Jorge Alberto escribió este
comentario a mi post acerca de los teólogos amateurs: ¡Ay, qué paciencia hay que tener con el Fortea
espontáneo!
No, querido Jorge, no. Mis libros
te pueden gustar o no, tienes todo el derecho a ello. Pero lo que he dicho, en
lo que es el campo de mi especialidad, no es espontáneo. Me dedico a mis libros
sobre los ángeles, demonios, posesión, exorcismo, el infierno como trabajo.
Algunos se han dedicado a los enfermos, otros a los pobres. Yo he actuado en
conciencia respecto a lo que sentía que debía hacer con mi vida. De ahí que, al
respecto, no albergue remordimiento alguno.
Podría haber escrito un gran
tratado monumental con todas las referencias posibles de los santos padres, de
los grandes teólogos, acerca de este tema. Pero si he escrito Historia del mundo angélico o Las corrientes
que riegan los cielos ha sido
precisamente porque en mi trabajo he querido superar lo que hubiera sido una
mera labor de recopilación. No se trataba de recopilar, sino de reflexionar e
ir más allá.
Así que Jorge, a estas alturas de
mi vida, te puedo asegurar que mi teología puede ser cualquier cosa, pero no
espontánea.
Te quejabas de que afirmara que
hay teólogos amateurs. Mira, yo puedo estar de acuerdo con unos autores o no
estarlo. Pero he admirado mucho a grandes pensadores con los que no he estado
de acuerdo. Y es que se nota a la legua, en cuanto uno lee un libro o un
artículo o escucha una conferencia, quién se dedica a esto de modo profesional
y quién lo hace fruto de una impulsion
transitoire.
Después añadías: Con Balthasar evoluciona la teología porque la corrompe
siendo hereje. Más confuso no puede ser. Los libracos de los herejes son legión.
Me imagino que desconocer que san
Juan Pablo II lo elevó a la dignidad cardenalicia, siendo presbítero. Según se
dijo poco después de su muerte, el teólogo había declinado tan gran honor (el
más alto), no considerándose digno, y fue el Papa polaco el que le tuvo que
insistir, diciéndole que lo quería a él en el Sacro Colegio.
Por si fuera poco, los elogios
del siguiente Papa, fueron todavía más abiertos. Como se puede comprobar, como
botón de muestra en este link:
Pero quiero acabar con un apunte
extremadamente positivo. Ayer un comentarista, Alfonso, puso un comentario tan
precioso que no me resisto a copiarlo:
A veces es muy
ilustrador la forma de denominar que usan otras culturas, muy lejanas y
distintas a la nuestra.
Por ejemplo, siguiendo con el tema del post de hoy, sacerdote católico en chino es:
天主教牧师
(Tiānzhǔjiào mùshi)
‘Maestro-que-apacienta-en-la-doctrina-del-Señor-del-Cielo’
Por ejemplo, siguiendo con el tema del post de hoy, sacerdote católico en chino es:
天主教牧师
(Tiānzhǔjiào mùshi)
‘Maestro-que-apacienta-en-la-doctrina-del-Señor-del-Cielo’
Alfonso, sencillamente: ¡bravo!
P. FORTEA
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