En la Hostia se
encontró tejido de corazón humano y encontraron marcas de sufrimiento.
Por: Philip Kosloski | Fuente: PhilipKosloski.com // PildorasdeFe.net
Por: Philip Kosloski | Fuente: PhilipKosloski.com // PildorasdeFe.net
El 17 de Abril de 2017, el Obispo Zbigniew
Kiernikowski de Legnica, Polonia anunció la aprobación de un milagro
Eucarístico en su Diócesis.
El milagro sucedió hace algunos años, en la misa
de Navidad de 2013, cuando una hostia consagrada cayó al suelo (durante la
Comunión ) y fue levantada y puesta en un recipiente con agua. Poco tiempo
después, aparecieron manchas rojas en la hostia.
El milagro fue puesto a prueba y el Departamento de Medicina Forense
encontró lo siguiente:
"En la imagen
histopatológica, se encontraron los fragmentos que contienen las partes
fragmentadas del músculo estriado transversal que se asemeja al músculo del
corazón".
Las pruebas también determinaron que el tejido era de origen humano y encontraron marcas de sufrimiento.
Lo que es más interesante aún es saber cómo se
diferencia este milagro Eucarístico de otros, como por ejemplo el milagro en
Lanciano.
A menudo, en el altar la Eucaristía es transformada en sangre después de las palabras
de consagración como respuesta a la falta de fe del sacerdote.
En esta ocasión, el milagro ocurrió luego de que
la Sagrada Hostia cayera durante la Santa Comunión.
El milagro mismo pudo haber ocurrido en la
sacristía cuando pusieron la hostia en agua (así es el procedimiento adecuado),
pero aparentemente una causa del milagro fue la falta de preocupación o atención por el Santísimo Sacramento.
Ahora, los accidentes ocurren y no estoy
tratando de señalar a nadie, mucho menos al sacerdote que dejó caer la
hostia. Sin embargo, esto trae a colación un tema interesante: el uso de patenas.
En la Iglesia Católica, la patena es usualmente
un disco dorado utilizado por el monaguillo y que se debe sostener debajo de la
boca o manos de la persona que está recibiendo la Comunión. Sirve para atrapar
cualquier hostia o partículas de la hostia que, de lo contrario, caerían al
suelo.
La práctica ha sido abandonada por la mayoría de
las iglesias durante las últimas décadas, pero el documento Redemptionis
Sacramentum establece que:
“La bandeja para la
Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la
hostia sagrada o algún fragmento” (Arto. 93).
Esta Instrucción fue preparada por mandato del Sumo Pontífice Juan Pablo II
por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en
colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe y el mismo Pontífice
la aprobó el día 19 del mes de marzo, solemnidad de San José, del año 2004.
Incluso la Instrucción General del Misal Romano
hace referencia a “la bandeja para la Comunión para la Comunión de los fieles”
como parte de los artículos necesarios
para la Misa.
Este milagro debería hacernos reconsiderar cómo
nos acercamos a la Sagrada Eucaristía. ¿Creemos realmente que Jesús está
presente en el pan y en el vino durante la Misa? ¿Tratamos las hostias con todo
el respeto que merecen, siendo extremadamente cautelosos durante la
distribución del Preciosísimo Cuerpo de nuestro Señor?
No
deberíamos abandonar el uso de las patenas en
las Misas por considerarlo una práctica "anticuada"
¡La razón por la que utilizamos patenas en la Misa es por nuestro amor a
Dios!
¿Por qué sostenemos a nuestros hijos con extremo
cuidado, asegurándonos de no dejarlo caer? ¿Por qué no tener ese mismo cuidado
con la Hostia Eucarística durante la Misa que es Cristo nuestro Señor? ¡Lo que sostenemos en nuestras manos no es
sólo pan!
Tal vez este milagro vino en el momento preciso a nosotros, cuando muchos Católicos no
creen en la Presencia Real de Cristo y durante una era en la Iglesia donde no
se le guarda el debido cuidado a la Eucaristía.
El tejido de corazón encontrado “mostraba señales
de sufrimiento” y tal vez es así para mostrarnos el sufrimiento
de Cristo cuando no cuidamos de Él.
¡Tomemos esto como una lección y reavivemos
nuestro amor por Jesús en el Sacratísimo Sacramento!
¡Oh Santísimo Sacramento!
¡Oh Sacramento Divino!
Infinitamente seas alabado
y te damos infinitas gracias en todo momento.
Artículo publicado
originalmente en: PhilipKosloski.com
Adaptado y traducido para PildorasdeFe.net por María Vanegas
Adaptado y traducido para PildorasdeFe.net por María Vanegas
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