culto que se le debe tributar a la Virgen", "Una
manera fácil de hacer recordare a las almas sencillas los Dogmas principales de
la fe cristiana", "Un modo eficaz de curar el demasiado apego a lo
terrenal, y "Un remedio para acostumbrarse a pensar en lo eterno que nos
espera".
Pío XI
(1937) dice que "el Rosario ocupa el primer
puesto entre las devociones en honor de la Virgen y que sirve para progresar en
la fe, la esperanza y la caridad".
En 1978
el Papa Juan Pablo II sorprendió al mundo, poco después de ser elegido
Pontífice, con esta frase en la Plaza de San Pedro: "Mi
oración preferida es el Rosario" (29 de octubre) y luego en
muchísimas ocasiones fue recomendando esta hermosa práctica de piedad. Suyas
son las siguientes exclamaciones: "El Rosario
es una escalera para subir al cielo"(29 de octubre 1979) "El Rosario
nos proporciona dos alas para elevarnos en la vida espiritual: la oración
mental y la oración vocal" (29 de abril 1979). "Es la oración más
sencilla a la Virgen, pero la más llena de contenidos bíblicos"(21 de
octubre 1979). Cuando fue en peregrinación al santuario de Nuestra
Señora del Rosario de Pompeya, Juan Pablo II hizo allá un bellísimo sermón
acerca del Rosario. En el dijo: "El Rosario es
nuestra oración predilecta. Cuando la rezamos, está la Sma. Virgen rezando con
nosotros. En el rosario hacemos lo que hacía María, meditamos en nuestro
corazón los misterios de Cristo" (Lc. 2, 19).
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