VATICANO, 06 Nov. 16 / 07:25 am (ACI).- En su mensaje previo al rezo
del Ángelus, el Papa Francisco destacó que “si no
hubiera referencia al Paraíso y a la vida
eterna, el cristianismo se limitaría a ser una ética, una filosofía de vida”. Por
el contrario, “el mensaje de la fe cristiana
proviene del cielo,
ha sido revelado por Dios y va más allá de este mundo”.
Bajo una intensa lluvia, una multitud de peregrinos se congregaron en la
Plaza de San Pedro en el Vaticano, para escuchar las palabras del Santo Padre.
El Papa recordó cómo Jesús contestó a los saduceos, que no creían en la
resurrección, que trataban de ponerle en apuros y ridiculizar le resurrección: “Presentan un caso paradójico y absurdo: una mujer que ha
tenido siete maridos, todos ellos hermanos, y que uno tras otro fueron
muriendo. Y entonces plantearon la pregunta maliciosa a Jesús: en la
resurrección, ¿de quién será esposa esa mujer?”.
Sin embargo, “Jesús no cae en la trampa y
reafirma la verdad de la resurrección, explicando que la existencia después de
la muerte será muy diferente a la existencia en la tierra. Deja claro a sus
interlocutores que no es posible aplicar las categorías de este mundo a la
realidad del más allá, una realidad más grande que lo que vemos en esta vida”.
La respuesta de Jesús es muy clara: “los
hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de
tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos
tomarán mujer ni ellas marido”.
Con estas palabras, dijo el Papa, “Jesús
quiere explicar que en este mundo vivimos una realidad provisional, que tiene
un fin. Sin embargo, en el más allá, después de la resurrección, no vamos a
tener la muerte como un horizonte, y viviremos todo, incluso los vínculos
humanos, en la dimensión de Dios, en una dimensión transfigurada”.
“También el matrimonio, signo e
instrumento del amor de Dios en este mundo, resplandecerá transformado a la luz
plena de la comunión gloriosa de los santos en el Paraíso”.
“La vida de los resucitados será similar a la de
los ángeles –continuó Francisco–, es decir, totalmente inmersa en la luz de
Dios, enteramente dedicada a su alabanza, en una eternidad plena de alegría y
de paz. ¡Pero, atención! La resurrección no es solo el hecho de resucitar tras
la muerte, sino, que es un nuevo tipo de vida que ya se está experimentando en
la actualidad; es la victoria sobre aquello que ya estamos disfrutando”.
Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco hizo referencia a los 38
mártires proclamados beatos ayer en Albania, víctimas de la “durísima persecución del régimen ateo que dominó durante
largo tiempo aquel país en el siglo pasado. Prefirieron sufrir la cárcel, la
tortura y la muerte, por permanecer fieles a Cristo y a la Iglesia”.
“Su ejemplo nos ayuda a encontrar en el Señor la
fuerza que nos sostiene en los momentos de dificultad, y que nos inspira
actitudes de bondad, perdón y paz”, dijo.
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