“El diablo nunca ha estado tan fuerte como ahora”, dice el
sacerdote exorcista Antonio María Artola en esta insólita entrevista.
El
sacerdote pasionista Antonio María Artola es una autoridad eclesiástica. Es
doctor en teología y exorcista. Participó en la traducción de las Cartas de San
Pablo para la versión española de la Biblia de Jerusalén. Tiene 85 años, nació
en el País Vasco y hace 14 años que se encuentra en el Perú.
—¿Hablar de exorcismo en el siglo XXI
es oportuno?
—Es más actual que nunca, porque el diablo de una manera asolapada se está infiltrando increíblemente en todo: está todo corrompido comenzando por las grandes finanzas y políticos. Incluso se habló que la Iglesia daba la impresión de estar en bancarrota. El ingreso del nuevo Papa, Francisco, dijo que había que reconstruir la Iglesia como San Francisco. La presencia del mal nunca ha estado tan fuerte como ahora. Ese mal no se ve. Antiguamente había determinados fenómenos que lo diabólico se hacía presente.
—Es más actual que nunca, porque el diablo de una manera asolapada se está infiltrando increíblemente en todo: está todo corrompido comenzando por las grandes finanzas y políticos. Incluso se habló que la Iglesia daba la impresión de estar en bancarrota. El ingreso del nuevo Papa, Francisco, dijo que había que reconstruir la Iglesia como San Francisco. La presencia del mal nunca ha estado tan fuerte como ahora. Ese mal no se ve. Antiguamente había determinados fenómenos que lo diabólico se hacía presente.
Pero
también los que conocen la materia hablan que las manifestaciones diabólicas
son abundantes. Por eso hace algunos años la Santa Sede ordenó que las diócesis
tuviesen su exorcista. No se hace patente, pero el mal está, el diablo está
actuando de manera intensa y extensa, debido a ello el exorcismo es más
necesario que nunca. Yo, todas las mañanas, hago exorcismo del Papa León XIII.
Hay que estar enterado de los fenómenos, en ese sentido en las obras del Padre
Gabriel Amorth–el exorcista católico más reconocido en el mundo- se hablan muy
claro de la presencia del diablo. Amorth dijo que “el
mayor triunfo de Satanás es hacer creer que no existe”. Es de
actualidad.
—Los jóvenes no creen en el diablo…
—Muchos jóvenes no van a la Iglesia, es la época de un relativismo, de una insuficiencia total, del materialismo, que creen que no hace falta Dios, ni vida espiritual. Pero eso será pasajero.
—Muchos jóvenes no van a la Iglesia, es la época de un relativismo, de una insuficiencia total, del materialismo, que creen que no hace falta Dios, ni vida espiritual. Pero eso será pasajero.
—¿Hay que tener una preparación
especial para ser exorcista?
—Primero, hay que creer en el diablo, hay que tomarlo en serio. Que se sepa que el sacerdote tiene poderes y que Cristo es más fuerte que el diablo. Hay que creer en el propio carisma y en la fuerza que le ha dado la Iglesia. Existen el diablo y los fenómenos diabólicos. San José de la Cruz estuvo exorcizando a una monja por más de un año. No es cosa sencilla.
—Primero, hay que creer en el diablo, hay que tomarlo en serio. Que se sepa que el sacerdote tiene poderes y que Cristo es más fuerte que el diablo. Hay que creer en el propio carisma y en la fuerza que le ha dado la Iglesia. Existen el diablo y los fenómenos diabólicos. San José de la Cruz estuvo exorcizando a una monja por más de un año. No es cosa sencilla.
—¿Hay manera de diferenciar a una
persona mala a una poseída por el diablo?
—Las personas malas son así, por desesperación, maltrato, angustia o han llevado una vida en un ambiente malo. La posesión no es cosa de vida mala. Dios manifiesta su obra, poder y salvación, pero esas personas escogen un mal camino. Las expresiones diabólicas del mal son el pecado, el odio.
—Las personas malas son así, por desesperación, maltrato, angustia o han llevado una vida en un ambiente malo. La posesión no es cosa de vida mala. Dios manifiesta su obra, poder y salvación, pero esas personas escogen un mal camino. Las expresiones diabólicas del mal son el pecado, el odio.
—¿Cómo darse cuenta que una persona ha
sido poseída por el diablo?
—Por sus expresiones. Uno puede introducir, sin que se dé cuenta, una medallita religiosa o echar gotas de agua bendita a su vestimenta. El demonio siente que eso le quema y empieza a manifestar su disgusto.
—Por sus expresiones. Uno puede introducir, sin que se dé cuenta, una medallita religiosa o echar gotas de agua bendita a su vestimenta. El demonio siente que eso le quema y empieza a manifestar su disgusto.
La poseída hacía contorsiones muy
violentas.
—Padre Artola, ¿qué siente usted
después de hacer exorcismo?
—Los exorcismos que he hecho son muy sencillos. Me sucedió en Granada, me encontraba predicando. Vino un señor y me dijo que tenía a su mujer endemoniada.
—Los exorcismos que he hecho son muy sencillos. Me sucedió en Granada, me encontraba predicando. Vino un señor y me dijo que tenía a su mujer endemoniada.
La
trajeron. Empecé con el ritual y apenas comencé ella dio un grito, tan fuerte
que casi se me cae el libro del ritual. Lo hice y el diablo no salió. Fue
largo, recomencé e invoqué a la Virgen María y recé una Salve. Ella cambió la
voz, tenía una actitud muy tierna y comprendí que el diablo la había
abandonado.
En otro
caso fui donde una niña cuyos padres la habían entregado al diablo en una misa
negra. Abrí la puerta y la chica con voz aguda dice: “ese
vestido no me gusta”. Me puse la estola y empecé el rito. Ella hacía
contorsiones muy violentas y empezó a decir blasfemias sobre la Virgen. En la
boca le puse una estatuilla de la Virgen de Fátima. Finalmente dio un vuelco
completo y ya hablaba dulcemente.
Ricardo Sánchez
Serra
Colaborador
Colaborador
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