Fruto de la confianza, la fidelidad es parte del compromiso, que cuando se hace por amor, nunca cuesta trabajo.
La mutua
e incondicional aceptación. Esta es la explicitación del amor, en lo que tiene
de aceptación mutua e incondicional. Es la radicalización del amor, en lo que
supone de conocimientos y aceptación total del otro. Un reconocimiento que no
se limita y ni se detiene en las cualidades positivas, sino que integra también
las limitaciones y defectos y manifestaciones a lo largo de la existencia.
Una
aceptación que no se pospone a la comprobación de la evolución del amor, sino
que se compromete desde hoy y para siempre la fidelidad – en la esperanza.
Esta, a su vez, es la forma en que se concretiza la incondicional aceptación
del otro. Es la presencia perenne de la aceptación. A través de la fidelidad el
amor es capaz de superar las velocidades del sentimiento. En ella, el amor se
hace duradero. Por tanto, la fidelidad implica, fundamentalmente la
radicalización existencial del amor; porque el amor se especifica y concretiza
en una decisión fundamental de los esposos, quienes, por encima de las
situaciones conflictivas y de los cambios que pueden sobrevenir, se comprometen
a mantenerse unidos en el amor.
Pero la
fidelidad, además, supone la promesa y esta no es sino un acto de libertad
suprema que al mismo tiempo compromete. Quien no se compromete, no es libre.
Por ello, el hombre que se decide y esfuerza a ser fiel, aparece como el ser
libre que supera el momento exterior y que supera a sí mismo Es la promesa
donde el hombre trasciende su momento presente, y acepta el riesgo de
comprometerse con un futuro, al que quiere fecundar en la fidelidad del
presente, pero al que no puede arrancar su imprevisibilidad. La fidelidad
supone también la esperanza y la confianza en que el otro responderá, a la
propia fidelidad con su fidelidad.
Esta
esperanza hace que la promesa de fidelidad, lejos de convertir el amor
estático, lo vivifique, lo llene de dinamismo y apertura. Así, el amor
matrimonial será cada día una aventura y una tarea desde la que se llama al
hombre y a la mujer a descubrir su propio misterio y a hacer experiencia su
propia trascendencia.
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